¿Para qué sirvió el 2015?
Hace unos días el escritor y economista Moisés Naim se hizo una pregunta: ¿Para qué sirvió 2015? Habrá quienes digan que para nada o para todo. Según. Fue el año que se descubrió agua en Marte, lo que abre la posibilidad de que ese planeta sea habitable; y el año más caluroso de la historia de la Tierra (desde que se tienen registros) lo que abre la posibilidad de que el nuestro deje de serlo. Fue el primer año de la historia sin nuevos casos de Poliomielitis en África y el año en que murió Ayman Kurdi el niño kurdo de 3 años cuya fotografía se convirtió en el doloroso símbolo de la crisis humanitaria que viven los refugiados por la guerra en Siria.
Fue el año en el que el líder político con la agenda contra la desigualdad más ambiciosa fue un latinoamericano…que despacha en Roma y le dicen Francisco. Fue el año en el que 190 países se pusieron de acuerdo para luchar contra el calentamiento global pero no saben por donde empezar para luchar contra la corrupción mundial. Fue el año en el que la democracia perdió más adeptos y la clase política -toda- ganó más detractores.
Fue un año de repolitizacion del espacio público que anima a imaginar el inicio del fin de la desafección hacia la política y la emergencia de nuevas y disruptivas formas de participación. Fue el año en que el periodismo perdió a Scherer y a Zabludovsky; las letras a Galeano y a Gunter Grasa. Fue el año que González Iñárritu ganó el Oscar. El año en que Aristegui salió del aire y el Chapó se salió de la cárcel.
Fue el año en que la V de verde se empató a la V de venta, voto, voluntad y vergüenza. Fue el año de los conejos zoques valientes que volvieron a las calles a hacerse escuchar. Fue el año en que los Pumas de la UNAM demostraron que algunas derrotas enaltecen y el año en que la FIFA le robó la inocencia -y algo de su gloria- al fútbol mundial. Fue el año en el que la selfie nos hizo a todos «igualmente originales».
Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos ¿Para qué sirvió 2015? Para los chiapanecos será el año que perdimos a Laco Zepeda; él nos enseñó que la imaginación es un acto de coraje. Que en 2016 tengamos la imaginación de terminar con todo lo malo que ocurrió en 2015; que en 2016 encontremos coraje para continuar todo lo bueno que nos dejó 2015. Sinceramente. Zoé Robledo, Puerto Arista, Chiapas.
El que suscribe es Senador de la República por Chiapas.
