Esta especie se encuentra en la cúspide de la cadena alimenticia, permitiendo el control de otras poblaciones, sin embargo, también crea reservorios de agua en sequía que sirven de refugio para aves acuáticas, razones por las que se promueve su conservación en la Biósfera Montes Azules
Aquínoticias Staff
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a través de la Reserva de la Biósfera Montes Azules (REBIMA), trabaja en la conservación del Cocodrilo del Pantano (Crocodylus moreletti), el cual está considerado como especie paragua, pues se encuentran en la parte más alta de la cadena alimenticia en los pantanos, siendo un depredador selectivo de presas lo que le permite el control de otras poblaciones de animales y el reciclado de nutrientes importantes en el ambiente.
Para facilitar su estudio y monitoreo, desde 2014 se trabaja con grupos comunitarios para formar capacidades locales para el monitoreo, vigilancia, atención a contingencias y acciones de manejo de los cocodrilos.
Producto de ello, se entiende que con sus hábitos cavadores y sus movimientos habituales, forman canales y reservorios de agua en la época de sequía que sirven de refugio a aves acuáticas y otros animales asociados al agua
Esta especie se encuentra distribuida en Guatemala, Belice y el Golfo de México, en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. Por lo general alcanza tres metros de longitud, y su hábitat se ha visto reducido de manera significativa.
Las acciones de conservación que se hacen en torno a la especie incluyen talleres de capacitación a grupos comunitarios, acciones de manejo, actividades de educación ambiental, participación en Reuniones del Grupo de Especialistas en Cocodrilos, y diversos foros y capacitaciones.
De hábitos nocturnos, se agrupan cuando son crías y juveniles, los adultos completamente territoriales; sólo en temporada de reproducción comparten pequeños espacios, sobre todo machos con hembras.
Los especialistas señalan que existen cuatro factores básicos por los cuales, los cocodrilos llegan a atacar por comida, defender su territorio, nidos y crías; o por confundir a personas o animales domésticos con sus presas.
Asimismo, existe un Protocolo de Interacción Hombre-Cocodrilo (SEMARNAT, 2018), mediante el cual se enlistan las medidas de atención, buscando promover la conservación de los cocodrilos en México y resguardo a la vida humana a través de la coordinación intersectorial en concordancia con el Programa de Acción para la Conservación de especies.
La Conanp exhorta a la población a lograr una convivencia armónica con la naturaleza, respetar el hábitat de esta especie y prevenir las interacciones fatales con la fauna silvestre.