Galimatías / Ernesto Gómez Pananá

Sin ningún indicio

A inicios de la semana antepasada, el Gobierno Federal presentó el informe de sus investigaciones respecto de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa. Más allá de detalles técnicos, de explicaciones y diagramas, el subsecretario Alejandro Encinas sintetizó en sus palabras, la tragedia de las 43 familias que esperan a sus hijos, tragedia que, dicho sea de paso, es la misma que la de al menos cien mil familias más en nuestro país. En su discurso, Encinas expresó “no hay ningún indicio de vida”. Una vergüenza. Un nunca más.

Independientemente de reconocer el interés oficial por esclarecer lo acontecido con los normalistas, la desazón prevalecía en quien esto escribe, luego de escuchar el informe. Una lista de responsables indirectos, todos de mediano nivel, ningún pez gordo. Lo mismo de otros momentos, lo mismo incluso que con Lozoya.

Pero llegó la tarde del viernes 19 y los medios y las redes hirvieron informando que el ex procurador Murillo Karam estaba siendo detenido -desconozco si cansado o no- a unas cuadras de su domicilio. Una bomba simbólica y mediática. Ahora lo que resta es que -paradojas de la vida- la Fiscalía, esa que él encabezó, documente con suficiencia y oportunidad todo aquello que permita que el señor Jesús “M” y otros tantos respondan, sean enjuiciados y condenados, y no terminen siendo exonerados como Rosario Robles y como pudiera ser que suceda también con el señor del Pato Pekinés de dos mil pesos. Se trata de construir un mecanismo de justicia real y efectivo y no solamente de una prisión preventiva oficiosa que llene las cárceles de delincuentes pero también de inocentes que llegan a pasar décadas sin condena pero presos, porque son miles los cap de paisanos presos que siguen presos por pobreza, por la incapacidad de pagar a un Juan Collado o a un Javier Coello . Si pero no.

Alguna vez, en un mitin, allá en 1988, escuché al enorme Eraclio Zepeda explicar a la multitud lo que era la democracia. Es como un banco de tres patas en el que las tres patas deben ser de un mismo tamaño, decía, porque de otro modo el banco es inestable. Así, las tres patas en nuestro sistema político son el ejecutivo, el legislativo y el judicial y deben pesar lo mismo. Hoy, la construcción de un mejor mecanismo de justicia está en la cancha de la Suprema Corte y en la visión del presidente. Demócrata como es, acatará el dictamen.

Oximoronas 1. La NASA lanzará este lunes la nave Artemis 1, que orbitará la luna. Es el primer paso para que los norteamericanos vuelvan a pisar la luna con Artemis 2 el 2024 y para en el 2025 puedan aterrizar en Marte, con Artemis 3. La nueva carrera espacial es entre China, EEUU, Bezos, Musk y Branson, cinco potencias económicas.

Oximoronas 2. Dos personas fallecidas -lo correcto sería decir asesinadas- y nueve hospitalizadas es el saldo del accidente de una camioneta de transporte colectivo que se quedó sin frenos y se estrelló. Todo esto en Tuxtla Gutiérrez. El chofer y el dueño de la concesión, prófugos. La unidad como es de suponerse, sin seguro contra accidentes. Habría que seguir el hilo e identificar a quién pertenecen realmente esas placas y que esta tragedia permita poner auténtico orden en el transporte público de la capital chiapaneca: Las placas de taxis y de transporte colectivo han sido, durante décadas, fuente de corrupción, pago de favores y financiamiento, siempre en opacidad. Diputaciones y alcaldías se han alcanzado con ganancias de unidades como ésta, bastaría jalar tantito el hilo para develarlo. Cosa de voluntad política. Basta.

Oximoronas 3. Esta semana, el Oximoronas es patrocinado por Tlayudas Lupita, las mejores de América Latina.

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