Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

«Cada quien tiene su destino»

«…por eso estamos haciendo justicia». En un enfrentamiento entre policías y pobladores (no se sabe sí eran maestros de la CNTE) allá en el estado de Oaxaca, las imagines al fondo se ve la humareda se supone por la quema de algún o algunos vehículos y un niño de alrededor de los 10 quizá 11 años el que camina agitado en dirección contraria al lugar del enfrentamiento, es registrado por una cámara de video tal vez un celular y a pregunta expresa sin aminorar su paso y otro joven fotógrafo en el fondo lo sigue para captar el momento le preguntan algo que es inaudible y esto es lo que se alcanza a entender, insisto dentro de una escena de confrontación; «…por eso estamos acá haciendo justicia a todo el pueblo y acá nadie se va a rajar porque es el pueblo y el pueblo no se va a rajar nunca! (sigue diciendo el niño quien visiblemente agitado pero sin aminorar el paso con voz fuerte y tono decisivo sigue diciendo al tiempo que gesticula con su pequeña mano), acá sacamos a los judiciales ¡qué chinguen su madre, que maten al que sea!…hasta ahí la escena primera; inmediatamente después se escucha la voz en of (sin imagen) del reportero que dice; se trata del «comandante amor» quien al igual que Daniel (otro pequeño que sale en el reportaje junto a su hermanita) y quiénes no rebasan los 10 y 11 años respectivamente, son pequeños activistas que el registra. El reportero, que a juzgar por su acento pareciera ser español, sigue narrando ahora el caso de Daniel que al igual que el pequeño comandante están plenamente identificados con la lucha social de sus pueblos, que tampoco se dice de que población de Oaxaca son. Al entrevistar a Danielito el reportero le pregunta entre otras más, que si tiene miedo y al tiempo de responder con un rotundo no y no sin antes haber narrado un evento de desalojo de un plantón magisterial (supongo que ambos corresponden al mismo evento que se logra ver en la primera entrevista pero para el caso no es relevante) en el que le tocó estar presente, dijo que en un par de ocasiones ya le han apuntado las policías con un arma «de las grandes» y he ahí su respuesta de si o no tiene miedo. Finalmente y después de que la hermana mayor de Daniel dice temer de la suerte de su hermano, he aquí las palabras del pequeño y valiente Daniel; «no tengo miedo al contrario tengo más coraje…le dije a mi mamá en voz baja ¡qué llegue lo que tenga que llegar!, porque cada quién tiene su destino». El reportero termina diciendo; que para las policías, éstos ya no son unos niños sino unos activistas sociales. (Fuente. Código Rojo Laguna/Facebook/8-feb-2015)
Esta crónica que narré o que traté de robar a la voz e imágenes que apenas ayer alguien compartió en la red de Facebook, resulta bastante ilustrativa para explicar la génesis pero no solo del conflicto magisterial histórico sí y arreciado a raíz de la reforma educativa o así llamada por el gobierno federal, sino que da cuenta del hartazgo social en un país descompuesto por los malos gobiernos sean del signo que sea como ya ha quedado ampliamente demostrado, aunado por la pobreza lastimosa de pueblos enteros que suman millones de mexicanos, y en respuesta, una clase política gobernante corrupta e injusta que solo vive para acumular millones de pesos ante la mirada de una justicia echa para castigar a los pobres y proteger a los políticos. Cuando conocemos historias como las aquí narradas en que unos niños que deberían estar en las escuelas o jugando deciden sumarse como uno más ante el descontento social y reitero, no solo del magisterio sino de poblaciones enteras, es tiempo de empezarnos a preguntar como sociedad y país: ¿en dónde carajos perdimos el rumbo y la dignidad?
Ayer (domingo 19) fue Nochixtlán, Oaxaca que ya cobró 8 vidas. Antes fue Iguala, Guerrero, mañana podría ser Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y así hasta el fin de los tiempos. Cuántas vidas más, pregunto, serán necesarias para que la cerrazón y la sinrazón de unos y otros se imponga para detener esta masacre. Y no me refiero solo a los muertos y heridos de un bando u otro en pugna y ahora cada vez más extendida lucha que alcanza a los padres y madres de familia, a los del sector salud, a los médicos incluso en Chiapas hasta los empresarios sin olvidar el siempre latente movimiento indígena que ya no están dispuestos a más de lo mismo. Lo que aconteció en el no lejano febrero de 2015 y protagonizado por este par de niños oaxaqueños, hoy se pueden replicar por cientos o quizás por miles las muestras de hartazgo de jóvenes e incluso me queda claro, niños que a su corta edad ya han sufrido las consecuencias de los malos gobiernos y han escuchado historias de sus padres y de sus abuelos y los abuelos de sus abuelos también contaron sobre la forma y el desprecio con que sus gobernantes desde tiempos ignotos han sufrido por parte de la clase gobernante y sus aliados cómplices dueños del capital. Seguro ellos entienden el concepto. Se hace imprescindible pues, a la vez que impostergable, que el gobierno federal se siente a dialogar con los representantes legítimos y legales de este amplio sector magisterial que sostiene que dichas leyes educativas, primero, ni las son y sí por contrario, son leyes laborales que atentan contra sus conquistas históricas pero más grave aún, contra sus fuentes de trabajo y estabilidad laboral como ya se ha empezado a ver y operar de parte del sargento Aurelio Nuño que más que secretario de Educación actúa como secretario de la policía federal. Porque como bien lo sostenía apenas este lunes o ayer martes creo, Brozo el payaso que ya no les parece tan chistoso ni a televisa ni mucho menos al gobierno, que el señor Nuño acusa al magisterio de «tener privilegios» y que ante su pérdida, los motiva, en parte claro, a su inconformidad Brozo le recuerda y dice; aparte que lo llama hocicón a Nuño, de no conocer y reconocer, que fueron los gobiernos priistas (y los de la alternancia) quienes les otorgaron precisamente esos privilegios a cambio de votos y otros pactos en lo oscurito. (No textual).

Ya de salida

Así es qué, no se hagan bolas; el gobierno de Enrique Peña Nieto, por cierto cada vez más debilitado (si no pregúntenle a Manlio Fabio) debe de sentarse con los líderes magisteriales de la CNTE incluso ¡claro! con el del SNTE para dialogar los pros, que sostiene el gobierno y el sindicato sobre la reforma educativa y los contras, que argumentan los disidentes dicha reforma les agravia. A la misma mesa podrían ser convocados incluso el mismo día, a expertos laboristas y académicos para replantear, en la medida de lo sensato, algunas modificaciones a la ley que los obliga a evaluarlos sin considerar ya su vinculación a la permanencia. Digo por ejemplo. Ya después y desatorado uno de los puntos nodales que reclaman los de la CNTE, emplazarse para construir ¡esa sí! una verdadera reforma educativa con todos los involucrados, principalmente los propios maestros…// Pero insisto, el tema magisterial de hecho es ciertamente el que da origen a un hoy, más generalizado y extendido conflicto social. Porque ya no es solamente la multicitada y mal llamada reforma educativa, sino qué, a cómo va el país e incluso los partidos políticos y su clase política y gobernante, urge de una revisión a fondo del actual modelo social, económico y político. Pero también, de la revisión del ejercicio de los fondos públicos de los gobiernos locales y federal. Estados como Veracruz, Nuevo león, Quintana Roo o como el nuestro, por ejemplo, requieren de sus gobernantes mayor transparencia en el uso de los recursos y la plena rendición de cuentas porque, insisto y concluyo, ya el pueblo no aguanta ¡ ni uno más! En Oaxaca, en Chiapas, en Guerrero y en el resto del país, entiéndanlo bien; cada vez surgirán más «comandantes amor» y más «Danieles» y como ellos bien sostienen dignos y valientes; «que el pueblo no se raja» y sobre de que «cada quién tiene su destino»…// Me queda claro. Salu2

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *