La lectura como acto de placer

La lectura en voz alta es una fascinación que tenemos muchas personas. Nos gusta que nos lean y también leer. Hay mucho disfrute en escuchar un texto en la voz de otro, sobre todo cuando quien lee sabe contar

Sandra de los Santos / Aquínoticias

En mi tiempo como periodista y docente me han invitado a participar en presentaciones de libros; conferencias sobre feminismos, acceso a la información pública, transparencia, democracia, educación y periodismo; también me he colado en paneles de discusión de diversos temas, pero en todos estos años nunca me habían pedido participar en una mesa literaria leyendo mis textos periodísticos. Aunque tenía compromisos previos para ese viernes 21 de abril, decidí hacer algunos cambios para poder participar en este evento organizado por Galería Caleidoscopio a propósito del día internacional del libro.

El oficio de las y los periodistas está vinculado con la actualidad, la información que sirve para algo, que ayuda a tomar decisiones; las personas no asocian nuestro trabajo al placer o el entretenimiento. Cuando abren un periódico, una revista informativa o un portal de noticias lo que buscan es encontrar información, «algo útil», y por supuesto esa es nuestra principal labor. Pero, existimos quienes queremos contar otras historias, que como dice Alma Guillermo Prieto buscamos que «los géneros periodísticos también estén al servicio de las buenas noticias», aunque yo más bien diría al placer.

Desde que tengo uso de razón he tenido una mirada crítica hacía el canon literario, y veo con recelo quienes desde un pedestal dicen «este autor sí, aquel no», «tal género es bueno y el de los otros es pésimo». También cuestiono el «canon periodístico». Debo de confesar que me encantan las rupturas (las sentimentales son las que no me acomodan muy bien). Creo que cuando nos atrevemos a romper y tratar de construir pidiendo prestado elementos de todos lados (cualquier tipo de texto) y ponemos en el centro la historia que queremos contar el resultado siempre termina siendo algo interesante.

La lectura en voz alta es una fascinación que tenemos muchas personas. Nos gusta que nos lean y también leer. Hay mucho disfrute en escuchar un texto en la voz de otro, sobre todo cuando quien lee sabe contar (entre las cosas que anhelo hacer es tomar talleres para desarrollar esa habilidad). Bueno…la idea de irme a meter a una mesa literaria de colada me parecía muy atractiva así que llegué puntual a la galería.

Mis compañeros en la mesa son personas que se dedican a la literatura y tienen experiencia en ello: Edgar Núñez Jiménez, Karla Barajas (a quien me encanta siempre leer), y Samuel Chan.

Un día antes mi hermana Patricia Chandomi me había sugerido qué textos compartir y decidí hacerle caso, aunque solo termine leyendo uno de los cuatro que me propuso porque vi que mis compañeros hicieron lo mismo…así que como era mi primera vez decidí seguir los pasos de quienes estaban en la mesa.

Escuché atenta los fragmentos de su libro «Pasos y silencio», que leyó Edgar Núñez Jiménez. Me encantó escuchar de voz de Karla Barajas algunas minificciones, que ya había tenido oportunidad de leer en el libro «Donde habitan las muñecas». Gracias a Samuel Chan y su crónica de ficción «la barranca de los Santitos» estoy muy animada en hacer este género muy pronto. Mi intervención fue leyendo una crónica que escribí  hace varios ayeres, no quise extenderme porque buscaba evitar ser esa colada a la fiesta que termina dando el brindis de la boda.

Mi primera vez de colada en una mesa literaria estuvo interesante…yo creo que sí lo vuelvo hacer. Al final del día ya debemos de entender eso de que lo de hoy es la transdisciplina y el juntarnos todas y todos para hablar de lo que nos gusta y nos produce placer.

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