¿Dolor de crecimiento o el inicio del cancer infantil en huesos?

La pediatra Marcela Calvo Tercero nos explica en qué consiste este padecimiento y aclara mitos sobre el tema

Lucero Natarén / Aquínoticias

Cuando las y los menores de edad tienen dolencias en muslos y piernas o rodillas, el justificante de muchos padres y madres de familia e incluso doctores, puede ser el «dolor de crecimiento», sin embargo, explica la médica pediatra Marcela Calvo Tercero, puede haber afecciones graves detrás de esos dolores, las cuales deben descartarse, antes de dar un diagnóstico.

Calvo Tercero señala que en el ámbito médico se le denomina «dolor de crecimiento» a una entidad clínica que se caracteriza por la presencia de malestar de predominio en los miembros inferiores, en las piernas, en la cara posterior de las rodillas y en los muslos, y con un dolor bilateral.

Es decir, cuando ocurre se presenta en ambas piernas, de forma intermitente, «algunos días sí, otros no», con una duración de media a una hora, lo cual no compromete las articulaciones. Señaló que dicha afección es una causa relativamente frecuente de consulta en niños y niñas de entre 3 a 13 años de edad.

«El crecimiento no causa dolores, erróneamente se ha asociado a este proceso. Los menores de edad en muchas ocasiones han experimentado dolencias, pero pueden ser resultado de alguna actividad física o alguna otra lesión, y es importante descartarlo».

Aclara que, pese a que el «dolor de crecimiento» es un padecimiento, no se trata de un dolor incapacitante para los niños, es decir, no los frena en sus actividades. «No se acompaña con ninguna otra manifestación clínica, o sea, ningún síntoma. Estas afecciones pueden tratarse con pomadas o algún analgésico, tras lo cual el niño, niña o adolescente no debería seguir sintiendo dolor».

La especialista explica que llegar a la conclusión de que niños padecen «dolor de crecimiento» es por exclusión, primero descartando todos los escenarios posibles.

«Hay enfermedades que cursan con dolor, como es el caso del cáncer infantil o la artritis reumatoide juvenil, entre otras. El dolor óseo está asociado a algunos cánceres como el osteosarcoma (cáncer de huesos), o la leucemia linfoblástica aguda, que es el cáncer infantil más frecuente».

Agregó que el dolor asociado al cáncer es un dolor progresivo y continúo, el cual no va mejorar con la ingesta de analgésicos, sino por el contrario será más incapacitante para el niño. En el caso del osteosarcoma, puede presentarse aumento de volumen de sitios afectados, lo cual denominan los médicos como edemas.

Pese a que puedan sufrirse dolores similares a los descritos, la médica indica que sólo un especialista podrá determinar si se trata de algún tipo de cáncer infantil.

Calvo exhorta a las madres y padres de familia a escuchar a las y los menores de edad cuando se quejan de algún tipo de dolor, además invita a que sea un médico quien descarte una situación grave. Recomienda que, ante estas dolencias, no deben tratar de justificarlo suponiendo que es un «dolor de crecimiento» o «porque ha corrido mucho».

Aclaró que el dolor provocado por un osteosarcoma por lo general ocurre en huesos largos como fémur, tibia o húmero, nunca abarca las articulaciones. Por otro lado, con respecto a los diferentes tipos de canceres infantiles agregó:

«Algunas señales de alarma para la detección oportuna de cáncer infantil son la presencia de sangrado por nariz y boca, palidez, sudoraciones profusas por las noches, pérdida de peso alrededor de más del 10 por ciento en los últimos seis meses, fiebre persistente y sin causa aparente, y por supuesto, dolor que no cede y que altera la calidad de vida del menor de edad».

Marcela Calvo Tercero, médica pediatra

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *