En violencia familiar, otros datos
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), a través del reporte «Información sobre violencia contra las mujeres (Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1)», registró, de enero a marzo del 2020, un total de 170 mil 214 llamadas reales por violencia familiar en todo el país. Si bien, como se sabe, no se trata de denuncias ante una autoridad competente, son, según los propios Centros de Atención de Llamadas de Emergencia de las 32 entidades federativas, probables incidentes de emergencia y no se pueden desestimar de ningún modo.
La gráfica muestra que ante el confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19, les guste o no a las autoridades del gobierno federal, el nivel de violencia contra las mujeres en el país aumentó al grado de tener un promedio alto de mujeres violentadas por hora. Esto demuestra una realidad dolorosa en este país. Una realidad que no se puede ocultar con nada. Por el contrario, a ésta se le debe nombrar y señalar para poder combatirla, para buscar reeducar a la sociedad y que al hacerla visible se le pueda conocer y enfrentar.
Muchos de nosotros crecimos bajo ese tipo de violencia, sólo que hace más de 30 años no había gráficas tan elaboradas ni sistemas que llevaran una base de datos que mes con mes nos revelaran lo grave de esta situación que parece ir en aumento. Es más, nos acostumbraron a normalizar este tipo de violencia y a repetir patrones conductuales que aún nos persiguen y que tenemos que deconstruir en nuestra faceta ahora como padres, amigos o parejas.
Me parece triste que haya estados como la Ciudad de México con 22 mil 021 mujeres solicitando algún tipo de ayuda al encontrarse a merced de la violencia de sus parejas. Muy de cerca lo siguen Nuevo León con 18 mil 605 llamadas, Guanajuato con 17 mil 445, Sonora con 13 mil 633 y Veracruz con 9 mil 711. ¡Uff!
Ante estos datos duros, el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador de desestimar los números que el SESNSP hizo públicos representa un riesgo grave por donde se quiera ver. De entrada porque pone en tela de juicio la información vertida sobre la violencia contra las mujeres, la incidencia delictiva y las llamadas de emergencia al 911. Porque hay que señalar que el reporte que para él es falso, proviene de los 194 Centros de Atención que operan a nivel nacional y es remitido mensualmente al CNI por los Centros de Comando, Control, Cómputo y Comunicaciones de las 32 entidades federativas.
Escuchar al Presidente afirmar categóricamente que el 90 por ciento de lo que el reporte estima es falso es sumamente delicado y obliga a los diferentes colectivos a exigir una explicación del por qué, entonces, las llamadas graficadas son presentadas como procedentes. Sería muy grave que el Secretariado Ejecutivo estuviese clasificando las llamadas falsas como procedentes (honestamente no lo creo) y con ello engrosando el número, pues eso representaría un intento de «sabotaje» o «complot» al interior del propio gobierno, y exigiría no sólo sanciones duras, sino una investigación a fondo del por qué y para qué de ello.
Sin embargo, a mi juicio, todo parece más una postura oficial para no tomar en serio este problema. La misma directora de Equis Justicia, Ana Pecova, explicó que más allá de las llamadas a 911 por violencia, tan sólo en marzo se abrieron más de 20 mil 200 carpetas. O lo que es lo mismo decir: 27 por cada hora en un sólo mes. ¡Terrible! Y revisando enero y febrero, el promedio es de 23 carpetas cada hora. Es decir, las cifras y los datos están ahí y no van a desaparecer con negarlos.
Difícilmente México podrá avanzar en temas como el combate a la violencia familiar si desde el mismo Jefe de Estado brotan las descalificaciones y la no aceptación de una verdad por más dura que sea. Las mismas Fiscalías en el país previeron que la violencia en los hogares incrementaría con el confinamiento y ante este temor difundieron números y direcciones, divulgaron recomendaciones y tips, todo para poder ayudar a las víctimas en caso de así requerirlo.
Ojo señores, sólo si se reconocen los problemas pueden atenderse. Pasa con todo en la vida. Para erradicar la violencia familiar, para lograr reducirla, para que los números bajen realmente, se deben atender las cifras y no maquillarlas, desestimarlas, buscar hacerlas menos o negarlas categóricamente. Se debe reconocer que la violencia contra las mujeres en México es real. Que no es un asunto de partidos políticos ni de estratos sociales ni de sexenios. Es un flagelo que ha causado mucho daño a este país y sería un gran logro ver a un Presidente posicionándose al respecto, sin filias ni fobias, sin creer que se trata de golpear al gobierno. Esto va más allá de confrontaciones políticas, caramba.
Ojalá que el mandatario reflexione sobre este tema. México lo requiere de forma urgente. Que escuche las voces que lo llaman, las que le piden voltear a ver la realidad en ciertos temas como estos. Nombrar a la violencia en este país, reconocer que necesitamos trabajar como sociedad en ello, sería un paso fundamental para empezar a hablar de una verdadera transformación y de un cambio. Falta voluntad política tristemente. Nada más,
#Manjar Recién pasó el día del maestro. Nunca dejaré de agradecer a mi maestra Anita de la secundaria por haber depositado en mi la semilla de la literatura, a mis padrinos: la maestra Yoli y el profe Miguel por la guía y la disciplina durante la primaria, y al gran profe Cuevas por esas clases que me enseñaron mucho. Son varios más que han contribuido a mi formación. A ellos debo las bases de estar donde me encuentro, a ellos debo mi formación lectora, mi oficio en la escritura y mis deseos de siempre estar buscando aprender. Todos los días son días del maestro. Sí, de aquellos hombres y mujeres que dejan su vida en las aulas, los que se comprometen con su tiempo, los que siguen ahí formando generaciones y que siembran, sin saberlo, la semilla del cambio. Mi cariño con ustedes siempre. #HistoriasdeCuarentena «Dientes de flores, cofia de rocío, / manos de hierbas, tú, nodriza fina, / tenme prestas las sábanas terrosas / y el edredón de musgos escardados. / Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. / Ponme una lámpara a la cabecera; / una constelación, la que te guste; / todas son buenas: bájala un poquito. / Déjame sola: oyes romper los brotes… / te acuna un pie celeste desde arriba / y un pájaro te traza unos compases / para que olvides… / Gracias. Ah, un encargo: / si él llama nuevamente por teléfono / le dices que no insista, que he salido…». Alfonsina Storni. #ElPoema // La recomendación de hoy: el libro Clamor de piedra de Uberto Santos y el disco Doolittle de Pixies. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.