Eliseo Mellanes Castellanos
El maestro Eliseo Mellanes Castellanos fue el último o ¿el único? Polígrafo Chiapaneco. Su producción poética, a través del tiempo, fue abundante, empezando por sus creaciones tempraneras dedicadas a Tuxtla Gutiérrez, allá en su juventud. Mellanes fue un consistente cultivador del ensayo y de la historia de su estado natal. Sus textos sobre Chiapas forman parte de la esforzada historiografía que se relaciona con nuestra entidad federativa. Sus textos son historias que parecen modestas, pero que finalmente se corresponden con una tarea casi heroica de los chiapanecos pensantes.
Seguramente, la historiografía chiapaneca es esforzada porque a menudo nace de sacrificios personales muy intensos. La historia de nuestro estado ha sido escrita por mujeres y hombres comprometidos en sus búsquedas y en sus empeños personales casi siempre anónimos pero no por ello menos heroicos. No es fácil escribir historias en un escenario de archivos vacíos, desordenados, lejanos y abandonados.
Aun así, Mellanes nos acerca al mundo prehispánico chiapaneco. A La Colonia, a La Independencia, a la Reforma, el Porfiriarto y a la Revolución Mexicana. Hace también un recuento del Chiapas contemporáneo, con un énfasis muy entusiasta en las distintas expresiones culturales nacidas de las diversas regiones geográficas chiapanecas, que nos describe con un sentimiento puro y entrañable. Mellanes no es un historiador centralista ni mucho menos, para él Tuxtla es un punto de referencia, es el lugar en donde se encuentran los poderes, políticos o de los otros, y los múltiples procesos históricos. Chiapas es mucho más complejo y más disperso en todos los sentidos.
Mellanes fue maestro de muchas generaciones. El contenido de sus enseñanzas abarca de la historia de Chiapas a las ideas en torno a la filosofía, con su emblemático Curso de Lógica. El maestro Eliseo Mellanes nos muestra un conocimiento amplio de la filosofía y se esfuerza por darnos a conocer las esencias del pensamiento cartesiano, la base de la filosofía universal contemporánea. Su «pienso, luego existo», es una invitación a conocer el trasfondo de las ideas centrales del hombre en el mundo occidental.
Muchos chiapanecos conocieron a Descartes a través de Mellanes. Su idea de la filosofía como el sustento de todos los conocimientos científicos del hombre fue promovida con la autoridad de un verdadero conocedor de las vertientes básicas del pensamiento humano. Su propuesta filosófica no solamente provenía de los pensadores contemporáneos, sino que se anclaba en los grandes momentos de la filosofía universal. Su lógica es aristotélica; es decir, de invitación a la búsqueda.
Mellanes fue, como antes lo he dicho, un poeta. Como hacedor de poesía, realizó un trabajo amplio y muy comprometido para promover a los jóvenes poetas chiapanecos, entre los cuales se destacaron Mario Pinto Gordillo y Artemio Gallegos. Mellanes conocía las venas poéticas de su tierra originaria y puso sus capacidades para promoverla y acompañarla. La poesía de Chiapas, en muchos sentidos, es heroica, no por su contenido, sino por la complicada trayectoria de los poetas que son de Chiapas o escribieron en Chiapas o sobre Chiapas. Y Mellanes camina a través de ella, con sus estilos y sus tiempos. Lo mismo examina la poesía del siglo XIX como la de Rosario Castellanos y la de los jóvenes en los finales del siglo XX, que recién ha terminado. Parafraseando sus versos, diría que su ausencia presente nos provoca una emoción inexpresable.
El lugar común nos persigue, pero en esta ocasión es válido: Mellanes nos deja un amplio vacío. Nos deja un lugar que probablemente se pueda cubrir con pensadores chiapanecos de las nuevas generaciones. Sin embargo, esas nuevas oleadas chiapanecas son posibles a partir, en buena medida, del maestro Eliseo Mellanes Castellanos. Un chiapaneco que en su introversión guardaba muchas profundidades humanas. A Mellanes no podemos dejarlo en paz: exploremos ya, intensamente, su amplio pensamiento.
