En la Mira / Hector Estrada

Aumentan feminicidios; con Chiapas en la lista negra

Más allá del oportunismo de algunas fuerzas políticas en México y los intentos del Gobierno Federal para minimizar la problemática, los crímenes de odio contra mujeres en México y la violencia sistemática que los rodea es un tema que debe abordarse con absoluta seriedad; y en Chiapas las cifras en este sentido parecen haberse agudizado durante los últimos años.
Según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante enero se cometieron un total de 320 asesinatos de mujeres, esto es, un promedio diario de diez crímenes. De éstos, 73 fueron tipificados como feminicidios y 247 como homicidios dolosos. La cifra de asesinatos de mujeres presentó un aumento del 5.9 por ciento en comparación con enero de 2019.
El caso de Chiapas es aún más preocupante. La entidad registró el 22 por ciento de los feminicidios cometidos contra menores de edad. De las 73 carpetas de investigación por feminicidio, 14 de las víctimas eran niñas y adolescentes, tres de ellas fueron asesinadas en Chiapas. La lista es seguida por Puebla y Ciudad de México con dos cada uno, mientras que el Estado de México, Durango, Sonora, Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila y Tabasco registraron un caso cada uno.
Hasta el momento, la mayor incidencia de mujeres asesinadas se registró en Guanajuato con 53 casos; Estado de México con 26; Jalisco y Oaxaca con 22 casos cada uno; Michoacán con 19; Chihuahua, 15 y Baja California con 14. La Ciudad de México suma hasta la fecha un total de 9 casos, incluyendo los asesinatos de Ingrid Escamilla y la menor Fátima Cecilia, detalla un reporte hecho por el periódico Milenio.
No se trata de problema menor. Las mujeres en Chiapas y todo México siguen siendo asesinadas por el odio feminicida, pero también por la omisión e indiferencia de autoridades que restan importancia o están más entretenidas con asuntos de la política que nada tienen que ver con la seguridad de la ciudadanía.
México ha suscrito más de 50 tratados internacionales en materia de respeto a los derechos humanos de las mujeres, las niñas y adolescentes. No obstante, según datos del INEGI, el 40% de las mexicanas han sufrido algún episodio de violencia; el 47.1% sufren violencia de su pareja o expareja; 31.8% sufren violencia económica, 43.2% son víctimas de violencia comunitaria; y el 38.3% han sido víctimas de abuso sexual.
Es un problema enraizado en las entrañas de la sociedad misma; en la violencia del machismo irracional que siempre está latente. Es ese sentimiento de pertenencia autoritaria, superioridad, salvajismo y poderío absurdo que aún habita en muchos hombres criados bajos los mismos criterios patriarcales. Es en sí un problema que sólo podrá ser arrancado desde el fondo, desde la crianza, desde el hogar y las instituciones responsables de forjar a las mujeres y los hombres del futuro.
Se requiere de sororidad, empatía y compromiso más allá del género para hacer frente a un problema tan añejo. Y es que, la lista de mujeres asesinadas por la violencia feminicida no da tregua. Apenas esté miércoles el nombre de Saira, en Comitán, se sumó a esa dolorosa estadística que tiene que mover de una vez por todas las fibras más sensibles de la sociedad mexicana, sin esperar que la tragedia toque a su puerta… así las cosas.

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