GN, última esperanza contra la violencia: Willy Ochoa

El coordinador general del Movimiento por la Paz en Chiapas pidió un voto de confianza por la reforma que podría ser la clave para restaurar la paz de México y el estado. No es momento de pensar en dictaduras, sino en los problemas presentes, indicó

Aquínoticias Staff

Willy Ochoa, coordinador general del Movimiento por la Paz en Chiapas (MoPaz), hizo un llamado a confiar en la reciente reforma de la Guardia Nacional, señalando que esta podría ser la clave para restaurar la paz y seguridad en México, especialmente en Chiapas, donde los niveles de violencia han alcanzado cifras alarmantes. En un discurso marcado por la urgencia, Ochoa pidió dejar de lado los temores sobre posibles escenarios de autoritarismo y enfocarse en las soluciones inmediatas para enfrentar la inseguridad.

«Es momento de actuar, no de especular»

Ochoa, quien ha sido una figura activa en la lucha por la paz en Chiapas, subrayó que el contexto actual demanda soluciones concretas: “No es momento de especular sobre posibles escenarios futuros de autoritarismo y dictadura, sino de enfocarnos en resolver los problemas actuales de inseguridad y violencia que aquejan a nuestro estado y al país». Esta declaración responde a las críticas que ha suscitado la reforma, que coloca a la Guardia Nacional bajo el mando militar, una medida que ha despertado preocupaciones sobre el posible debilitamiento de las instituciones civiles.

Resultados mixtos de la Guardia Nacional

El líder de MoPaz reconoció que los resultados de la estrategia de seguridad implementada hasta ahora han sido variados. Según Ochoa, «la Guardia Nacional ha tenido algunos éxitos notables, pero también fracasos evidentes». Las cifras de violencia en México reflejan esta dualidad. Por ejemplo, en 2023, el país registró más de 30,000 homicidios, manteniendo una de las tasas de criminalidad más altas de América Latina. En Chiapas, los primeros cinco meses de 2024 se perfilan como los más violentos de su historia reciente, con un aumento significativo en homicidios, extorsiones y secuestros.

La apuesta del gobierno por la Guardia Nacional ha sido vista como una respuesta a la ineficacia de las fuerzas policiales locales para enfrentar estas crisis. Ochoa sostuvo que si el mando militar logra revertir esta situación, no será motivo de celebración, sino “simplemente el cumplimiento de la obligación fundamental del gobierno de garantizar la seguridad de sus ciudadanos».

¿Una medida decisiva o un encubrimiento?

Sin embargo, Ochoa también advirtió que, de no cumplirse las promesas de mejora en la seguridad, la adhesión de la Guardia Nacional al mando militar quedará expuesta como un fracaso gubernamental. “Si esta medida no produce cambios significativos en la situación actual, quedará en evidencia que ha sido solo un intento de encubrir la ineficacia gubernamental en materia de seguridad pública”, declaró.

Esta preocupación no es infundada. En Chiapas, la situación de violencia se ha agudizado en los últimos años, con regiones en las que el control territorial de grupos delictivos ha debilitado la autoridad estatal. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y mayo de 2024, los delitos de alto impacto en Chiapas crecieron un 25% en comparación con el mismo período del año anterior, afectando gravemente la calidad de vida de sus habitantes.

Ochoa destacó que “la adhesión al mando militar de la Guardia Nacional representa el último recurso del gobierno federal”. Y añadió que, a partir de ahora, el gobierno debe cumplir con sus propias leyes y promesas, incluyendo el fortalecimiento de las policías estatales y municipales, uno de los puntos más criticados de la estrategia de seguridad del actual gobierno.

El desafío en Chiapas y su impacto nacional

El coordinador de MoPaz explicó que el conflicto en Chiapas no es aislado, sino que refleja el reto nacional en términos de seguridad. La violencia que afecta a este estado del sureste mexicano ha alcanzado niveles históricos, con asesinatos, desplazamientos forzados y extorsiones que han afectado a comunidades enteras. Este deterioro de la seguridad ha generado un clamor popular por acciones más decididas por parte del gobierno.

«Nuestro estado ha experimentado un aumento preocupante en los índices de violencia, con los primeros cinco meses de 2024 perfilándose como los más violentos en su historia reciente», advirtió Ochoa. Esta situación no es única de Chiapas, pero el estado, que históricamente ha sido uno de los más pacíficos del país, ahora enfrenta retos similares a los que sufren regiones como Guerrero o Michoacán, conocidas por la presencia de grupos del crimen organizado.

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