Galimatias / Ernesto Gmez Panana

Democracia. Resistencia y pervivencia

En varias ocasiones antes, esta columna ha reflexionado acerca del término democracia. Su significado, sus debilidades y la sobrevaloración que podemos hacer de ella. Wiston Churchill la definió como «el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado» y la idea, con el paso de las décadas y los distintos gobiernos pareciera refrendarse.
La toma de posesión de Joe Biden como nuevo presidente de Estados Unidos permite volver una vez más al tema.
En la historia presidencial reciente de los Estados Unidos, existen al menos tres momentos de crisis y cuestionamiento a su sistema: la renuncia de Richard Nixon ante el escándalo del Watergate, el proceso de destitución de William Clinton por el escándalo Lewinsky y la cuestionada elección en la que contendieron George W. Bush y Albert Gore.
Existieron indicios de un fraude en esa elección reñidísima entre Gore y Bush. Un empate. Al final, luego de un conteo lento y cardíaco en Florida, los votos del colegio electoral por ese estado dieron la victoria para Bush, no obstante que Gore había obtenido un mayor número de votos absolutos en todo el país.
Además de lo cuestionado de su victoria, Bush hijo era conocido por su ignorancia, su falta de entendimiento de la política internacional y hasta por un cierto fanatismo religioso. El peor presidente de la historia, decían algunos analistas, pero fue electo, los norteamericanos votaron mayoritariamente por él y fue designado ganador -haiga sido como haiga sido-, Gore respetó disciplinadamente el resultado y el país no se fue al barranco a pesar de esos ocho años de populismo. La democracia resistió.
A W. Bush le sucedió Obama, en un hecho positivamente histórico, al ser el primer afroamericano en la presidencia.
Irónicamente, luego de ocho años de buena retórica, acciones de política social gentiles y ningún escándalo, el electorado norteamericano optó por un cambio y eligió al polo opuesto, un político de derecha, sin ninguna experiencia política e ignorante del escenario mundial, pero además iracundo, visceral y reactivo. Cuatro años de gobernar desde la tribuna pública moderna, cuatro años de gobernar a tuitazos.
Solo como ejemplo, durante su período se prometió un muro técnicamente imposible de cumplir, una obra faraónica con la que mantuvo la expectativa de sus seguidores duros; se tensó al límite de una guerra nuclear la relación con China y Norcorea, y, no menos relevante, se subestimó al límite la importancia de la pandemia, poniendo a los EEUU a la cabeza en el número de víctimas mortales por COVID-19.
Llegada la elección para un segundo periodo, Trump llevó nuevamente al límite las instituciones norteamericanas, alegó fraude, alegó pruebas aunque nunca las fundamentó, estiró la liga de la sucesión, amenazó con una insurrección que impidiera la transferencia del poder. La rama se dobló a un grado absolutamente inédito pero no se fracturó. La democracia -una vez más aplica aquí el «haiga sido como haiga sido»-pervivió. Trump tuvo que entregar el poder, el país ciertamente está en crisis, pero no en el barranco y hay un nuevo presidente, alguien seguramente no exento de errores, pero sin duda alguien menos ignorante, menos visceral y con más conocimiento de la cosa pública. La democracia resistió y permitió una sucesión ordenada: fueron cuatro años terribles, pero la historia de un país va mucho más allá de un lapso de cuatro años. La historia de las naciones -parafraseo a Lorenzo Meyer- debiera leerse más a largo plazo y no solo a partir de períodos sexenales. El valor de la democracia también.
Oximoronas. Recomendación no pedida. Hace un par de años se publicó en español «Cincuenta innovaciones que han cambiado al mundo», de Tim Harford.
Su título confunde. No se trata de una crónica de la invención desde la imprenta hasta el teléfono celular. Va más allá. Inicia con la invención del arado y su importancia para que nuestra especie dejara de ser nómada, pasa por los estudios de mercado, el alambre de púas, el pasaporte, el código de barras o la cadena de frío. Hay mucho más que entender de su importancia en el funcionamiento del mundo. Ampliamente recomendable. Edita Penguin Random House. Bueno para arrancar el 2021.

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