La enfermedad social desde la infancia / Claudia Corichi

Hay un fuerte problema de abuso de alcohol y otras sustancias asociadas en el país. Los datos son alarmantes y lo han sido por años

Aquínoticias Staff

Desde 2007, la OMS ha notado el problema del alto consumo de alcohol en las Américas, y fue considerado el principal factor de riesgo para la carga de morbilidad en la Región con un consumo 40% mayor que el promedio mundial. La última ENCODAT (2016-2017) muestra cómo el problema persiste y se ha agravado bajando la edad de consumo inicial a niñas y niños de 10 años y se incrementó 250% entre mujeres de 12 a 17 años durante el periodo 2011-2016.

El consumo y abuso frecuente de bebidas alcohólicas, se asocia con distintas consecuencias, como accidentes de tránsito, y fallecimientos y trae consigo un abanico de afecciones como algunas formas de cáncer, enfermedades hepáticas, cardiacas, obesidad y lesiones en el sistema nervioso central y periférico. También, recae en el uso combinado con otras sustancias, e influye en prácticas de riesgo que conducen al contagio de ETS. Entre los efectos sociales se encuentran la reducción de la productividad laboral y ausentismo que puede derivar en pérdida del empleo entre otros problemas económicos, lo que estresa los hogares afectando a las personas de su círculo inmediato, proclives a episodios de violencia familiar y abuso.

De acuerdo con la ENSANUT 2018-2019, el consumo de bebidas alcohólicas entre personas de 10 a 19 años fue de 29.8%, 22.5% en los hombres de y una cifra mayor, 26.6% en las mujeres. Con esto en mente, la especialista Eunice Rendón, de la Red de Jóvenes Viral, ha documentado la facilidad con la que la niñez puede adquirir bebidas llamativas como las «gomichelas» que contienen alcohol y alto grado de azúcar entre otras sustancias a precio muy accesible (alrededor de 25 pesos por litro).

Existe, incluso, una nueva propuesta de esquema fiscal específico para la industria de las bebidas alcohólicas, ya que el actual propicia que adolescentes, consuman bebidas no reguladas.

Entre las opciones se encuentra el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), con cuota fija en función del contenido de alcohol por litro, con el que las cervezas (artesanales), el mezcal y los vinos nacionales pagarían menos, y las bebidas que hoy resultan baratas y de mala calidad, pero con alto grado de alcohol contribuirían más.

Políticas públicas de prevención de adicciones y consumo temprano de alcohol, reglas publicitarias limiten los espacios de exposición y reduzcan la exacerbación de estas bebidas, así como otras medidas sociales, económicas y educativas son necesarias para construir una mejor sociedad en el presente y el futuro.

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