Eleccin de nuevo rector, no deberia resultar sorpresiva / Hector Estrada

Después de tantos jaloneos al interior de la máxima casa de estudios estatal, este jueves, finalmente fue designado Carlos Eugenio Ruiz Hernández como nuevo rector de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) a quien sus antecedentes académicos, vínculos profesionales y relaciones afectivas terminaron por declinar la balanza a su favor.
Entre protestas emanadas de la propia Facultad de Medicina, el sucesor de Jaime Valls Esponda tomó protesta como nuevo responsable de los destinos unachenses hasta 2018. Así, aunque para muchos el «sigiloso y casi inadvertido» ex secretario de salud estatal no resonaba en la contienda por la rectoría, para otros tantos la noticia no resultó una sorpresa.
Carlos Eugenio Ruiz Hernández, especialista en ginecología, ha dedicado gran parte de su vida curricular la Universidad Autónoma de Chiapas, transitando por diversas áreas administrativas y docentes, además de formar parte del equipo de trabajo de los rectores Antonio García Sánchez, Jorge Ordóñez Ruiz y Ángel René Estrada Arévalo.
Fue justamente durante sus estudios profesionales cuando se consumó uno de los vínculos afectivos que marcaría su carrera profesional, así como su estrepitosa incursión y asenso en la política durante los últimos años.
Y es que, durante sus tiempos de universitario, el nuevo rector de la UNACH fue alumno del ex gobernador Manuel Velasco Suárez con quien construyó una amistad y sirvió como nexo para conocer e iniciar una larga relación afectuosa con Jesús Agustín Velasco Siles, tío del actual gobernador de Chiapas.
Durante los últimos años de su vida, ya más alejado de la vida universitaria, Carlos Eugenio Ruiz Hernández trabajó con el doctor Jesús Agustín Velasco en la creación de la Fundación Manuel Velasco Suárez, de la que ha fungido como director general a nivel nacional. Además de participar en otros proyectos para enaltecer la imagen del ex gobernador Velasco Suárez.
Sin duda es un funcionario de bajo perfil que sin advertir nada ha llegado a puestos de suma importancia, ganando «la carrera» a muchos otros que con todo y su largo historial en la función pública o el sector empresarial han tenido que cederle el paso por razones que resultan sexenales más que evidentes.
Hoy Carlos Eugenio Ruiz Hernández, con sus arraigadas relaciones en «el poder estatal», tiene en sus manos los destinos de la máxima casa de estudios en Chiapas, una institución que necesita ya dejar atrás los tiempos de grilla propios de las transiciones, para iniciar nuevamente el trabajo que la mantenga en desarrollo por el bien de sus estudiantes y por el bien de Chiapas.

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