La entrevista banquetera / Éxar Casmo

—Diputado, diputado, unos comentarios por favor.
—Claro que sí, amigo; nomás sé breve, porque va iniciar ya la sesión y luego ustedes nos balconean que nos retrasamos mucho.
—¿Que se le está cayendo la mesa?
—No sé de dónde sacan eso, en la Mesa Directiva estamos trabajando muy bien, tenemos buena productividad en las sesiones, los foros de la reforma constitucional van…
—Disculpe, me refería a la mesa de su oficina, que sus muebles están deteriorados, que se le está cayendo el techo.
—¡Ah, sí, sí! La verdad ya necesitaba una manita de gato, tenía filtración de humedad, el aplanado se estaba descascarando… hasta me estaba blanqueando de tanto yeso que caía sobre mí. Y como que también los muebles ya querían una modernizadita…
—¿Y no se le hace mucho dinero 186 mil pesos para la remodelación si casi no la usa?
—¿Qué me quieres decir, que no trabajo?
—Para nada, diputado. Lo digo por el tiempo que le quitan sus múltiples gestiones; se le ha visto muy activo viajando a los municipios, como que los tiempos andan adelantados, se le ve apresurado.
—Así lo exige mi responsabilidad, no podemos desmayar en nuestra humilde misión de sacar adelante a Chiapas, los chiapanecos me lo demandan.
—Dicen que aspira usted a la grande…
—¿Qué pasó? ¿Así de llevado?
—Ah qué diputado, fue sin albur. ¿Preguntaba si quiere usted gobernar el estado?
—¡A mí que me den por muerto!
—Eso me sonó al «Peje». Por cierto, ¿sigue estando muy verde?
—Ni tanto, ya tengo mis añitos en la polaca.
—Preguntaba porque dicen que se está usted amorenando.
—¿Más? Será por tanto sol; si nomás mira el apodo que me pusieron…
—¿Entonces no tiene tratos con el señor López?
—Para nada, no dice ni Pío.
—Le apedrearon el rancho los de Chenalhó…
—Debe respetarse la paridad de género; la presidenta no ha presentado su renuncia, no aceptaremos chantajes.
—O sea que la ley no se toca ni con el pétalo de una Rosa.
—La ley no se negocia.
—Pese a los conflictos, ¿se siente usted firme en la Mesa?
—No me mueve ni un temblor.
—ERA usted alcalde, ERA usted diputado federal, ERA usted secretario de Gobierno, ¿viene un nuevo ERA?
—Déjese de boberas. Se acabó el tiempo.

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