Chiapas desde el Senado / Zoe Robledo

Reconocer el error

Ayer se dio la discusión en el Senado sobre la visita de Donald Trump a México. Muchos, como era de esperarse, intentaron justificar el actuar presidencial. Nosotros no podemos, estamos enojados con el Presidente.
Yo lo que esperaría, y recordando aquellas frases finales del discurso de Belisario Domínguez cuando: «Ojalá encontrara yo a un editor valiente y sin miedo», es ver a los priistas reconocer que el Presidente se equivocó.
Que éste es uno de los más profundos errores y cuyas consecuencias aún no alcanzamos a ver; que es un error que tendrá consecuencias no solamente para la relación entre dos países, no solamente para la decisión de una elección, sino en la forma como los mexicanos se sienten representados por su gobierno, en la forma como los mexicanos, que están enojados, se agravian ante la decisión unipersonal que ofendió a la mayoría de este país.
Me gustaría que se atreviera a ser leales con México, a ser leales incluso con su gobierno, porque si el error no se reconoce seguirá contribuyendo a tener peores consecuencias. Si el error no se menciona, no se dice, no se reconoce hoy, nos puede llevar a tomar otras malas decisiones.
No disculparse con los mexicanos va a incrementar el agravio que sienten hoy frente a su gobierno.
Fue un error, reitero, un error unipersonal, una decisión de un solo hombre que provocó ira y que provocó vergüenza. Error que se tomó con soberbia. Error que se tomó sobreestimando las propias capacidades del señor Presidente. Error que, además, revela una profunda falta de entendimiento con lo que están sintiendo los mexicanos.
Error que se fortaleció con esa cultura que tanto daño le ha hecho al país: la cultura del «sí señor», la cultura de «la hora que usted diga señor».
Error que se tomó desde la desesperación también. Error que se tomó desde la debilidad de un mandatario rodeado de escándalos. Error que se tomó, peor aún, desde la soledad.
Un error que aún no revela sus costos, los costos que tendrán que ver con que nuestros paisanos tengan un escenario de hostilidad en los próximos dos meses electorales.
Error que va a llevar, del discurso del odio a, quizá, acciones de odio; error que va a llevar del discurso de la intolerancia, a, quizá, crímenes de intolerancia.
No se debe insistir en que esto no tendrá consecuencias con la elección. ¿O a poco de verdad se cree que el hecho de que Hillary Clinton no venga a nuestro país, es solamente una estrategia política?
El mensaje que está mandando Hillary Clinton no es solamente el de una candidata, es el de un partido político por el que nuestros paisanos han optado de manera mayoritaria en todas las elecciones en el pasado. Es, incluso quizá, la decisión de un gobierno, el gobierno de los Estados Unidos que había intentado impulsar la reforma migratoria más ambiciosa de la que se tenga historia, que pretendía incorporan a los Dreamers, a los nuestros, a los más talentosos, a la legalización de sus actividades en aquel país. ¿O de verdad creen que es sólo un cálculo político?
Lo que estamos discutiendo no es si Trump es un patán, un demente, un loco o un mentiroso. Lo que estamos discutiendo es cómo pasamos a la historia después de este hecho tan lamentable.
Los políticos cometen errores, es algo muy normal, lo inaceptable es que no se acepten, y en esa no aceptación se lleven a toda la nación entre las patas.
Ha pasado antes en el mundo, Galtieri no creía que era un error invadir Las Malvinas. Nixon no creía que era un error esconder sus grabaciones y ahí está Watergate.
Cameron, acaba de ocurrir, no pensaba que llamar a referéndum o a plebiscito el Brexit era un error. Los políticos se equivocan. Lo que no se vale es que esa equivocación le cueste tan cara al país.
Por eso pedí a los senadores de México salvar la honra del país, salvar nuestra dignidad, la dignidad que tuvo Cárdenas cuando desafío a Franco y aceptó en este país que la república española era legítima.
La dignidad que estuvo con Narciso Bassols el día que desafió a Mussolini y reconoció que era un error y era un crimen invadir Etiopia.
La dignidad que ha tenido diplomacia mexicana tan lastimada el día de hoy, cuando votó en contra de la salida de Cuba de la OEA.
Hemos tenido altas horas diplomáticas, ésta es una de ellas. De lo que ocurre en el Senado y la posición que tengamos dependerá nuestro paso a la historia.

El autor es Senador de la República por Chiapas.

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