En la Mira / Hector Estrada

La omisión gubernamental también las está matando

[dropcap]E[/dropcap]n México, el reconocimiento del derecho que tienen las mujeres para una vida libre de violencia y la creación de leyes para «protegerlas» de muy poco han servido ante la ineficacia, omisión y complicidad de las autoridades encargadas de aplicar este nuevo marco legal. Ellas simplemente siguen muriendo y hoy los desgarradores ejemplos sobran.
Chiapas se ha vuelto una de las muestras más alarmantes. Las fotos de desaparecidas y mujeres asesinadas con niveles brutales de odio se han convertido en una constante entre las redes sociales y las nuevas plataformas de comunicación que, ante la aparente indiferencia de los medios tradicionales, se han vuelto los canales recurrentes de exigencia y auxilio a una situación que cala hondo.
Y no es para menos. Según Amnistía Internacional, la violencia contra las mujeres y las niñas es un problema global. Es la violación a los derechos humanos más extendida y arraigada en casi todas las sociedades contemporáneas. En México, según datos del INEGI, el 40 por ciento de las mujeres han sufrido algún episodio de violencia a lo largo de sus vidas.
Actualmente, el 47 por ciento sufren la violencia de su pareja o expareja; el 31 por ciento sufren violencia económica; el 43 por ciento son víctimas de violencia comunitaria; el 38 por ciento han sido víctimas de abuso sexual; el 22 por ciento de las mujeres enfrentó violencia en su trabajo; el 91 por ciento han sido víctimas de discriminación y el 19 por ciento de acoso.
En Chiapas la situación no es menor. De acuerdo a cifras oficiales, el 95.2 por ciento de las mujeres en la entidad ha referido haber sufrido algún tipo de intimidación o violencia. De ese porcentaje, el 24.8 por ciento incluso ha sido ya víctimas de abuso sexual.
Los números hablan por sí solos. En la entidad chiapaneca los feminicidios, como la muestra cúspide del odio y violencia de género contra las mujeres, presentan cifras alarmantes. En lo que va del 2016 se han documentado 13 crímenes de odio (feminicidios) que se suman a los más de 80 registrados tan sólo durante el 2015.
De nada han servido los más de 50 tratados internacionales en materia de respeto y salvaguarda a los derechos humanos de las mujeres y las niñas firmados por México. Los feminicidios son parte del vergonzoso acontecer nacional como una constante que sigue siendo justificada, sostenida y hasta promovida por la cultura machista.
Para hablar con claridad; en México la violencia contra la mujer es cometida por los hombres, pero solapada por las autoridades para quienes el tema sigue siendo irrelevante. Así, resulta evidente que el problema no se va a solucionar con más leyes, sino con la aplicación de las ya existentes y educando a las nuevas generaciones para dejar de naturalizar una práctica cultural tan lasciva.
Por eso, y por otras tantas razones, asociaciones, organizaciones y asambleas feministas de todo el país han convocado a una Movilización Nacional contra las violencias machistas para este 24 de abril donde desde diferentes puntos geográficos de México marcharán al unísono para endurecer los decibeles del reclamo añejo.
En Chiapas la «Colectiva Iniciativas Feministas» ha hecho lo propio convocando a asociaciones, organizaciones y a la ciudadanía a esta movilización. Hasta el momento son siete los municipios que se han sumado al llamado: Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal, Comitán, Pijijiapan, Tuxtla Chico, Arriaga y Cintalapa.
La cita en Tuxtla es a las cinco de la tarde en el puente de colores, o ex fuente Matumatzá, desde donde partirá el contingente hacia el corazón de la capital chiapaneca, en una movilización que nos convoca a todos. Porque la lucha contra la violencia hacia la mujer es asunto de todas y todos. Porque vivas nos queremos, vivas las queremos.

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