Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

Lo bueno y lo peor

Ciertamente esta crisis sanitaria y económica que estamos viviendo, para la mayoría de las y los mexicanos, ante el riesgo inminente de adquirir el contagio del Covid-19 en su mayoría remarco, han hecho caso casi a pie juntillas, de las indicaciones que la secretaría de Salud y en este caso específico del Consejo General de Salud del país, en sentido de quedarse en casa si no se tiene, como en el caso del propio personal médico o los elementos de seguridad pública por ejemplo, la necesidad como responsabilidad de salir para de cuidar nuestra salud y seguridad.

De la misma manera, otras actividades consideradas como sustanciales hay que hacerlas con las debidas medidas de sanidad como la sana distancia y el aseo constante de manos, cara y cuerpo o bien, tiene la necesidad de salir a comprar alimentos o medicamentos. En tanto y es ahí donde la situación para millones de familias empieza a convertirse en un tema urgente incluso a la par de atender las medidas de contingencia, es salir a buscarse la vida como los del transporte público o centenares de establecimientos de comida, y que ahora exploran sus ventas con servicio a domicilio. Lo que no se vale, bueno al menos para mexicanos bien nacidos y con un poquito de aprecio a la vida, que muchas empresas y no omito señalar a las del Grupo Salinas (tv azteca, banco azteca y elktra), que contracorriente con lo dispuesto por las autoridades de salud y ponderando sus ganancias por sobre la vida de sus miles de empleados, han dispuesto, su dueño por su puesto el señor Ricardo Salinas Pliego, indicarle a sus directivos que por ningún motivo detengan sus actividades. Y esto que ya se ha documentado ha provocado el contagio de varios de sus empleados e incluso trasciende, causado muertes; ello a la vez que es un acto criminal por donde se le quiera ver, debería no sólo ser objeto de apercibimiento público como lo hizo ya la secretaría de Gobernación a la empresa y conductor de noticias Javier Alatorre que instó no hacerle caso al Doctor Hugo López-Gatell, vocero oficial en el tema del Covid 19. Sino que de persistir en los llamados no parar actividades como ciertamente lo hace a través de su red de televisoras y noticieros, aplicarles multas severas de tipo monetario que es donde les duele, y en su momento de continuar en desacato con su actitud que raya en lo criminal insisto, retirarle la concesión.

No se trata, porque no faltará algún zalamero local de «Cirilo o Loretito» que salga a decir que sería un acto de censura y ataque a la libertad de expresión, porque sea tv azteca, televisa o cualquier otro medio o comunicador que se pase de rosca falseando información que pudiera incluso provocar caos y muertes, se entienda con precisión y con la ley en la mano, que no se puede ser tan irresponsable e jijo de su madre con el manejo tan criminal de la información, sobre todo cuando quienes recurren a la mentira, la calumnia o de menos imprecisiones, generen miedo y desesperanza, son quienes se dicen de oficio periodistas.

Porque ¡ya basta de ya basta!, de que actores mediáticos como Carlos Loreto o López Dóriga o cualquier comentócratas como Leo Zuckerman o la Denise Dresser, un día sí y el que sigue también en una estrategia perfectamente concertada entre varios medios, algunos con más argumentos que otros pero todos sin excepción en pos del mismo objetivo, vayan siempre contracorriente de lo que en materia de salud y del orden de cosas que sean, salgan a desacreditar las acciones y en ninguno quepa ¡no pus cómo!, la mínima consideración en reconocer lo que se está haciendo en beneficio de los más pobres. Pero no, para esas clases privilegiadas los pobres nunca les han importado. Pero igual y no debe llamarnos a sorpresa, que personajes como los referidos y cuya la lista se extiende de manera significativa estén en contra de la 4T ni que sea por cuestión de «chayos» aunque sí de privilegios y poder. Sino además y de manera relevante, por cuestiones ideológicas y de clase. Son lo que siempre han funcionado como el brazo mediático de quienes por décadas se sintieron dueños del país. Sí de esos políticos y empresarios que detentando el poder no vacilaron en saquear la nación rematándola al mejor postor nacional o extranjero. Sí los mismos e ínclitos periodistas, analistas u opinadores que ahora critican furibundos a un gobierno que piensa primero en los más jodidos y ya no, como lo fue antes, en los dueños del dinero. Que jamás abrieron la boca para denunciar el gran atraco cometido al pueblo por una casta de apátridas que por años se valieron del poder para cometer los peores actos de deshonor y rapiña, desde la deuda privada que hicieron pública con el Fobaproa o de la privatización y desmantelamiento del Estado dejando a manos del mercado la salud y la educación de la niñez y juventud mexicana. Sí ésos y ésas que nada vieron y que incluso ahora con el tema de la Estafa Maestra cometida por la maestra de la estafa Chayo «R» o la captura del protector de cárteles de la droga el ex secretario de Seguridad nacional Genaro G»», con afán indignante deslizan que se debe a una venganza política el primero, y el segundo, que es para dañar o detener el regreso de Calderón a la política. ¡Háganme el refabrón cavor!

Pero volviendo al tema de lo que esta crisis nos ha traído: En su mayoría y ya lo hacía notar, afortunadamente y hay que agradecerlo, han actuado solidaria y responsablemente quedándose en sus casas. Pero si bien esa actitud es plausible, mención aparte merecen quienes hoy se han convertido en el primer frente ante esta pandemia, y que con sobrada razón se han considerado como héroes vivientes. Me refiero por supuesto a los médicos hombres y mujeres enfermeros y enfermeras y demás personal del sector salud quienes merecen toda nuestra admiración respeto; por contrario y afortunadamente son minoría, están los que sacan lo peor de su humanidad. Así hay quienes han agredido a personal médico que es ya lo más bajo, la escoria de la especie humana, y que sin duda son las o los mismos que golpean a sus parejas o maltratan a sus hijos. Amén claro, de quienes sintiéndose muy valientes, han hecho caso omiso a las indicaciones de mantenerse en casa y siguen en las calles con riesgo de contraer el contagio de coronavirus. Lo de menos sería que a esos inconscientes les diera y si así sucediera, enfermaran y fallecieran. Se lo buscaron. Lo jodido es que llegan a sus casas y en un acto criminal, sí igual que los del grupo Salinas, contagien a sus familias (iba decir seres queridos pero nada que ver) pudiendo algunos como se ha dicho hasta la saciedad, ser población de alto riesgo ya por edad o padecer enfermedades como la diabetes, hipertensión arterial o pulmonar.

Pero aún con esta clase de irresponsables con nula incapacidad de entendimiento y sobre todo de supina ignorancia, la mayoría de los mexicanos han hecho caso y se han guardado. Lo que sí resultaría un crimen de lesa humanidad, es la cometida por una pléyade de comunicadores que por desgracia y usted conoce y conoce bien, tienen espacios de gran penetración. Pertenecen a un clan difusor de noticias falsas que como ya lo explicó un reconocido académico e historiador como Lorenzo Meyer, lo que subyace con ese tipo de comportamientos y ataques es derrocar al actual gobierno. Están tan encabronados dice Epigmenio Ibarra, que actúan sin el más mínimo de recato y decencia. Así entonces, esta crisis mundial del COvid-19 para el caso mexicano, está sacando «lo bueno y lo peor» de cada quién. ¡Me queda claro!

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