Cartas a Cuauhtemoc Cardenas, 30 años despues / Pedro Becerra Toledo

FOTO: ARCHIVO /CUARTOSCURO.COM

Hoy que leo las interminables historias que las redes sociales van documentando, sobre la fila de personas, que día con día acuden a la que fuera casa de campaña, del hoy virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador, con las más variopintas peticiones que van desde préstamos en efectivo hasta proyectos sociales pasando por la entrega de currículums, o hasta la presentación de un águila mexicana que unos conservacionistas llevaron para presentarle un proyecto para rescatar esta especie en peligro en extinción, me viene a la memoria un libro que leí en 1999 pero que ya había sido escrito una década atrás por, quizá uno de los más importantes historiadores del Cardenismo, Adolfo Gilly, en su obra «Cartas a Cuauhtémoc Cárdenas» (1989).
En ese libro se plasman un selecto número de cartas de las miles que recibió el ingeniero durante la campaña presidencial de 1988.
Adolfo Gilly, y un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana, se dieron a la tarea de clasificar e interpretar esta voluminosa correspondencia. Es un testimonio vivo, a ratos desgarrador y sorprendente, de lo que significó el 88 para millones de mexicanos.
Del libro se agradece la iniciativa misma de la publicación de las cartas, que constituyen una fuente historiográfica original y directa. Es un caso curioso en el que el investigador y su objeto de estudio se funden en uno solo.
Hoy vuelven a llegar esas historias a una casa de campaña y quizá, no sé, algún medio haga un ejercicio como el que hiciera hace casi treinta años Adolfo Gilly y realicen una selección de las peticiones que día con día llegan a ese lugar que se ha convertido en el epicentro de millones de esperanzas y que sirvan de testimonio vivo para las futuras generaciones como lo fue en su momento «Cartas a Cuauhtémoc Cárdenas».

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