La legalizacin del aborto en Chiapas es un asunto de salud pública e igualdad social

Las mujeres que tienen recursos económicos o redes de apoyo tienen posibilidades a someterse a abortos seguros porque pueden pagar los servicios médicos y tener los cuidados necesarios, sin temor a ser denunciadas

Sandra de los Santos / Lucero Natarén / Ana Liz Leyte

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En Chiapas, como la mayoría de los estados de la república mexicana, el aborto está penalizado a excepción de tres causales: malformación congénita, esté en riesgo la vida de la mujer y violación sexual.

La legalización del aborto es un asunto de salud pública, igualdad social y derechos humanos. Los argumentos «morales» sobre el tema pueden seguir mientras mujeres sin recursos económicos siguen abortando en condiciones inseguras, o son extorsionadas por personal de salud o de «justicia» al momento de acudir a los servicios públicos cuando tienen complicaciones  por abortos mal practicados.

La penalización del aborto no ha impedido que las mujeres recurran a esta práctica por diferentes motivos. Lo que sí ha ocasionado es que las mujeres de bajos recursos económicos o que no cuentan con una red de apoyo lo hagan en condiciones inseguras y con ella pongan en riesgo su vida.

Para abortar las mujeres en Chiapas, sobre todo las de bajos recursos económicos, recurren a prácticas de riesgo como tomar medicamentos sin prescripción médica, ingerir infusiones de hierbas e inclusive arrojarse de las escaleras. Todo esto pone en riesgo su vida.

Muchas mujeres no acuden a los servicios médicos públicos, aun cuando tienen complicaciones después de un aborto mal practicado, por temor a ser aprehendidas o ser juzgadas.

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado lo riesgoso que es la práctica de abortos inseguros y como en Latinoamérica, donde está penalizado en diferentes regiones, la mortalidad por estos casos va en incremento.

Las mujeres que tienen recursos económicos o redes de apoyo tienen posibilidades a someterse a abortos seguros porque pueden pagar los servicios médicos y tener los cuidados necesarios, sin temor a ser denunciadas.

La penalización del aborto afecta a todas las mujeres porque  impide el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo; pero pone aún más en desventaja a las mujeres que no tienen recursos económicos lo que significa una desigualdad social.

La despenalización permitiría que las mujeres se sometan a la práctica en condiciones que no pongan en riesgo su vida; pero además no obliga a ninguna mujer a abortar.

A propósito de que este 28 de septiembre es el Día Internacional por la Despenalización del Aborto te presentamos este trabajo, que ofrece una mirada sobre las prácticas del aborto en Chiapas y el acompañamiento que hacen algunas organizaciones.

«La odisea» de abortar de manera segura durante la pandemia

Ana es una joven de 28 años de edad, originaria de Chiapas, quien en junio de este año tuvo que interrumpir su embarazo con medicamentos por cuestiones de salud, ya que, de continuar en este proceso, su vida corría peligro, pues desde pequeña ha padecido múltiples enfermedades.

Su médico de cabecera le informó que, en caso de decidir embarazarse, tendría que ser un proceso monitoreado y bajo estrictos cuidados, sin embargo, esto no la exentaba de riesgos a su propia vida en el alumbramiento, entendida de ello, siempre busca utilizar métodos anticonceptivos, pero estos fallaron, quedando embarazada.

Sólo confirmó su estado hasta que se realizó un ultrasonido, para entonces habían pasado casi dos meses de la concepción, cuenta no haberlo notado antes porque sufría irregularidades en su periodo menstrual debido a un tratamiento médico.

Padeciendo los múltiples síntomas de un embarazo no planeado, decidió poner en primer lugar su salud y evitar complicaciones en el futuro, pero ¿a dónde acudir?

Páginas de organizaciones que trabajan con el derecho a decidir

Fondo María

Católicas por el Derecho a Decidir

Campaña Nacional por el Derecho a Decidir

Ana explica desconocía qué opciones tenía para practicar un aborto seguro y que fuera costeable para ella, pues considerando la pandemia, no tenía muchas alternativas, por lo que decidió contarle a una amiga y fue ella quien le brindó consejos y le contó que no era necesario viajar a la Ciudad de México para practicarlo.

«Yo desconocía en donde podría practicarme un aborto, pero fueron tres chicas quienes me brindaron acompañamiento en el proceso, aun sin conocerme, además de no juzgar mis razones», refiere.

Ana dijo que gracias al acompañamiento que le brindaron pudo despejarse muchas dudas y entender que no estaba sola y que no era ni la primera ni la última mujer que necesitaba ayuda con un embarazo no planeado.

«Me compartieron la suficiente información para determinar qué tipo de aborto podía practicarme, considerando mis seis semanas de embarazo, y qué reacciones traían consigo cada método. Me proporcionaron un manual y una App para un aborto seguro y entendí que no estaba sola, además de que supe que existen subsidios para practicarse un aborto a bajo costo».

Relata Ana que el acompañamiento que estas jóvenes y especialistas le ofrecieron, le hizo reflexionar sobre la situación de vulnerabilidad que enfrentan miles de mujeres en Chiapas y en el mundo.

«Se habla de derechos, pero en este caso, si por falta de recursos o lugares seguros donde practicarse un aborto, las mujeres no pueden ejercerlos, entonces se convierten en privilegios, a los cuales, lamentablemente, sólo algunas podemos acceder», reflexionó.

Aunque Ana pudo interrumpir su embarazo, esto no fue una situación sencilla, ya que tuvo que viajar varios kilómetros desde su comunidad hasta San Cristóbal de Las Casas, poniendo en riesgo su salud debido a la crisis sanitaria actual.

Ella dice no pertenecer a ninguna colectiva feminista, pero la situación que vivió le hizo comprender la importancia de estos movimientos y la búsqueda del acceso a un aborto seguro en todo Chiapas.

La realidad de las mujeres que viven un aborto en las comunidades indígenas

En comunidades indígenas los abortos -no sólo en mujeres jóvenes, sino de diferentes edades- cada vez es más frecuente, así lo dio a conocer Leticia Sánchez Méndez, integrante de la Colectiva Mujeres Tseltales Esperanza Viva, quien señaló que las mujeres han comenzado a decidir sobre sus propios cuerpos y comienzan a rechazar la idea de convertirse en madres de una gran cantidad de hijos.

La activista feminista señaló que en comunidades del municipio de Chilón en lo que va del mes de septiembre una mujer se ha acercado a la Colectiva que representa para solicitar apoyo para abortar, mientras que en el mes de agosto fueron tres mujeres y en julio fueron dos más.

«Antes no había una guía para que se realizara un aborto, antes lo hacían con parteras y algunos tés, pero no da un buen resultado y cuando empezamos a hablar sobre el aborto, yo acompañando a las mujeres a través de la colectiva, les damos información o les consigo las pastillas y les pregunto si quieren que las acompañe y como son comunidades indígenas, las mujeres siguen trabajando», señaló la activista feminista Leticia Sánchez.

Lamentó que en municipios indígenas sus autoridades se enfoquen en temas políticos, antes, durante y después de sus gestiones y que no muestren interés en abordar temas de derechos sexuales y reproductivos, pues aún se tiene arraigado la cultura machista, en donde las mujeres sólo sirven para servir a sus esposos y criar hijos.

«Inclusive no tenemos medicamentos en los Centros de salud comunitarios, no tenemos nada, las autoridades están trabajando en otros temas políticos y no hay nadie que realmente se preocupen por los derechos de las mujeres o se hable del aborto, la verdad no, para ellos está prohibido, no les importa y ese tema está ignorado totalmente, es recriminable realizarse el aborto».

Sánchez Méndez, explica a las mujeres indígenas que acuden a ellas, que nadie puede negarles el derecho a decidir, ni imponerles sobre sus cuerpos, «tenemos que luchar porque se garantice el aborto y se hable de estos temas en nuestras comunidades», dijo.

La lucha feminista por el derecho a decidir

En Chiapas como el resto del país el derecho a un aborto legal y seguro se ha convertido en una de las principales banderas de la lucha feminista.

En la entidad existen diferentes movimientos a favor de la despenalización del aborto. Hace cuatro meses entregaron un proyecto de Ley al Congreso del Estado que busca reconocer el aborto legal y seguro en Chiapas, hasta ahora, no ha entrado a primera lectura. Pero, a decir de las activistas su lucha continuará así como su acompañamiento a otras mujeres que busquen un aborto seguro.

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