En la Mira / Hector Estrada

San Fernando, entre la corrupción y el descontento social

A casi un año de que se ventilarán las graves irregularidades cometidas por el alcalde de San Fernando, Chiapas, Raúl Martínez Paniagua, y sus cómplices dentro del ayuntamiento, todo parece indicar que las cosas no han mejorado mucho en aquel municipio donde la carencia de obra pública, inseguridad, la corrupción y la falta de transparencia han desatado ya la inconformidad social.
Como ejemplo de tal malestar ciudadano, para este miércoles importantes comunidades de aquel municipio como Viva Cárdenas, Álvaro Obregón, El Limón, Valle Bonito, El Canelo y 16 de Septiembre ha convocado a una «marcha pacífica» para exigir a las autoridades estatales una auditoría general para el gobierno de Martínez Paniagua, así como la posible renuncia o destitución de munícipe.
Y no es para menos. El gobierno municipal del inexperto presidente se ha caracterizado por involucrarse en una serie de escándalos y señalamientos graves que en febrero del año pasado lo obligaron a presentarse de manera discrecional ante el Congreso de Chiapas para explicar diversos casos de abusos de autoridad, corrupción y desvío de recursos expuestos por los miembros de su propio cabildo.
Para recordar un poco, aún no habían transcurrido ni dos meses de su reciente gestión cuando en noviembre de 2015 el Presidente Municipal, emanado del controversial partido Mover a Chiapas, se convirtió en protagonista del escándalo debido a serias acusaciones que lo vinculaban con malversación de recursos y la inclusión en la nómina municipal de familiares directos de su pareja extramatrimonial.
Aunque el asunto parecía más tema de revistas de chismes, en el fondo expuso importantes pruebas de la corrupción con la que Martínez Paniagua ha construido su administración. El mismo alcalde se encargó de confirmar en sus cuentas oficiales de redes sociales su relación con la imputada (Elena Rubio) quien terminó siendo hermana del Subdirector de la Policía Municipal y del asistente personal del mismísimo Presidente Municipal.
Además de prima hermana del Director de Recursos Humanos y asesor de Tesorería, así como de otros tantos familiares incrustados en la nómina. En fin, el nuevo alcalde terminó convirtiendo a la Presidencia Municipal en una agencia de colocación familiar, pasando mañosamente por encima de la ley que prohíbe a los alcaldes la contratación de familiares directos e indirectos como servidores públicos.
Pero el escándalo tomó mayores dimensiones cuando la Síndico y los regidores de todos los partidos (incluyendo el del propio edil) aprobaron la destitución de la Tesorera Municipal Yesenia Velasco Ruiz debido a múltiples irregularidades relacionadas con presuntos desvíos de recursos en favor del Presidente Municipal. Un acto que el alcalde decidió desconocer de manera unilateral y arbitraria.
Dentro de las acusaciones plasmadas en la misma acta de Cabildo se acusó a Velasco Ruiz por falsear y negar información de la dependencia bajo su cargo en materia de contrataciones y proveedores; todo pese a las múltiples solicitudes formales hechas por los regidores y la respectiva comisión de adquisiciones.
Hoy la situación resulta no ser tan distinta. Las acusaciones pasaron de los pasillos del ayuntamiento al descontento social en las calles y las comunidades. Las voces que piden a gritos la renuncia o destitución de Martínez Paniagua se han diversificado e incrementado, por lo que no vendría mal la inmediata intervención del Órgano Superior de Fiscalización para llamarlo a cuenta y esta vez sí aplicar las auditorías correspondientes.

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