El 70% de los suelos agrícolas en el estado presentan afectaciones severas o muy severas debido al uso indiscriminado de químicos, así mismo existen casos de cáncer infantil relacionados a estas prácticas, además de la destrucción de insectos esenciales en la producción
Aquínoticias Staff
El suelo agrícola de Chiapas enfrenta una degradación alarmante que amenaza no solo la productividad de la región, sino también la salud de sus habitantes y la biodiversidad. Según datos proporcionados al medio Diario del Sur por Jorge Aguilar Reyna, coordinador territorial del programa Sembrando Vida, el 70% de los suelos agrícolas en el estado presentan afectaciones severas o muy severas, principalmente a causa del uso indiscriminado de agroquímicos.
“El uso excesivo de agroquímicos es un problema de seguridad nacional”, advierte Aguilar Reyna, señalando que estos productos, antaño considerados beneficiosos, se han convertido en una seria amenaza. Las consecuencias no solo afectan al suelo, sino también a la salud humana y los ecosistemas.
La agricultura convencional: un enemigo silencioso
El auge de la agricultura convencional en Chiapas, con una alta demanda de productos como café, cacao y palma de aceite, ha provocado un uso masivo de fertilizantes y pesticidas. Aguilar Reyna explica que los productores aplican entre 2 y 6 litros de agroquímicos por hectárea, con coberturas que deben ser removidas hasta tres veces al año. Esto equivale a 18 litros de agroquímicos anuales por hectárea, lo que está acelerando el deterioro de los suelos tropicales.
La erosión es uno de los problemas más graves, con la pérdida de 8 toneladas de tierra por hectárea en la zona de la Sierra hasta 2017, y los ríos de la región azolvados debido al arrastre de suelo. La degradación del suelo, como afirma Vicente Castro, investigador del Centro de Investigaciones con Visión para Mesoamérica, está reduciendo su fertilidad, impidiendo que las plantas absorban nutrientes adecuadamente.
Impacto ambiental: pérdida de biodiversidad y contaminación
El uso indiscriminado de agroquímicos no solo afecta al suelo, sino que también pone en riesgo los ecosistemas acuáticos. El escurrimiento de fertilizantes y pesticidas hacia los cuerpos de agua está provocando un fenómeno conocido como eutrofización, donde el exceso de nutrientes da lugar a un crecimiento excesivo de algas, afectando la vida acuática y deteriorando la calidad del agua para consumo humano.
Además, los pesticidas están disminuyendo la biodiversidad, con impactos devastadores sobre los insectos polinizadores como las abejas, esenciales para el equilibrio ecológico y la producción agrícola. La desaparición de estos insectos podría tener efectos catastróficos en los ecosistemas y la seguridad alimentaria a nivel mundial.
En palabras de Castro, “el uso descontrolado de agroquímicos requiere atención urgente”, y es fundamental promover una agricultura más sostenible que no comprometa la salud del planeta ni la de las futuras generaciones.
Consecuencias para la salud humana: el caso del cáncer infantil
El impacto de los agroquímicos no solo se limita al medio ambiente. En la región de Costa-Soconusco, la incidencia de cáncer infantil es preocupante, con alrededor de 150 niños recibiendo atención médica por leucemia en el Hospital General de Tapachula. Según el cirujano oncólogo Héctor Magdiel Suárez Ríos, la leucemia es el principal cáncer que afecta a los niños en la región, y su causa está directamente relacionada con el uso descontrolado de agroquímicos, además de factores genéticos y alimentarios.
La gestión de residuos: un problema creciente
Un aspecto menos visible pero igualmente grave es el manejo de los residuos generados por el uso de agroquímicos. Luis Felipe Torres Torres, coordinador en el sur sureste de la asociación civil Amocali, señala que en Chiapas se generan 400 toneladas de envases vacíos de agroquímicos al año. Sin embargo, solo se recolectan 50 toneladas en centros de acopio, lo que implica que una gran cantidad de estos residuos peligrosos termina en el medio ambiente sin tratamiento adecuado, agravando la situación de contaminación.
Un llamado urgente a la agricultura sostenible
El panorama en Chiapas es sombrío, pero no irreversible. La implementación de prácticas agrícolas más sostenibles, como la agroecología y la reducción del uso de agroquímicos, es vital para detener la erosión del suelo y proteger la biodiversidad. Asimismo, es crucial fortalecer los programas de educación para agricultores sobre las consecuencias del uso excesivo de pesticidas y fertilizantes.
Como concluye Castro, «promover una agricultura responsable es clave para garantizar la seguridad alimentaria sin comprometer la salud del planeta».
El suelo, la biodiversidad y la salud humana están en juego en Chiapas. Actuar ahora es esencial para evitar un daño irreversible que pondría en peligro no solo el futuro de la agricultura, sino también la vida misma en la región.
Con información de Diario del Sur