Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

Amén (así sea)

Por si no lo hubiéramos entendido… antes, la palabra correcta sería; Amén, para todo lo que nos pasa y ocurre. Y para ponerla en contexto sobre de, qué es y significa, ahí les va Wikipedia: Amén, «así sea» «así es». En algunos contextos también significa «en verdad» o «ciertamente». «Se utiliza como una fórmula de confirmación y de afirmación en muchas religiones como el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Esta palabra es una de las aclamaciones litúrgicas más frecuentes, y se utiliza generalmente como fórmula para concluir las oraciones». (Fin de la cita) Amén: Sencilla palabra pero que expresa el sincretismo de la cobardía ciudadana y sus legítimas aspiraciones, más allá de las persignaciones dominicales. Algunos cantan y… otros rezan. Otros más parecieran arrancarse las entrañas cargados de pecados y dolor. Los otros de otras religiones, prefieren seguir con sus alabanzas en entonados cánticos. Al final; cobardía y simulación; ¡sincretismo total! No me voy a meter con la fe que profese cada lector, pero de que con su Dios y sin él, a los chiapanecos nos está cargando… él apóstol más irredento, está. La maldición de San Pedro negándolo tres veces, tal vez el precio. Insisto, no me meteré al tema religioso porque nada y nadie puede salvarnos de la inquisición. Y déjeme ir más allá y ya que lo mencioné, la iglesia; históricamente fue y ha sido el más grande dique en la construcción de ciudadanía y, de los derechos humanos ¡ya ni hablamos!; el aborto, la pastilla del segundo día, los matrimonios de un mismo sexo y la adopción ¡santos e iconoclastas hipócritas! ¡Pederastas! Estoy viendo en canal 11 una serie sobre Sor Juana Inés de la Cruz, y ¡vaya las estúpidas visiones virreinales de la iglesia para el talento y la preclara emoción de la mujer! Pero no es de eso, al menos no en esta entrega, a lo que quiero referirme. Y ahora que reviso cuánto he avanzado (nada) estoy a punto de rendirme y lo confieso. Mañana estaré ausente, es lo más seguro. Sé que a nadie, y no es menosprecio, solo trato de ser congruente pero sé, extrañará estas líneas. Empero sí y es menester, se los comenté, lo hago con el más profundo sentimiento y convicción de que las cosas, más al ratito después (je), con el empuje de la sociedad ¡pueda en verdad cambiar! Apenas ayer decía sobre ¡qué difícil es expresar un concepto o dato seguido de una sustentada argumentación sobre de lo que nuestra clase gobernante hace y desfase <Quijote> con nuestras haciendas…con nuestras vidas. Pero dejar de estar diciendo lo que nos pasa aunque muchos por comodidad no quieran escuchar, sería tanto como entregar la plaza sin luchar. Lo dicho aquí, me lleva a una cita histórica protagonizada por el General Pedro María Anaya, cuando en el ex convento de Churubusco las fuerzas norteamericanas en su intervención de 1847 después de una férrea e histórica defensa le dijeron: «Entregue usted sus armas…a lo que el general mexicano respondió; si tuviera parque ¡no estarían aquí!» Créanmelo no recurrí a Wiki, solo recordé lo que mis maestros, siendo niño (¡uuuuh! lobos) me enseñaron y eso, ¡créanmelo! tampoco se olvida.
Sé y de cierto, que a muchos compañeros de los medios incluso a periodistas decanos y connotados, los están venciendo por el estómago. Este gobierno sabe qué, aunque con dignidad que no se come, nos quebrantará cuando el vencimiento de la renta se acerque o peor, haya que comparar un medicamento bastante caro. Pero sépanlo para quiénes los quieran saber; que no es tan fácil convencer ni mucho menos vencer a quienes frente a sus ojos han visto pasar tantos agravios y tantas mezquindades. Tantos hurtos y tanta impunidad.
Concluyo y me faltan aún muchos caracteres, tantos como a muchos les falta carácter; cuando vayan a rezar y creo que la mayoría de periodistas lo hacen; no piden por ustedes y su familia, pidan en verdad por este pueblo miserable, esquilmado; sí con quienes comparte día a día el pan y la sal…amarga de su existencia. Los que viven en las zonas residenciales y están traicionando al pueblo, también recen por ellos y ellas. No trato aquí de construir una encíclica ni nada que se le parezca, aunque escuchando a Chopin (con su café me decía mi padre don Alfonso en son de broma) «La polonesa», más me dan ganas de agarrar a besos a mis raptores (síndrome de Estocolmo ¿o no mi Vini?) que ni si quiera tratar de enfrentarlos. ¡A Chiapas! le ha pasado tanto y tanto, que creo ya no sabe distinguir si lo que es, es; o solo lo presiente. ¡Indios jijos de la chin….! Fue el grito abierto para referirse a los primeros en esta tierra. Y más molesto uno se puede sentir ¡claro! no más que ellos, de haber sido históricamente desplazados pero hoy tristemente humillados.
Concluyo decía; ¡no tampoco crean que nuestros hermanitos indígenas son unas madres de la caridad!, son tan cabrones y ambiciosos como usted, usted y yo. No se hagan. Estamos pues, llegando al vórtice de si los que mandan se equivocan y vuelven a mandar; o sí en verdad los que se plantaron hoy a las puertas del congreso local (caso hay) en verdad, insisto, luchan porque la «seño» Rosa Pérez, deje de gobernar en Chanal; o de plano que les den su chayo. (Cof, cof). Y así podríamos seguir escribiendo esta «suculenta» historia de encuentros desencuentros y amor apache en Oxchuc, Chanal, Ixtapa y puntos circunvecinos. ¿Saben qué? Ya me voy a comparar unos tamalitos haya en dónde «La mamá de Carlos Macías» (ahí les paso la dirección)

Ya de salida

Bueno no me queda más que agregar, solo: ¡Amén, que así sea! Nos conformamos con poco; nos sentimos incluso culpables de lo que nos pasa, pero estamos mal (y no es tamal). No es destino manifiesto que los que llegan a gobernarnos se lleven las alforjas repletas de dinero y el pueblo ¡pobre pueblo!, ahí siga mascullando sus desgracias inmersos en la pobreza más severa. Por eso y creo que será mi última invitación a su reflexión; de que mientras usted ¡sí usted y el otro y el que no lee incluso que no ve ni oye!, siga en ese estado de contemplación como un muerto…vivo. Nuestros gobernantes riéndose a carcajadas de la ignorancia y, con desfachatez, ellos y ellas, seguirán robándose lo suyo; ¡de sus hijos y los que les siguen!…// Me queda claro. Salu2.

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