En la Mira / Hector Estrada

¿Y la verdadera militancia morenista en el Congreso de Chiapas?

La verdadera militancia de Morena en Chiapas parece haber quedado nuevamente desplazada por las negociaciones políticas y los intereses externos al partido. Y es que, este martes los rumores sobre la designación de Yamil Melgar Bravo, ex militante panista y ex funcionario del gobierno de Enrique Peña Nieto, como coordinador de la bancada de Morena en el congreso estatal tomó por sorpresa a muchas de las bases morenistas en la entidad.

Según información filtrada a través de redes sociales, la decisión se habría tomado durante una reunión realizada este martes 14 septiembre entre los diputados locales electos de la coalición morenista. La reunión habría sido encabezada por el propio secretario del CEN de Morena, Carlos Molina Velasco, con el respaldo del dirigente estatal Ciro Sales Ruiz.

Aunque el partido no ha confirmado dicha decisión en sus medios oficiales, algunas de las bases militantes ya han expresado su inconformidad ante la posible oficialización de la designación. Y no sería para menos. La coordinación de la bancada morenista para Yamil Melgar representaría la confirmación de lo que tanto denunció la militancia durante todo el proceso electoral pasado: el desplazamiento descarado de los morenistas para imponer a personajes externos ligados al sexenio pasado y el gobierno verde.

Yamil Melgar ha sido siempre un alfil de negociación movido por su hermano Luis Armando. Fue candidato a diputado por el Partido Acción Nacional (PAN) en 2007, delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el gobierno de Enrique Peña Nieto y un operador activo para los intereses de la alianza entre el PRI y el PVEM durante el sexenio pasado. Nunca había mostrado ningún grado de empatía hacia el movimiento obradorista hasta después de 2018 y el pasado proceso electoral.

Sin embargo, no es la primera vez que los intereses de cúpula se imponen al interior de ese partido en Chiapas. Durante la designación de candidaturas a principios de este año, las disputas y denuncias públicas de la militancia hicieron evidente lo que sucedía al interior del partido. Resultados de encuestas que nunca se hicieron públicas y un listado final de candidaturas que terminaron entregando los principales espacios de las elecciones legislativas a personajes externos desataron el caos.

El propio Marcelo Toledo estuvo a punto de quedarse fuera del reparto de las fórmulas plurinominales y de poder repetir al menos tres años más en el congreso local, luego de su disputa con el candidato externo Carlos Morales Vázquez y el ex panista Felipe Granda Pastrana por la candidatura al gobierno de Tuxtla Gutiérrez. No fue gratuito que de todas las candidaturas morenistas al Congreso de Chiapas al menos el 30% hayan quedado en manos de figuras directamente ligadas el gobierno de Velasco Coello.

Lo que sucede al interior de Morena es un asunto que se gestó desde las negociaciones de 2018 para consumar la alianza política entre Velasco y Obrador; acuerdos que terminaron entregando muchas de las curules en el Senado y la Cámara de Diputados a los alfiles del verde. Por eso no debería sorprender que hora los principales espacios de la nueva legislatura estatal queden en manos de externos, con la coordinación de la bancada en manos de un ex «Prianista» y, muy probablemente, la Junta de Coordinación Política o Presidencia de la Mesa directiva en poder de un ex panista… así las cosas.

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