Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

Visitante distinguido

En el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México no hay mecanismos de control para el famoso coronavirus. O al menos, no los que muchos quisieran ver o que piensan debe darse. Derivado, claro está, del mal manejo informativo que se ha dado al tema.
Lo digo porque me tocó viajar a la Ciudad de México el jueves 27 de febrero en la mañana y regresar a Chiapas el sábado 29 de febrero por la noche. No topé nada de ello. Ninguna pregunta, ningún comentario. Sólo lo habitual: las prisas, la revisión minuciosa de lo que uno lleva, los pases de abordar, las identificaciones, los grupos y al regreso una quema cerca del Aeropuerto Internacional Ángel Albino Corzo. Nada más.
Pocas personas vi con cubrebocas. Algunas porque presentaban resfriados, según pude constatar en el primer vuelo sin que nadie se inmutara sobre ello. Otras, por la desinformación que se ha colado como un viento frío en todas las redes sociales y lo constaté, de igual forma, con sus comentarios.
Incluso, cuando el tema del primer infectado en la CdMx recorrió las calles del Centro Histórico, todo estuvo en calma. Los andadores eran ríos de gente que iba y venía de forma habitual, los locales estaban llenos y los edificios que albergan discotecas o bares, a lo alto, mantenían el ambiente encendido.
No sé si se dieron, como acá en Chiapas, las compras de pánico. Sólo en el momento que buscaba una pasta dental y un gel para el cabello en una farmacia, dos varones compraron tres cubrebocas cada uno y el costo fue de 2 pesos por pieza. Digo, pues, que la vida siguió (y seguirá), porque así es esto.
En algunos espacios pude escuchar, en cambio, las bromas clásicas sobre el tema. Muchas eran una repetición forzada de lo que se dice en Internet y otras una muestra del gran ingenio que muestra siempre, sin importar la circunstancia, el mexicano.
Lo cierto es que hasta ahora la mediatización es más riesgosa que el virus mismo: las noticias infundadas, los comentarios burdos, las opiniones sesgadas incluso de comunicadores, han enmascarado un tema que debe ser tratado con responsabilidad por lo que puede detonar. Nadie quiere que se desborde la psicosis colectiva.
Las medidas de higiene que las dependencias proponen, incluso, son las que debemos tener siempre. Con virus o sin él, aclaro. Nadie se rompió la cabeza con ello. La higiene es parte fundamental, obviamente. El evitar contacto con personas enfermas y todo ese protocolo es algo que se debe hacer, pero que no se hace. Así somos pues.
Por ello, ahora con la noticia de que en Chiapas hay una infectada, han brotado los rumores que nos muestran a una sociedad desinformada, temerosa e incapaz de repensar lo que escucha.
Es la misma que no sigue instrucciones, que no analiza lo que consume y que se deja arrastrar por las noticias falsas que comparte en las redes. La que critica y es capaz de juzgar con todo el peso sin saber si es cierto o no lo que se dice.
Sin embargo, no es toda culpa de esa sociedad a la que pertenecemos. Es, sí, un problema de descrédito que el mismo Estado mexicano se ha ganado a pulso desde hace años. Nos han mentido y encapsulado tanta información que no hay quién crea en todo lo que se dice. Pero bueno, así es esto.
Lo cierto es que fue el sábado que el rumor se asomó con el tema del coronavirus en Chiapas y el Instituto Mexicano del Seguro Social, ni tardo ni perezoso, decidió desmentir dicho caso porque, bueno, lo que menos se quiere es tener responsabilidades y se busca que se diga que acá no pasa nada.
El chiste es que siempre sí hay una infectada de 18 años que estudiaba en Italia y por el problema del coronavirus se regresó a Chiapas el 25 de febrero. Es más, la Secretaría de Salud en Chiapas lo ha confirmado y es ya oficial.
Lo curioso acá, si tanto gusta a muchos el «sospechosismo», es repensarlo todo.
Es decir, podemos ver que pese a que se busca sindicar que nuestro país no se cumple con las medidas sanitarias necesarias, que en el AICM no hay mecanismos activos, deberíamos empezar por preguntarnos cosas simples.
Por ejemplo, ¿cómo la señorita infectada con coronavirus cruzó todos los supuestos cercos de seguridad que «los países desarrollados tienen»?, ¿de qué forma pudo salir de un país que ya tenía brotes de este problema de salud sin que se generara una línea de comunicación con las secretarías de salud de los países a los que llegaría?, ¿quién miente en todo esto?
Por lo pronto, antes de compartir una noticia sobre este tema verifique. Y sí, sígase preguntando. Quizá, si seguimos así, hallemos respuestas sobre nuestro visitante distinguido. Al fin y al cabo, como decía el abuelo, preguntando se llega a Roma, Italia, de donde llegó la joven hace unos días.

Manjar

Chiapas, como cada año, estuvo presente en la 41 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería —que se celebró del 20 de febrero al 2 de marzo en la Ciudad de México— a través de las voces de varios de sus escritores y de la obra que estuvo exhibida en el estand que le correspondió a la Unach, Unicach y Coneculta. Las voces recorrieron los diferentes auditorios y salones en los que se presentaron libros, se dieron conversatorios y lecturas de obra, que mostraron una pequeña parte de lo mucho que en la entidad se hace y me da mucho gusto. En esta ocasión coincidí con los escritores chiapanecos Balam Rodrigo, Ignacio Ruiz, Uberto Santos, Fabián Rivera, Chary Gumeta y Víctor García Vázquez, con quienes tuve la oportunidad de conversar y compartir la palabra, e intercambios puntos de vista sobre diferentes temas. Desde este espacio mi agradecimiento a mi editor Nérvinson Machado por acuerpar mi obra y ayudar a que esto fuese posible. Gracias también a Tanya Cosío, directora de Publicaciones del Coneculta, por el espacio, el apoyo y siempre estar ahí cuando se le requiere. Nos vemos pronto, amigos. #FILMinería2020 // «He escrito de todo y sigo escribiendo de toda clase de temas, no veo qué me pueda faltar, sino escribir más de los mismos temas que he escrito, que son muchos, ya que la poesía debe tratar de todo, como la prosa, para no ser anémica». Ernesto Cardenal. #LaFrase // La recomendación de hoy: el libro Lidia Pretovna y otros cuentos de Eraclio Zepeda y el disco Coney Island Baby de Johnny Cash. // Recuerde no comprar mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

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