El modelo educativo de competencias / Claudia Corichi

La carrera por globalizar y compartir el conocimiento es frenética. La economía y las tecnologías de la información son sólo dos ámbitos que determinan el curso entero de la llamada Sociedad del Conocimiento.

El mercado de trabajo a nivel mundial se ha venido modificando con mayor énfasis en la eficiencia y el uso intensivo de mano de obra especializada. Esa tendencia ha urgido la puesta en marcha de planes educativos y curriculares que se apoyen en un modelo de competencias en los centros de enseñanza de educación superior.

A finales de los noventa, la agencia de Naciones Unidas para la educación, la cultura y la ciencia, UNESCO, estableció la necesidad de fomentar el aprendizaje permanente y la construcción de competencias adecuadas para contribuir al desarrollo cultural, social y económico de las sociedades.

La educación basada en competencias pretende dar respuesta a la sociedad del conocimiento. La competencia se refiere a la adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una profesión, y tener la capacidad de generar propuestas y resolver problemas de forma autónoma en el entorno laboral.

Se busca reducir la brecha que se ha ido abriendo entre educación universitaria y práctica profesional.

De acuerdo con la OCDE los beneficios en México de cursar educación superior están entre los más elevados de los países del organismo; sin embargo, solo el 17% de los adultos (de 25 a 64 años) han cursado este tipo de estudios, siendo la proporción más baja de los países que la integran.

Los dos años de persistente presencia del Covid resultaron funestos para las actividades académicas y escolares: disminuyó la matrícula escolar en la educación básica y media superior, de por sí baja por la mínima expectativa de conseguir un empleo al egresar.

Para revertir esa tendencia, hace una semana la SEP estableció mediante acuerdo que las autoridades educativas locales adopten medidas para que los estudiantes que desertaron puedan ser reincorporados al sistema educativo y al mismo tiempo, que al terminar este ciclo, se asiente una calificación numérica en la boleta de evaluación que no podrá ser inferior a 6.

La educación es un igualador o nivelador social. El conocimiento aplicado está modificando sustancialmente las condiciones de la economía, el comercio (electrónico), los fundamentos de la política, la comunicación, la cultura, la forma de vida y de consumo de las personas.

Es importante no retroceder al respecto; al promover mejores competencias y más igualitarias, sobre todo para las mujeres y los jóvenes, alcanzaremos una sociedad más equitativa y cohesionada.

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