Entrelineas / Jorge Ceballos

No comprendemos el México en que vivimos

¡México es y será un país al que ni sus propios habitantes comprendemos!
No es ser malinchistas ni querer descubrir el hilo negro cuando escribimos lo anterior. Por desgracia, nuestro país está dirigido por personas a las que no se les entiende, jamás sabemos con que nos saldrán nuestros gobernantes y si no nos cree, solo basta ver lo que ocurre en el sistema penal de éste nuestro México lindo y querido.
Lo inentedible de como se dirige la justicia y el gobierno en México, existen muchas pruebas, sin embargo, apenas hace dos días, quienes vivimos en Chiapas, nos enteramos la forma inaudita en que un feminicida confeso fue dejado en libertad, pese a que hace algunos años asesinó a una joven que tuvo la mala fortuna de ser su pareja y atravesarse en su camino.
Nos referimos al caso de Fernando Rosales Toledano, quien en junio de 2013, con saña mató a la Viridians Flores, a la cual arrojó al puente San Cristóbal para posteriormente huir para evitar la acción de la justicia.
Durante años, el asesino -aquí no escribiré la palabra presunto, cuidando la estúpida presunción de inocencia- estuvo recluido, gozando de la impunidad que le da el dinero y las relaciones políticas y sociales; gozó porque simplemente la reclusión ocurría largas temporadas en clínicas de lujo.
El sujeto convertido en un torvo criminal, el año en que ocurrió el crimen, era secretario particular de Luis Armando Melgar Bravo, ex senador del PVEM y hombre muy cercano al dueño de TV Azteca.
Pisoteando los deseos de justicia de la familia de Viridians, hace un par de días, la juez penal Isabel Álvarez Ramos, ordenó poner en libertad a Fernando Rosales, situación que indigna a toda una sociedad, a todo un Estado que exige paguen todos aquellos que han transgredido la ley de una u otra forma.
Es irrisorio, incomprensible y por demás inadmisible que un sujeto que asesinó a una mujer, vuelva a la calle, disfrute de la libertad que debería de habérsele quitado de por vida.
Precisamente, maneras de actuar como la de la juez Isabel Álvarez Ramos, al ordenar la libertad de un criminal, lo que provoca que muchas veces los ciudadanos no entendamos la manera de actuar de quienes tienen la responsabilidad de dirigir a este golpeado país y más, a una entidad como Chiapas.
No tenemos que ir lejos, no debemos ser sesudos analistas y mucho menos tener una bola de cristal, para darnos cuenta que en nuestro Estado no existe una correcta aplicación de la ley.
En entregas pasadas de Entrelíneas, y, desde hace varios años, hemos dado cuenta de la forma rapaz, en que Manuel Velasco Coello, ha llevado la conducción de la administración pública, hemos visto como cientos de empresarios se han ido a la quiebra por la falta de pagos, como mueren diariamente chiapanecos en varios rincones de la entidad, por no contar con la atención médica necesaria, y lo más grave, es que vemos que al aún gobernador lo premian con una escaño en el Senado de la República, pero lo más grave, el próximo presidente de México lo blinda para evitar que la justicia lo alcance.
No crean que nos desviamos del tema principal, para nada, son dos claros ejemplos de que, la mayoría de las veces, no entendemos la actuación y actitud de esos personajes que tienen la responsabilidad de dirigir el rumbo del país.
Si en Chiapas, hubiera un ápice de aplicación de la ley, hoy Fernando Rosales, debería de estar purgando una larga condena por el asesinato que cometió. No debería estar en la calle, porque sus genes malditos de criminalidad, ponen en riesgo a cualquier persona, sin importar el sexo, raso o condición social.
Si los mexicanos, tuvieramos una correcta aplicación de las leyes, Manuel Velasco Coello, debería estar preocupado por ir a hacerle compañía a Javier Duarte de Ochoa, a Roberto Borge Ángulo, a Tomás Yarrington y a Andrés Granier Melo, no debería estar despreocupado por la vida, gozando de aquello que se robó y con su voz de pito, llamando tío a quien nos prometió que a partir del 1 de diciembre, México estaría despertando a una nueva era en la que la corrupción sería erradicada.
Así como se consultó a los mexicanos hace unos días, la cancelación de la obra del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, debería consultar a los chiapanecos ¿en dónde quieren ver a Manuel Velasco Coello? Seguro estoy que muchos, la mayoría desearía verlo tras las rejas y con traje de recluso.
No se ayuden compadres
Cuando alguien critica las acciones que lleva a cabo Morena en el país, casi de manera por demás inmediata, surge la inquisición de las «benditas» y canonizadas redes sociales: chayotero, vendido, apátrida y una serie de calificativos que endilgan a aquel que osa dar a conocer lo que no está bien.
Pues en Chiapas, la dirigencia estatal de Morena a cargo del «todologo» José Antonio Aguilar Castillejos, acaba de cometer un error muy grave, lo que hace ver que Morena se está convirtiendo en el camión de la basura, recolectando lo viejo y podrido de otras fuerzas políticas.
Sin darle más vueltas al asunto les contaré: para la elección extraordinarias que se realizarán en noviembre, Morena decidió que José Luis Damas Ortiz, El Peluche, sea su candidato a la alcaldía de Catazajá.
Si se preguntan ¿quién es El Peluche? Aquí se los diré: es nada menos que el esposo de María Fernanda Dorantes, quien hasta el 30 de septiembre era la alcaldesa de Catazajá, la misma que participó en la elección del 1 de julio en busca de la reelección.
El Peluche, fue durante el gobierno de su esposa el sindico de Hacienda, pero más que eso, era quien verdaderamente gobernaba, quien ordenaba y hacía los negocios que se le antojaba con el dinero del ayuntamiento.
El Peluche gobernó Catazajá en 2010, en un periodo de un año y ocho meses, lo hizo tan mal que perdió ante la priista Marcela Avendaño Gallegos, quien también coqueteo con Morena para las elecciones extraordinarias.
Lo más grave, es que, a El Peluche, se la ha señalado por vínculos peligrosos con grupos delictivos en la zona que busca gobernar, se le acusa de abigeato y otros delitos de los que las autoridades tienen conocimiento.
¿Adivinan quien lo llevó a Morena? Pues nada más y nada menos que el nuevo adalid y quien se cree dueño de esa franquicia: Eduardo Ramírez Aguilar.
¿Se tenía que recurrir a lo peor de la clase política de Catazajá para competir? Van de mal en peor. Hasta la próxima.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *