De destapado a enterrado
El sábado 22 de abril el Senador y Presidente Estatal del PRI en Chiapas, Roberto Albores Gleasón, presentó su informe ciudadano en un intento por demostrar su poderío político rumbo a la próxima jornada electoral apostando todo a la pretenciosidad y al programa de inclusión social «PROSPERA», con el que estaba convencido de vestir el estadio Víctor Manuel Reyna de rojo pero le salió el tiro por la culata, cuando gente de su seguridad expulsó a dos reporteros del evento por evidenciar a través de entrevistas que los asistentes no sabían quién era el Senador; asimismo hubo declaraciones sobre sobre la obligatoriedad de asistir al evento para no perder su apoyo de «Prospera».
Desde las ocho de la mañana de ese sábado ya se podía observar a decenas de autobuses y camionetas de redilas con miles de acarreados. Para que se den una idea solo en el libramiento norte de poniente a oriente tanto en el carril de alta y baja velocidad, había un tráfico intenso desde la calle central hasta el estadio de futbol, gracias a esto hubo accidentes vehiculares y cómo no haberlos si el calor estaba insoportable y ya se imaginarán los humores de la gente, pero también hay que imaginar a todos los ciudadanos obligados que desde muy temprano asistieron al estadio para esperar el inicio del informe bajo el sol en un Tuxtla con 38°C.
En ese marco fue que los reporteros Nehemías Jiménez y José David Morales Gómez, cumplían con sus labores periodísticas realizando un sondeo en donde varias personas declararon que debían asistir al informe ciudadano y quedarse hasta el final para firmar un documento que avalará su asistencia, ya que de no hacerlo se les daría de baja automáticamente del «Programa PROSPERA»; en ese momento personal de seguridad del Presidente Estatal del PRI los abordó y les pidió dejarán de grabar, deteniéndolos y expulsándolos del evento sin importar las protestas de los asistentes que gritaban los dejaran trabajar y en libertad. Posteriormente fueron puestos a disposición de agentes de seguridad pública municipal por alterar el orden, quienes los mantuvieron en la patrulla y fueron liberados tras un breve lapso.
Así fue como el Senador Albores acaparó los reflectores de medios estatales y nacionales, intentando lavarse las manos declarando a través de su cuenta de Facebook oficial: «Recientemente me enteré de un desafortunado evento ocurrido durante mi informe ciudadano en donde estuvieron involucrados un reportero y unos elementos del equipo de seguridad del estadio. Quiero manifestarme en contra de estos hechos pues estoy rotundamente a favor de la libertad de expresión respetuosa y de la libertad de los medios para reportar las noticas que consideren oportunas». Entonces ahora resulta que su gente de seguridad se manda sola y no tenían instrucciones de proceder contra todo aquel que evidenciará el tema de los acarreados por el «Programa PROSPERA».
Pero ¿Por qué el temor y el accionar contra el sondeo que hacían los reporteros? La respuesta es sencilla, de acuerdo a la Ley General en Materia de Delitos Electorales, en su artículo 7 fracción IV, dice que «se sancionará a quien amenace con suspender los beneficios de programas sociales, ya sea por no participar en eventos proselitistas, o bien, para la emisión del sufragio en favor de un candidato, partido político o coalición».
Así fue que en un evento donde el plan era destaparse como un «fuerte candidato» a la gubernatura del estado, terminó siendo un posible entierro político para Albores Gleason, quien ahora figura como un opresor de la libertad de expresión y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) , tendrá que actuar al respecto porque de ser cierto que los asistentes fueron obligados a asistir al evento a cambio de no perder su apoyo de PROSPERA, los responsables podrían enfrentar una sanción que va desde cincuenta a cien días de multa y de seis meses a tres años de cárcel.
