Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

Los calientes, unos cuates

Y mientras los todólogos críticos de la 4T, lo mismo saben del tema de salud sobre todo el grave problema del desabasto de medicamentos, pero igual del escabroso mundo de las finanzas internacionales que si ya cayó la bolsa de Tokio y el Yen se devaluó respecto al dólar, no muestran rubor en señalar que con relación a la rifa del avión presidencial por ley (después de realizar una investigación desde la creación de la Lotería Nacional), el gobierno no puede rifarlo y agregan; sólo puede rifarse efectivo. Pero decía que sin rubor, porque si bien es cuestionable la venta del avión al menos por quienes viajaban con Peña en sus giras presidenciales, no reparan en el hecho real y contundente, que la compra de ese avión al final del sexenio del tomandante Borolas Calderón para dárselo de regalo –con dinero del pueblo- a Quique «copetes» Peña, fue un acto con el que selló su sexenio fallido solo para anunciar, premonitoriamente, lo que sería el sexenio del gobierno más depredador y corrupto de la historia de este país.

Así con ínfulas que presumen algunos críticos despistados de menos, incluso que su vida y ejercicio profesional en nada los recomiendan también de menos, con sobrada suficiencia de criterio presumen no dejando de estar señalándole al presidente Andrés Manuel, de cometer presuntos desatinos en su política sea cuál sea. La idea o al menos en su imaginario colectivo, es que sus agudos análisis que se reducen a una cuartilla, desacreditan, por ejemplo, al Insabi del que no «sabin» nada a no ser lo que Loretito de Mole les deja ver en su imparcial análisis. O de plano toman sus referentes del impecable como impoluto Reforma, que le ha merecido incluso del propio mandatario corregirles la plana por sus múltiples mentiras o de menos imprecisiones. Pero pese a todo incluso lo evidente del manejo tendencioso de estos medios y periodistas, para muchos del orden local y me refiero claro a los que se dedican al oficio periodístico, insisten en replicar este tipo de notas y de ahí formarse una opinión que recrudece el proceso de desinformación. Los que ni siquiera tienen ese recurso es decir aderezar la crítica, se dedican a la tarea de compartir chistes malos en su mayoría, cuando no según éstos, se muestran muy ingeniosos reproduciendo «memes». ¡Uy no sí que chispas!

Pero una vez que han dado muestras fehacientes de que ningún chile les embona (dixit Kike copetes), los locales voltean al siempre socorrido tema de los calientes. Sí de los que evidentemente andan ya en abiertas precampañas ¡me cae!, que hasta el Iepc de Chacón ya se dio cuenta. Bueno al menos ya le hizo una amonestación pública por actos anticipados de campaña del moralón de Carlos Morales. Aunque hay voces y son varias, que han señalado con nombre pelos y señales, a cuando menos otros presidentes municipales que igual andan buscando la reelección con dineros públicos, en tanto que otros más tratando de dejar a sus incondicionales empezando por sus respectivas esposas u esposos. Y si mucho me apuran, de menos dos funcionarios de primer nivel de gobierno del estado, también han sido señalados por las mismas causales, de menos.

Y sabedores que el deporte nacional es la rumorología, nadie parece tener empacho en salir a provocar a sus huestes digitales para que señalen u opinen, entre una terna y hasta quinteta de nombres de presuntos suspirantes a un cargo de elección popular, lo mismo para regidor cuarto suplente de Tzimol, que para presidente municipal de la capital o que la mismísima gubernatura que tendrá verificativo hasta el lejano 2024. Entiendo que ya algunos calientes hombres e igual damitas, digo porque con eso de la paridad de género y los nuevos ordenamientos de ley, para ellas ahora corresponden la mitad de las candidaturas, quieran o no je. Pero igual y ahí sí que la cosa se pondrá más reñida, están las 12 diputaciones federales que igual que las presidencias municipales se votarán en 2021 y aquí también se vale la reelección. En tanto a los diputados del congreso local, la verdad, no veo que haya alguna corriente dentro de los partidos «partidos» –literal- que estén impulsando a sangre nueva dentro de sus filas para competir electoralmente. En tanto de las y los que están hoy en el congreso, parecen no muy convencidos en repetir color y número. Aunque consideran en sus expectativas personales de vida más, que ya de menos pues ahí se quedarán. Insisto ante la ausencia palpable de gente joven.

Un dato más interesante en todo este calentamiento local de candidaturas considero, es que si hoy hubiera elecciones para presidente municipal, diputados locales y federales, el fenómeno Amlo del 2018 estaría muy lejos de repetirse en la misma proporción del 2018. Morena como partido, tanto en el ámbito nacional como el estatal incluso municipal, luce desdibujado por una lucha interna que protagonizan sus viejas tribus, y que en nada están abonando al nuevo régimen de la cuarta transformación, por lo que no podrán de seguir en esa inercia, consolidar su mayoría electoral y así el 2021, puede darles el primer revés que difícilmente podrá revertirse en 2024.

Pero para fortuna del confrontado Morena, la respuesta de los partidos opositores como el Pan y Pri siguen estando muy lejos de presentarse como una opción de gobierno. Porque al igual que Morena, al menos el Pri y Pan, no cejan sus enfrentamientos internos por recuperar sus aboyadas coronas presidenciales. El Pri y es un secreto a voces, se desfonda; en tanto su primo hermano Pan, se ha quedado en el papel de contestatario y cada vez que sacan la cabeza, un nuevo escándalo los acompaña como fue el caso de Genaro García Luna y la embarrada que les está pegando a sus ex presidentes Fox y Calderón.

Pero en fin, hoy el tema para muchos es de los calientes y clientes de los promotores del rumor y que de manera por demás infantil, lanzan sus incógnitas en tono de acertijos para que la gente se enganche preguntando sobre: ¿quién cree usted que vaya a ser el próximo alcalde de Tuxtla? Y les ponen opciones a, b, c, d, etc., acompañadas claro de un presunto candidato. De plano. Lo peor es que hay quienes caen en el garlito tal vez de buena fe, aunque hay sitios que ya tienen bajo control la encuesta con sus robots pagados. Así pues; Los calientes, unos cuates. ¡Me queda claro!

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