«Efectiva» propaganda politica, slo despilfarro para el pueblo

Lo que a los ojos de los políticos parece una técnica de posicionamiento efectiva, para el pueblo es dinero despilfarrado. De cara al proceso electoral 2018 vale la pena analizar qué es y cómo funciona la difusión de la imagen de los aspirantes a un cargo popular, un mensaje que cuesta mucho dinero y que, se asegura, corre por cuenta del bolsillo de los contribuyentes

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]L[/dropcap]os excesivos gastos de campaña son una de las acciones que más enfadan a la ciudadanía en un proceso electoral; los millones de pesos invertidos en propaganda terminan por lograr que cada año sean más los ciudadanos apáticos ante las elecciones y que no vean más que una guerra sucia y una incansable lucha por el Poder, carente de propuestas enfocadas al bienestar común.
Los candidatos alcanzan los topes máximos para gastos de campaña y agotan el tiempo en los medios de comunicación para difundir su imagen. Lo que a sus ojos parece una técnica efectiva, para el pueblo es dinero tirado a la basura.
Los spots en radio y televisión, espectaculares, eventos y hasta volates son los medios de propaganda más comunes que los candidatos utilizan para darse a conocer; incluso, antes del tiempo electoral marcado por ley.
Especialistas en economía y comunicación política destacan que, en efecto difundir el mensaje en una elección cuesta mucho dinero y genera contaminación, además, no existe certeza de su eficiencia pero sobre todo, el costo de toda la propaganda que se escucha, ve y lee en todos los espacios públicos y privados corren por cuenta del bolsillo de los contribuyentes.
De cara a la contienda electoral, vale la pena analizar si la propaganda política es efectiva o es en realidad, ¿basura electoral?

El ABC de la propaganda política

A diferencia de la publicidad, la propaganda se relaciona con políticos demagogos, militares y gobernantes cuyo fin es el proselitismo, aceptación y respaldo social.
De acuerdo con el artículo 182, inciso 3 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Copife), la propaganda es el conjunto de escritos, grabaciones, publicaciones, imágenes, proyecciones y expresiones que, durante la campaña electoral, producen y difunden los partidos políticos, los candidatos registrados y sus simpatizantes con el propósito de presentar a la ciudadanía las candidaturas registradas.
Según registran Alejandro E. Lerma Kirchner, Sergio Bárcena Juárez y Romeo Vite López en su libro «Marketing Político», los elementos esenciales en una propaganda son tres: el mensaje, el medio y el revestimiento.
Estos especialistas señalan al mensaje como el elemento más importante, por eso dicen, debe ser atractivo, original, creativo, fácil de entender; y sobre todo, debe apelar inteligencia y sentimiento.
Sin embargo, también indican que no todo está basado en el mensaje. Para que esta comisión propagandista alcance el éxito debe ser presentado en un buen lugar, con una buena ambientación, color y sonido que constituye lo que se denomina revestimiento, o también conocido como blow up.
En la contienda electoral, según explican especialistas, lo único que destaca de la propaganda es la fotografía de los aspirantes, su rostro, nombre, además de una frase clave y pegajosa que los hace inolvidables. Esta situación podemos verla en Chiapas.
Las poses siempre son las mismas, con un semblante amable, sonriente, viendo de frente o al horizonte; todos los que ostentan un cargo de elección popular toman como prioridad en su propaganda, promover su imagen y lo hacen con recursos públicos.
No obstante, Lerma, Bárcena y Vite destacan que la propaganda no se limita a la presentación de la candidatura sino que debe ser creativa, dar conocer al candidato, su partido, la plataforma política, las propuestas; es decir, la propaganda es toda acción que divulga mensajes de contenido político que incentiva a la ciudadanía en el sentido deseado.
Expertos en imagen pública y campañas electorales coinciden en que el 40 por ciento de la aceptación visual de un candidato se debe a la propaganda que coloca en bardas, pendones, lonas y espectaculares.

No respetan la ley

Es una realidad que se avecina una contienda electoral en 2018 pero aún no arrancan los tiempos establecidos por la ley para que los aspirantes a candidatos inicien su propagada política, además, muchos servidores públicos usan como pretexto, informes de gobierno para promocionar su imagen a destiempo; esto representa una trampa clara, un juego sucio pero de acuerdo con especialistas en comunicación política, todo político que gasta en promover su imagen fuera de su jurisdicción es porque tiene la clara intención de buscar otro cargo de elección popular.
La ley es clara pero los políticos se rehúsan a respetarla; y ahí está como prueba, la revocación de los lineamientos para garantizar la equidad entre los participantes en la contienda electoral 2017-2018 que estableció el Instituto Nacional Electoral (INE) que si existe alguien a quien no le importa hacer valer la ley, es a la clase política.
En la búsqueda por crear condiciones equitativas para la contienda electoral 2018 y, de alguna manera, recuperar la confianza de la ciudadanía, el Consejo General del INE aprobó los lineamientos de «cancha pareja», que entrarían en vigor el pasado 8 de septiembre, para regular la propaganda de autopromoción de servidores públicos y la adquisición de espacios de publicidad por parte de aspirantes a cargos de elección antes de iniciarse los periodos de precampaña.
Sin embargo, la gran mayoría de los aspirantes vio afectados sus intereses políticos y recurrió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para impugnar estos acuerdos, lo que tuvo como resultado que la Sala Superior del TEPJF revocara por mayoría, dichos lineamientos considerando que el organismo excedió sus facultades reglamentarias hasta invadir facultades reservadas al Poder Legislativo.
En el estado particularmente, ya se han puesto en marcha procedimientos derivados de quejas por supuestas violaciones a las reglas electorales como promoción anticipada y actos anticipados de campaña; la ciudadanía reclama la contaminación visual y la basura que generan las propagandas; y desde luego, los millones de pesos que se están gastando en ellos y que salen de sus bolsillos.
Es precisamente la contaminación visual una de las afectaciones que acarrea el uso indiscriminado de la propaganda electoral, y esta afectación visual se agrava cuando no existe un límite de pendones, mantas o espectaculares que los candidatos o partidos deban utilizar.

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