Edificios sismoresistentes, construir para salvar vidas

El especialista en riesgos sísmicos, Raúl González Herrera, explica cómo deben construirse los edificios para que estos soporten movimientos telúricos de gran magnitud, algo que, desde luego, podría evitar muertes cuando se presenten estos siniestros

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]L[/dropcap]os terremotos no son predecibles pero las catástrofes que estos ocasionan pueden evitarse. De acuerdo con expertos en sismología, aplicar de forma correcta las normas de construcción y apegarse a los criterios de edificación sismorresistentes puede salvar la infraestructura y miles de vidas.
Especialistas en construcción afirman que todos los edificios convencionales están preparados para resistir su peso pero cuando ocurre un terremoto, éste hace que el edificio se mueva en dirección horizontal, provocando el derrumbe de la estructura, en caso que ésta no sea lo suficientemente resistente.
En una zona de gran actividad sísmica como Chiapas, es necesario que los ciudadanos cuenten con medidas de seguridad que disminuyan los riesgos; para conocer las características que deben tener los edificios a fin de ser lo más resistentes posibles, Portavoz consultó al doctor en riesgos sísmicos egresado de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y profesor investigador en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), Raúl González Herrera.
En entrevista, explicó que a lo largo del tiempo, las estructuras se degradan y pierden resistencia como consecuencia de los sismos de distintas magnitudes; esto les resta capacidad para enfrentar los fenómenos subsecuentes. En caso de presentar un daño estructural definitivo y muy grave, las siguientes réplicas acrecentarán el riesgo del colapso.
De acuerdo con sismólogos, un terremoto de igual magnitud e intensidad nunca provoca las mismas cifras de muertos ni heridos en todos los sitios, y de ello dependen las construcciones de cada país.
Prueba de ello es que en países como Chile, Japón y Nueva Zelanda que son particularmente vulnerables por ser zonas con alta actividad sísmica, las pérdidas humanas después de haberse presentado un movimiento telúrico no alcanzan dimensiones tan altas como en otros países, en donde incluso, los temblores han sido de menor intensidad.

¿Qué medidas se deben tomar?

Después del terremoto de 8.2 grados que sacudió a Chiapas el pasado 7 de septiembre, Raúl González Herrera asegura que es urgente que las normas de construcción se modifiquen, principalmente en los materiales, ya que de ellos depende la resistencia de los edificios a los seísmos.
Advierte que los riesgos en una estructura dependen del sistema constructivo de la misma y que después de presentarse un movimiento superior a los seis grados en todos los países, se realizan modificaciones a la Ley de Obra Pública y Reglamentos de Construcción.
«Tendrían que cambiar a sistemas que garanticen la calidad de los materiales a través de los proveedores. Que se obligue a desarrollar ciertas pruebas», puntualizó.
Para que un edificio resista un movimiento de gran magnitud e intensidad, la altura juega un papel importante; el experto asegura que en algunas ciudades los reglamentos estipulan una medida límite, pero en muchas otras este aspecto se decide de acuerdo con la calidad del diseño arquitectónico.
La simetría es igual de importante, pues el hecho que un edificio sea asimétrico aumenta la posibilidad de que se produzcan grietas, haciéndolo más vulnerable ante un terremoto, mismo caso para la uniforme distribución de las masas que conforman el inmueble tanto en planta como en altura.
Los cimientos son clave en la flexibilidad y aguante. Cada suelo tiene una cimentación específica tanto en profundidad, forma y tamaño, por ello es esencial un estudio del terreno previo a la construcción de cualquier inmueble.

Materiales, los más importantes

El doctor en Riesgos Sísmicos señala que en Chiapas, la calidad de los materiales es el principal problema.
«Al tener materiales frágiles, tenemos viviendas frágiles que muy probablemente se derrumbarán en un sismo de alta magnitud».
Dijo que lo ideal es construir con blocks de 100 kilos por centímetro cuadrado; sin embargo, muchos de los blocks que son utilizados son hasta cuatro veces menos resistentes. «Se piensa que los maestros de obra son personas capacitadas para construir pero este sismo es una claro ejemplo de que no es así, al contrario, si los materiales no son los adecuados y los conocimientos con los que se construye están basados en la experiencia empírica y no en el conocimiento científico, terminan fallando».

Se incrementan los costos

Si bien los cambios impactan en el costo final de la construcción, hasta en un 10 por ciento, Raúl González Herrera señaló que no se debe dejar de lado puesto que de las correctas modificaciones depende la seguridad de las construcciones y sobre todo, la integridad de las personas.
«Tenemos que cambiar nuestros materiales, tenemos que mejorar nuestros reglamentos y tenemos que aprender como sociedad que hay profesionistas que les tienen que garantizar que sus construcciones sean seguras, pagando los estudios necesarios», finalizó.

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