Hoja de Apuntes / Enrique Alfaro

La realidad de Albores y la de los mexicanos…

Con motivo de la entrega de la medalla Belisario Dominguez, el senador Roberto Albores Gleason ofreció una pieza discursiva reveladora, plagada de complacencias, en que se hace palpable el distanciamiento de la realidad del legislador chiapaneco con la que vive la inmensa mayoría de mexicanos.
En su afán de justificar la entrega de la presea al empresario Alberto Bailléres González —segundo hombre más rico del país—, Albores alabó el «emprendedurismo» del hombre de negocios y se ufanó de ser parte de una generación «decidida, plural y optimista, que no administra la coyuntura, sino que transforma con acciones contundentes la realidad que vivimos.»
Al hacer una descripción de los avances del país, presumió que es una realidad el fortalecimiento de nuestras instituciones electorales y que estamos consolidando nuestra democracia en pluralidad.
La anterior afirmación se da luego de que el más reciente estudio del Latinobarómetro 2015 señalara que, dentro de Latinoamérica, México es el país de mayor insatisfacción democrática: sólo 19 de cada 100 están satisfechos y es la nación de la región con menor respaldo a la democracia frente a otras formas de gobierno.
Para Roberto Albores, «a partir de diagnósticos certeros, un liderazgo sólido, acuerdos y reformas concretas- esta generación ha dicho sí y está decidida a transformar a nuestro país (…) con esquemas de competencia económica que mejoren la calidad y precios de los productos y servicios y beneficien al consumidor. Estamos decididos a que la competencia sea una palanca de prosperidad y freno efectivo a las prácticas antimonopólicas y anticompetitivas (…) no titubeamos al fortalecer las finanzas del Estado que estaban ubicadas en los sótanos de recaudación en el Mundo. Estamos decididos a fortalecer los ingresos del Estado para cubrir las enormes necesidades que tiene nuestro país, con un federalismo fiscal equitativo y distributivo».
Nuevamente la visión del senador dista del sentir de los mexicanos que se quejan de que las políticas públicas recientes no han generado bienestar para las actuales generaciones.
Al cuestionamiento del Latinobarómetro acerca de la marcha de la economía, nacional, la inconformidad se manifiesta mayor que con la democracia: sólo 13% está satisfecho con los resultados económicos y sólo 11% considera que la situación económica es buena.
Según Albores, «las reformas estructurales impulsadas con visión por el Ejecutivo Federal y aprobadas en el Congreso de la Unión, han sentado nuevas bases para el desarrollo sostenido e incluyente, así como para acabar con la pobreza y la desigualdad que tanto nos lastiman».
Según especialistas se requieren cambios profundos en la política económica, fiscal, salarias, productiva, laboral y social, que los legisladores finalmente no atendieron en el presupuesto 2016.
Los parlamentarios ignoraron el conjunto de propuestas de los expertos de «Acción Ciudadana Frente a la Pobreza»:
1.- Eliminar los programas redundantes, los subsidios regresivos y la proliferación de programas sin resultados, como los subsidios agrícolas y ganaderos y la condonación de impuestos a grandes empresas. Debe haber una reestructuración de los programas productivos porque no llegan a quienes deberían, ni contribuyen al desarrollo.
2.- Reducir los espacios para uso político del gasto público y el gasto oneroso de la administración pública, por ejemplo: el Ramo 23, los bonos y pagos extraordinarios a servidores públicos, el seguro médico privado, el alto monto en el financiamiento de campañas y partidos, la propaganda gubernamental y las partidas discrecionales de legisladores.
3. Fortalecer las inversiones sociales, de salud, educación e infraestructura productiva. Incluir mecanismos efectivos de protección contra la corrupción, como ampliar la cobertura del sistema de protección social en salud para lograr la cobertura universal y mejores inversiones en el sur del país; articular una política de recuperación salarial del país, comenzando por los salarios mínimos.
4.- Crear los mecanismos de rendición de cuentas y vigilancia ciudadana que permiten un uso eficiente y transparente de los recursos públicos, por ejemplo: un padrón único de beneficiarios como vía obligatoria de acceso a subsidios. Conectar la contraloría social con el Sistema Nacional Anticorrupción y transparentar en datos abiertos el ejercicio de los recursos públicos.
Frente al discurso autocompaciente de Roberto Albores Gleason, la realidad de país se manifiesta en contrario. Desde la comodidad de su posición senatorial, el comiteco ve un país donde los «emprendedores» triunfan, cuestión que es cierta si se nace rico porque los pobres están condenados a seguir siendo pobres.
En nuestro actual sistema político y económico prosperan rapidamente quienes participan de la corrupción o se vinculan con la delincuencia, como lo demuestra la estadística del sistema de justicia en el país.
El discurso en comento del senador presidente de la la Comisión de la Medalla Belisario Domínguez, pronunciado durante la sesión solemne de entrega de dicha presea al millonario Alberto Bailléres González, triunfó y cosechó aplausos precisamente ahí donde se niegan a ver la realidad que vive la mayoría del país, ahí donde la partidocracia cosecha sus mejores frutos, ahí donde los juniors políticos y los emprendedores, hijos de emprendedores, cultivan las relaciones que hacen posible que sigan haciendose ricos.

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