El Nobel de Economía al estudio de la brecha salarial / Claudia Corichi

¿Cómo pueden las mujeres conciliar trabajo y familia; qué factores explican la persistente brecha de género en el mercado laboral? Claudia Goldin integró bases de datos desde finales del siglo XVIII que han ayudado a comprender de forma integral ese fenómeno. En 1990 publicó Entendiendo la brecha de género, una historia económica de las mujeres estadunidenses, obra referente sobre el impacto de la revolución industrial, la legislación y las barreras institucionales.

Galardonada este lunes con el Premio Nobel de Economía, Goldin es la tercera mujer en recibirlo de un total de 93 personas laureadas desde 1969. Gracias a su extenso trabajo científico hizo un registro histórico de las tasas de empleo. Identificó que el progreso tecnológico, el crecimiento del sector servicios y el aumento de los niveles educativos, potenciaron la demanda de mano de obra femenina durante la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos. Sin embargo, el estigma social, la legislación y hasta el matrimonio, las excluyeron del mercado laboral.

En las últimas décadas las mujeres tienen mayores probabilidades de estudiar y en países de ingresos altos tienen un nivel de educación que supera al de los hombres. Entonces ¿por qué se mantiene la brecha de género salarial y ocupacional? En gran medida se debe al nacimiento del primer hijo. La profesora Goldin ha demostrado que los ingresos caen inmediatamente y no aumentan al mismo ritmo para las mujeres que tienen un hijo que para los hombres, incluso si tienen la misma educación y profesión.

En México la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares publicada en julio refiere que el ingreso promedio trimestral de mujeres con un hijo es de 22 mil 504 pesos, mientras que el ingreso de los hombres con un hijo es de 35 mil 248 pesos; incluso en este ejemplo se evidencian las brechas.

La naturaleza de los mercados laborales de hoy exige que los empleados estén constantemente disponibles y sean flexibles frente a las demandas del empleador. El número de hombres que están todo el tiempo disponibles para la empresa ha provocado que se haya quedado estancada la brecha.

Debido a que las mujeres suelen asumir una mayor responsabilidad que los hombres en el cuidado de hijas e hijos, se dificulta su desarrollo profesional y el aumento de ingresos. En una entrevista la investigadora lo resumió así: “Los hombres están desproporcionadamente disponibles para hacer largas jornadas en el trabajo, mientras que las mujeres están desproporcionadamente disponibles para dedicarse a tareas del hogar”.

Sus trabajos pioneros sobre la historia de la economía laboral y el balance entre trabajo y familia, le han permitido identificar posibles soluciones para cerrar la brecha salarial, entre ellas planificar y financiar el regreso de las mujeres a la fuerza laboral después de tener hijos o trabajar de manera más flexible, y una mayor implicación de los hombres en las tareas del hogar.

Resulta extraordinario que se otorgue el Nobel al estudio de las brechas de género porque visibiliza un fenómeno determinante en la desigualdad económica y de género de las sociedades contemporáneas. El gran reto es modificar las políticas laborales que permitan armonizar las condiciones de las mujeres sean o no profesionistas y evitar los sesgos. Me emociona que sea reconocida esta estudiosa autoproclamada feminista. Que sean muchas más.

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