La semana pasada Aguascalientes se convirtió en el estado número 12 en despenalizar el aborto. Es el segundo en lograrlo mediante una orden de la Suprema Corte que declara inválida la penalización, el primero en esta situación fue Coahuila. Ya es un tercio del país donde se puede acceder a la interrupción legal del embarazo.
La primera entidad fue Ciudad de México en 2007, Oaxaca en 2019, Hidalgo, Veracruz, Coahuila, Baja California y Colima en 2021, Sinaloa, Guerrero, Baja California Sur y Quintana Roo en 2022 y Aguascalientes en 2023.
Pareciera que en los últimos 4 años hemos logrado mucho, pero no es así, es la lucha de muchas mujeres que desde los años setenta se arriesgan en las calles, acompañan en lo privado y exigen a las autoridades detener la criminalización de nuestro derecho a decidir.
Mujeres que se organizaron para trabajar por la conquista de los derechos sexuales y los derechos reproductivos al ver que eran las mujeres empobrecidas, muchas de ellas en comunidades rurales, quienes más sufrían las consecuencias de la penalización. Pero no solo ellas abortan, las jóvenes, las niñas obligadas a ser madres, las que ya son madres y no desean serlo una vez más, las que elegimos no serlo.
Se organizaron las abogadas para defender a las encarceladas por aborto, u homicidio en razón de parentezco como fueron acusadas. Las legisladoras convencidas del lugar que ocupan para lograr transformaciones normativas y jurídicas que reconozcan nuestro derecho a decidir ser madres o no serlo. Las acompañantas que promueven el derecho a decidir en casa, de la mano de una amiga, con procedimientos seguros. Muchas otras.
Nos organizamos también las periodistas. CIMAC desde el reconocimiento de la comunicación como un derecho que posibilita el ejercicio de otros derechos humanos y como un componente necesario para transformar las narrativas sociales y con ello, las prácticas culturales y desde la comunicación es parte de la estrategia de intervención política buscamos hacer eco de esta exigencia.
CIMAC se fundó en 1988 y se constituyó legalmente en 1991, desde hace 35 años ha emprendido acciones en diferentes niveles de intervención para colocar la defensa de las mujeres como sujetas de derecho, de nuestro cuerpo como primer territorio libre de violencia y de nuestra libertad para elegir nuestro proyecto de vida.
Me gusta pensar que lo que hoy tenemos ganado comenzó hace mucho. Cuando las mujeres dejaban de usar sostén como declaración de libertad hasta lograr hoy normativas de la menstruación consciente y el uso de la copa menstrual. A lo largo de todos estos años, CIMAC ha trabajado por ampliar las voces sobre el aborto y la salud de las mujeres, consultar a médicas, académicas, a las organizaciones expertas y colocarlas como fuentes de información.
Antes del 88, las periodistas colaboradoras de la Doble Jornada, fundadoras de CIMAC, ya abrían espacios para ofrecer información basada en evidencia científica sobre nuestra sexualidad y desmitificar el aborto porque todas sea cual sea nuestra posición, condición y situación de vida podamos acceder a la interrupción legal y segura.
CIMAC ha ampliado la agenda mediática para no quedarnos en aborto si o aborto no, hablar de los diferentes temas que se encuentran ahí: el embarazo en adolescentes, la violencia sexual, el desabasto de anticonceptivos del que el Estado es responsable, la mortalidad materna derivada de abortos clandestinos, de las condicionantes del derecho a la salud en las comunidades indígenas y afrodescendientes, para las mujeres con discapacidad, de los obstáculos legales, de los retos en el sistema de salud incluso en las entidades donde ya se despenalizó.
Hemos acompañado el avance de los derechos humanos de las mujeres, porque no es un hecho aislado sino resultado de la movilización de las mujeres como la Red por la salud de las mujeres con la que se logró la Ley Robles la cuál amplió las causales de aborto a iniciativa de la entonces jefa de gobierno Rosario Robles.
La Coalición por la salud de las mujeres con quienes se amplía la voz para incluso monitorear el presupuesto asignado a la salud de las mujeres. Dimos seguimiento al caso Paulina y la NOM 046 para víctimas de violencia sexual. El caso Serrano Limón y el desvío de recursos para la salud de las mujeres.
Hemos realizado coberturas periodísticas y campañas de comunicación como Por una maternidad libre y voluntaria donde implementamos procesos de capacitación con periodistas (2010-12), Castigar la libertad: dónde explicamos las consecuencias de la criminalización a través de sentencias, documentos, estadística y voces; y el acompañamiento permanente en los estados de sus marchas, movilizaciones, fechas emblemáticas. Por supuesto, la despenalización en los 12 estados y la lectura regional, como la marea verde argentina (diciembre, 2020).
Todo esto y más, colocando en el centro a las mujeres, el aborto como un derecho humano y contando historias que muestran el rostro de los números y de las dimensiones de las desigualdades estructurales. La clave más importante, es trabajar en alianza. Nos aliamos en esta marea verde con el movimiento amplio de mujeres para posicionarlas como fuentes de información principales, mostrar la otra cara del tema, evidenciar lo que las instituciones no están haciendo en su tarea de garantizar derechos a las mujeres y, nuestra alianza más importante, con las periodistas.