Tras la prohibición de grabar fiestas en Carranza debido a la polémica por IA, expertos advierten que esto dejará sin registro los rituales clave, condenándolos al olvido
Noé Juan Farrera Garzón / Aquínoticias
Las llamadas «autoridades tradicionales» de este municipio chiapaneco emitieron un comunicado prohibiendo terminantemente que creadores de contenido, influencers y visitantes capturen imágenes o transmitan sus festividades religiosas, medida que nace tras la polémica por representaciones con inteligencia artificial de rituales sagrados.
La polémica: ¿protección cultural o retroceso?
- El veto absoluto responde a imágenes generadas por IA que distorsionaron ceremonias católicas locales.
- Aunque el respeto a lo sagrado es legítimo, la solución drástica ignora que:
- La difusión responsable ha sido clave para preservar tradiciones indígenas ante la globalización.
- Creadores respetuosos han sido históricamente aliados, no enemigos, de las culturas originarias.
Expertos en patrimonio advierten:
- «Aislar las tradiciones las condena a desaparecer»: Sin registro audiovisual, rituales como los de San Bartolomé de los Llanos pierden relevancia para nuevas generaciones.
- «Prohibir no educa»: En lugar de regular horarios o espacios sensibles (como hacen otros pueblos), optaron por cerrar puertas, incluso a locales que quieren mostrar su identidad con orgullo.
Voces críticas: «Necesitamos diálogo, no censura»
- Jóvenes indígenas señalan que redes sociales son hoy plazas públicas donde se defiende la identidad.
- Antropólogos recuerdan que culturas como los zapotecas o purépechas han sabido negociar con cineastas y fotógrafos sin perder esencia.
Lo que piden los especialistas:
- Mesas de trabajo con creadores para acuerdos claros.
- Talleres sobre derechos de imagen y representación digna.
- Canales oficiales que difundan su cultura bajo sus reglas.
Mientras Venustiano Carranza se encierra, otros pueblos indígenas usan documentales, TikTok y podcasts para revitalizar sus tradiciones. Prohibir no es preservar: es condenar al olvido. La verdadera protección exige límites sí, pero también luz.
Con información de Primer Plano Magazine