Esa no es la #Ley3de3: Zoe Robledo

El Senador de Chiapas sostuvo que la iniciativa aprobada por el Pleno de la Cámara Alta no es la que respaldaron con su firma más de 634 mil mexicanos. Se manda un terrible mensaje, agrega

Redacción

[dropcap]C[/dropcap]uando el Senador de Chiapas, Zoé Robledo, planteó frente a los tres Poderes de la Unión que todos los funcionarios públicos tuvieran que presentar de manera pública y sin reservas tres declaraciones —la patrimonial, la fiscal y la de intereses— como una medida para combatir y prevenir la corrupción, mucha gente se acercó y reconoció la noble intención de esta propuesta, pero la mayoría también expresó su escepticismo.
«Luchar contra la corrupción es recuperar la idea de futuro sin quedarnos atrapados en la trampa del presente. El futuro en donde mi hija Julia en 15 o 20 años habrá de preguntarme qué es lo que estaba haciendo yo —siendo senador en un tiempo tan convulso y difícil para el país— para acabar con la enfermedad más terrible del sistema político mexicano.»
Tras un tiempo de promoción y de escasos resultados, el legislador chiapaneco se dio cuenta de que por la vía de la voluntad no se resolvería el problema de la corrupción en México; que había que poner incentivos y castigos; que había, en fin, que construir una ley que volviera obligatorio el ejercicio que algunos, muy pocos, realizaron de manera voluntaria.
«Fue por ello que empecé a trabajar con miembros de la sociedad civil para llevar nuestra revolución pacífica a otro ámbito: el ciudadano. En ese momento las asociaciones civiles tomaron el mando y yo me convertí en un acompañante más; fue así que la Iniciativa de Ley #3de3 nació como un movimiento social histórico por la forma en la que se concibió y cómo fue evolucionando de forma democrática, amplia y participativa.»
El parlamentario dijo que resulta frustrante que luego de una larga lucha, el dictamen que finalmente se presentó a votación, y que se aprobó por mayoría, estuviera tan intervenido y desviado de su propósito original al grado de resultar irreconocible. Que no es la iniciativa ciudadana #3de3 que los mexicanos pidieron.
Robledo reconoció que si bien el #3de3 no era el elemento más importante del Sistema Nacional Anticorrupción, sí es el más legitimador, el más simbólico, el que da significancia a la existencia a todo el sistema. Sin el #3de3 obligatorio y público como lo plantearon los ciudadanos, dijo, este Sistema Anticorrupción es una simulación que pretende engañar a la ciudadanía.
«No sólo porque no cuenta con un elemento esencial para su funcionamiento sino porque ha destruido el mismo símbolo que lo vio nacer; porque ha ignorado el malestar de origen que motivó su discusión; porque su ausencia perpetúa el mal de origen que ha generado tanta corrupción en México: la ausencia de herramientas para empoderar al ciudadano: la ausencia de transparencia, la ausencia de rendición de cuentas.»
Finalmente dijo que la elección de una mayoría de partidos le negó a la ciudadanía el voto que esperaba de sus senadores. Una mayoría que le negó el voto a una iniciativa emanada de ellos y de ellas y no de los políticos. Una mayoría que manda un terrible mensaje: en la democracia, la ciudadanía puede jugar como nunca, pero perder como siempre.

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