Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

¡Hemos sido criticables hasta excesos tolerables! (¿?)

Pues sí, ésa es la frase aplicable en nuestros días, pero exactamente trasmutada a los tiempos de hoy. Que sí es inexacta, es posible pero puntual a lo que este gobierno mentiroso de siempre nos quiere decir ¡pinches apestosos! Y no hablo solo de los maestros (apestosos) que en su pretensión, lejana, de querer cambiar lo que le da esencia al sistema corrupto al que enfrentamos, son capaces de aleccionar a las nuevas generaciones de que se es capaz de sobrevivir incluso, bajo las inclemencias del tiempo bajo un hule como techo y un fogón para calentar alimentos. Es decir ¡qué chingados pelean aquellos que no tienen vivienda ni servicios ni nada! si se puede sobrevivir al amparo del sol, el viento, la luna la lluvia y las estrellas. En ¿dónde estábamos para no haber entendido que eso basta para vivir? La educación entonces, el mensaje, para nada sirve. Y usted que se desvive por comprar un auto kia ¡jodido! pus qué no ha entendido que en la lucha por los ideales no importa revolcarse entre el hedor de la basura o peor aún, regodearse en la pérdida de inocencia de miles de niños y niñas que no tienen la capacidad aún de mentarles la madre ¡vaya vaya! Y no es que quiera hoy voltear el chirrión por el palito porque siempre he sostenido al igual que los maestros disidentes, que dicha reforma educativa en una verdadera mamada. Qué son llamadas a misa (¿?) pueque. Pero creo que los líderes magisteriales engaña pendejos, lo decía ayer, enarbolando una contrarreforma que ni ellos saben ni qué pedos, recurren a lo más bajo y ruin que pudiera ser y hacer un docente que se estime decente; romperle la madre a todo y todos sin importarles más que sus execrables conquistas. No omito, por supuesto, que el gobierno de Peña Nieto ha demostrado y no solamente a los mexicanos sino al mundo entero, la falta de convicción y compromiso con su pueblo. Porque al menos ¡yo!, no lo perdono. Sea lo que eso para él, y para mí, signifique.
Antes de iniciar la perorata que les presento, tuve la ingrata oportunidad de escuchar al inefable y timorato secretario de gobierno un tal Juan Carlos I, que sin conceder preguntas de los convocados a una conferencia de prensa, claro está, sobre los acontecimientos suscitados ayer en el desalojo de maestros dicen unos o simples pobladores otros, ello en un tramo carretero Tuxtla-San Cristóbal, de qué el gobierno del estado se deslinda de tales hechos y que se harán las indagatorias conducentes para deslindar responsabilidades. Lo cierto o incierto de este hecho, es que ciertamente como lo reciclaba el gobernador Manuel; «hemos sido tolerantes hasta excesos criticables». Y sí, le doy razón; nosotros los chiapanecos, ¡hemos sido tolerantes hasta excesos criticables!, por permanecer como sociedad callados y sumisos ante el despojo qué, y donde que hemos tenido gobiernos rapaces, las barbaridades cometidas. ¿Entonces? pregunto, no se esponjen; empresarios, estudiantes, burócratas, comerciantes, campesinos, académicos y mundo indígena (menos Chamula) y etc., ¿Hasta cuándo seguiremos arrostrando este agravio e impunidad de la que invariablemente somos cómplices? Ta bueno que nos pase. Pero decía ayer, y las imágenes no mienten, se ve con descaro descomunal cómo, civiles embozados a la vieja usanza de los paramilitares en tiempos del zapatismo, con lujo de violencia destruían un campamento de maestros y estudiantes, finalmente se supo, y en el que se aprecian a uniformados. Aquí cabe otra pregunta; ¿pues qué no es que están dialogando el gobierno y la CNTE? Está visto que el camino para el gobierno federal y en Chiapas un contradictorio gobernador con sueños de grandeza, le ofertan en su cumpleaños 50 al presidente Peña, su mejor regalo: señor presidente aquí ¡ni seremos tolerantes ni tampoco nos criticarán! Para botón, esta muestra. Me queda claro.

Ya de salida (#3de3)

Bueno para ponernos positivos y vean que no todo está podrido en Dinamarca, ayer estuve con mi dilecto amigo ¡qué digo amigo mi hermano! El matador, Rigoberto León Cerpa, para festejar y convivir por 14 años ya de sus exitosas emisiones tanto en la radio como en la televisión. Fue grato encontrar amigos que solo cada aniversario del matador nos solemos encontrar. No mencionaré nombres porque mi Alzheimer me haría pagar la factura de ingrato. Pero ¡qué gusto estar con mi hermano! que hoy en Mega cable y recientemente en La Nueva FM, sigue como el primer día; «haciendo deporte desde los micrófonos», le dijo en cierta ocasión Don Teodoro Rentería Arróyave, fundador de la FAPERMEX. ¡Abrazo mi Mata! Que dios te bendiga. ..// Y rápidamente y en el mismo tenor y evento, platiqué con personajes que aman y quieren al beisbol, quienes a pesar del desdoro gubernamental en Chiapas (léase Manuel Velasco) están dando la batalla porque el rey de los deportes regrese a ser para los tuxtlecos y chiapanecos lo que antes fue, una alternativa deportiva, y hacen hasta lo imposible por darle a los jóvenes este espacio deportivo. Sí ya sé y lo platicamos que el gobierno y sus recursos no tienen más cabida que para el futbol. Y está bien: lo que no es permisible que se sigan usando recursos públicos para mantener una franquicia en donde no se sabe, a bien, quién chingados sabe cómo se gasta y quién se queda con la paga. Pero bueno ya no se preocupe «asté»; ya tenemos o dentro de poco, un lienzo charro. ¡Uuuh si ya ve como se practica este deporte llamado nacional! Me compraré mi cuaco. Je. ¡Son chingaderas!…// Finalmente es decir la 3de3; pregunto ¿cuándo poctas (diría mi hermano Neftalí Flores Archila Qepd) van a meterle mano al centro de Tuxtla nuestras autoridades? ¡Sí ya sabemos que un ver…se robó la paga y todo eso! Pero de qué se tiene que hacer algo, presidente, tiene. Leí en días pasados que un par de regidores del ayuntamiento tuxtleco denunciaban que se están realizando gastos excesivos en la administración, y entonces me pregunto y ahí se la dejo alcalde; será cierto o no lo denunciado. ¡Serían chingaderas! O no lo cree así. ¡Ah mi Káiser!, voy a Tapachula! para darte un abrazo. Y de paso corroborar lo dicho…// ¡Me queda claro! Salu2.

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