Comentario Zeta / Carlos Z, Cadena

Foto: Octavio Gómez / Proceso

Sabines y Albores Guillen, han tomado al PRI de Chiapas como su feudo particular

La figura otra vez del exgobernador Juan Sabines Guerrero volvió aparecer el pasado domingo con la visita que hizo a Comitán, del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza. Sabines y Roberto Albores Guillén, arrastran desde el sexenio que gobernó el propio Sabines, una mancuerna de lealtad siniestra que al primero que le recetaron un desplome y caída fue al exgobernador Pablo Salazar Mendiguchía que lo llevó hasta la cárcel. Aseguran que la alianza Sabines y Albores Guillén, es deplorable y fatal y no importa si se manchan las manos de sangre con tal de sacar del camino a sus enemigos políticos. Son «hijos del infierno» y cuyo amarre se hizo con juramento de sangre y hasta ahora en las grandes cúpulas del país se dice que son los que tienen amenazados a varios de la clase política de Chiapas.
La situación de la llegada del controvertido Ochoa Reza a Comitán, no solamente mostró la perversidad de los auténticos ideólogos de la coordinación y operación del evento priísta en Comitán, como fueron Sabines y los «Diablos» Albores, si no que se dieron el lujo de no «invitar» a cientos de militantes reconocidos en Chiapas y que son todavía músculos al interior del tricolor, entre ellos muchos exdirigentes estatales que fueron borrados del mapa, como José Antonio Aguilar Bodegas, Sami David, Cesar Augusto Santiago, Arely Madrid, Ricardo Borges y jóvenes que apenas acaba de dejar el CEN del PRI como Willy Ochoa.
Resulta inadmisible y solamente en Chiapas puede ocurrir semejante escenario de que los Albores y Sabines, han tomado las siglas del PRI como rehén, como su «Feudo particular», como si ellos fueran los dueños de la «franquicia del tricolor», a pesar de que Sabines y Albores Guillén fueron «conjurados y renegados» al PRI, que les dio cobijo e historia política. Inclusive Albores Guillén, fue expulsado y echado públicamente a nivel nacional de las filas del PRI de Chiapas por haber sido traidor con la normatividad priísta.
A Albores Gleason «El Diablito menor», simplemente es un títere de sus auténticos titiriteros, (Sabines y Papa Albores) y por eso se ha negado hacer públicamente que su periodo de dirigente en el PRI estatal lo ha dejado de ser desde hace ya muchos meses, más sin embargo, y con alguna estrategia malévola se ha aferrado a él, y busca dejar a uno de sus «empleados» para seguir adueñándose de la franquicia que ya lleva en el poder seis años en favor de. «Albosabinato». En Chiapas es el único estado donde las palomas le tiran a las escopetas.

Desnudan a Albores Gleason; lo tachan de todo y un vividor del sistema

En Comitán en la gustada columna de «Perfil fronterizo» del periodista Raymundo Díaz, fue claro este martes 11 de Octubre, en relación a la figura política de Roberto Albores Gleason, y señala tajante: «Albores Gleason no ha hecho nada y ni ha sembrado nada en Chiapas. Por el contrario, su carrera es gris, turbia y violenta de origen. Eso sí, llena de glamur, llena de elegancia y de finura cual pomposo Junior de abolengo» y remata el espacio periodístico de «Perfil Fronterizo»:
«Enrique Ochoa Reza debe saber que Roberto Albores Gleason, aparte de junior nacido y crecido en cuna de oro, es un «grosero» para con los mismos priístas. Trata a estos con indiferencia, discriminación y desprecio. Enrique Ochoa Reza debe saber que Roberto Albores Gleason es un vividor del sistema político priísta mexicano. Sus puestos políticos y los escasos administrativos, los ha logrado por «negociaciones» turbulentas y dudosas realizadas por su progenitor. Ambos, para lograr esas «negociaciones» han utilizado a los campesinos y a la base social como parapeto o «carne de cañón». Y sigue diciendo la nota periodística:
«Enrique Ochoa Reza debe saber que Roberto Albores Gleason, por su parquedad, acidez social y «flojera» física, no infunde confianza y ni inspira fuerza. Esperanza y sustenta sus aspiraciones en el voto duro ya existente en el PRI y la «movilización» y argucias de su progenitor. Él, nada ha sembrado, nada tiene y nada puede hacer por sí sólo. Enrique Ochoa Reza debe saber que Roberto Albores Gleason es un dechado de traiciones. Nació traidor, es traidor y seguirá siendo traidor. Él y su señor padre hicieron que el PRI mordiera el polvo de la derrota al «acordar» con Pablo Salazar Mendiguchía, un gobernador del PRD, la debacle de José Antonio Aguilar Bodegas y del Revolucionario Institucional en el 2006. Enrique Ochoa Reza debe saber que Albores Gleason y su padre, Roberto Armando Albores Guillen, también hicieron perder al PRI en el 2007 precisamente en Comitán, tierra en la que este domingo le quisieron pintar un cuadro diferente. En Comitán y en ese año, Albores Gleason y Albores Guillén apoyaron a un candidato del PAN-PANAL para hacer perder al PRI y lo lograron.» Y remata:
«Enrique Ochoa Reza debe saber que, tanto Roberto Albores Gleason, como su progenitor, han conseguido apoyos y proyectos millonarios y, adjudicación de obras millonarias y otras muchas canonjías económicas cuya utilización e inversión, más que pública o a beneficio de la sociedad, fue personal; en los ranchos y haciendas. Enrique Ochoa Reza debe sabe saber que la multitud que lo recibió en Comitán, el 80 % fue acarreada y hasta amenazada para asistir. Fueron o son humildes mujeres del «Programa Prospera-Mover a México» las cuales están empadronada y «manejadas» por filiales de PRI. Todo eso, hacen de Albores Gleason un perfil no apto y ni confiable para entregarle la entidad chiapaneca. Es un cacique en formación. Es un pequeño «monstruo» con cola de dinosaurio que, dadas sus «amistades» «extranjeras», enterraría a Chiapas».
Raymundo Díaz expresa en este comentario en su natal Comitán y como lo observan los Comitecos: «A Chiapas y a los chiapanecos les quieren vender una «figurita» echa y forjada, más que en las veredas y caminos de extravío de esta maltratada, desatendida y burlada entidad sureña, está moldeado en los finos, embellecidos y glamurosos ambientes de la ciudad de México. Como si fuese un baluarte social, un intrínseco conocedor de las áreas urbanas y rurales, un ícono de la honestidad y una esperanza de los chiapanecos al ser muy identificado y calificado por el proletariado chiapaneco, Roberto Albores Gleason. Luce, sonríe, se exhibe y se siente realizado por tan «digno» y tan elevado logro. Cree y siente haberle dado «un golpe» político a sus adversarios en Chiapas. Cree y siente que «ya todo está cocinado a su favor».
Una crítica fuerte. Hasta ahí el perfil no de internet ni del ciberespacio del joven Roberto Albores Gleason, si no de la misma óptica de su gente en la tierra de Belisario Domínguez.

Tercera Semana Nacional de Salud.– Arrancó en Chiapas la Tercera Semana Nacional de Salud, y desde el municipio de Berriozábal, el gobernador Manuel Velasco encabezó el arranque esta Semana Nacional, en la que participan más de mil 800 profesionales de la salud, entre ellos personal médico, de enfermería y brigadistas, que llevarán vacunas para niñas y niños de todos los municipios. Expresó que el objetivo de la Semana Nacional de Salud es romper en corto tiempo la cadena de transmisión de algunos padecimientos, por lo que hizo un llamado a los padres de familia a que acudan a los módulos disponibles en toda la geografía estatal.

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