La generacin de aficionados que nunca ha visto campen a su equipo

Daniela Mérida es aficionada al equipo Cruz Azul. Nunca lo ha visto campeón.

Nacieron después de 1997 así que nunca les tocó ver campeón al Cruz Azul aun así es su equipo

Sandra de los Santos / Aquínoticias

En la imagen aparece Francisco Palencia levantando la copa acompañado de Oscar «el conejo» Pérez, también están Julio César Yegros, Carlos Hermosillo y  Héctor Adomaitis. Fue en el torneo de invierno de 1997 cuando Cruz Azul ganó su última copa en un marcador que quedó uno por uno contra León. Ni una de las personas entrevistadas para este trabajo habían nacido o tenían consciencia para recordar ese momento. Es la generación que jamás ha visto ganar a su equipo, pero aun así son aficionados del grupo  Celeste.

Manuel Carrasco nació en noviembre de 1997, un mes después de su nacimiento fue que el Cruz Azul, sin saber que tardaría tanto en alzar de nuevo una copa, festejó haber ganado el torneo. El joven no recuerda con precisión cuándo es que se convirtió en aficionado de este equipo.

«Creo que tiene que ver con que siempre lo veía en liguilla y era constante el que estuvieran, y me fue gustando» cuenta Manuel. En su familia había una inclinación por el fútbol y por el equipo, pero él agarró la situación más en serio. Sigue las temporadas e iba a ver los partidos del Cruz Azul cuando se enfrentaba con Jaguares.

Las y los aficionados del grupo celeste son resilientes, pero también tienen otra característica son supersticiosos, están convencidos que al equipo le va mal por algo que en lo individual como seguidores hicieron mal. «No debí de ver el partido, cada vez que lo veo pierden», «no debí de apostar», «siempre que pongo que van a ganar terminan perdiendo» y las letanías son inmensas.

Manuel no es la excepción antes de que se jueguen los partidos de la final dice: «Sin querer echar la sal lo que digo es que no podemos caer más bajo porque no podemos perder contra Santos, porque una cosa es perder contra el América o Pumas, pero no ganar cuando no es un equipo grande,  sería mucho».

Manuel Carrasco confía que este sea el torneo bueno del equipo.

No es la primera vez que ha visto al Cruz Azul llegar a la final y no quiere acelerarse de más y decir «está es la buena», pero se pregunta a menudo qué seguirá después si es que ganan.

«Cada vez que pasan me pregunto «¿será que ya me ilusiono o no? Creo que todos esperamos que llegue por fin ese día que celebremos al máximo, que llegue la gran satisfacción».

El irle al Cruz Azul es adrenalina inyectada vía intravenosa. Hay cosas que solo le han sucedido a este equipo. La épica final del torneo de clausura del 2013 cuando el América le ganó al Cruz Azul en los últimos 10 minutos o apenas la semifinal del año pasado con Pumas que también cambió el marcador de manera abrupta en el partido de vuelta.

«El año pasado entendí que solo hay cosas que le pueden pasar al Cruz Azul, te enseñan a decepcionarte a ser más fuerte y más fuerte» dice Manuel que aunque el dicho diga que a los celestes hay que irles, pero no ilusionarse, él no sabe cómo hacerlo.

Esmeralda Castillo y Daniela Mérida son dos jóvenes aficionadas al Cruz Azul. Ambas no tienen aún 24 años de edad, tampoco han visto campeón al equipo.

«Algo que sirvió para motivar mi afición es que yo nací a finales de noviembre del ’97, específicamente el 27. Ellos fueron campeones unos días después en diciembre de ese año, con un gol de penal anotado por Carlos Hermosillo quien correspondía a la playera número 27» cuenta Dani.

Solo una persona que es apasionada del futbol y/o de un equipo entiende las lágrimas, frustración o alegría que causa ganar o perder un partido. Es una sensación distinta a otras emociones porque al final del día también se sabe que solo se trata de un juego y que va a pasar.

«Lloré muchísimo en esa final legendaria contra América cuando remontó en los últimos minutos. Últimamente ya no me decepciono tanto con sus derrotas o eliminaciones pero todos los torneos pienso que es el bueno, y me emociono cuando van jugando bien y avanzan hacia el campeonato» cuenta la seguidora.

A Esmeralda lo que le cautivó del equipo fue, precisamente, su insistencia, el estar a punto de ganar, y perder al último minuto; pero en el próximo torneo intentarlo de nuevo.

«Cuando tenía entre seis y siete años recuerdo haber visto un partido de este equipo. La familia por parte de mi papá son muy allegados al fútbol, pero la mayoría le va a las Chivas, pero a mí nunca me gustó ese equipo, pero cuando vi al Cruz Azul me llamo la atención» cuenta Esmeralda.

Tiene en su memoria todavía a algunos jugadores que hicieron historia en el Cruz Azul, los últimos que lo hicieron campeón.

A estos tres jóvenes les gusta la constancia del Cruz Azul, aunque les ha roto el corazón más de una vez, han aprendido junto con el equipo que la copa es el sinónimo de Ítaca, y que lo importante ha sido el viaje para llegar a ella, pero a diferencia del poema, ellos ya le piden a su equipo que no tarden tantos años en obtener la copa y que esta temporada «sí sea la buena».

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