En la Mira / Hector Estrada

En México, los peores gobiernos de las últimas décadas

La marcha de este 1 de mayo no fue como muchos otros años un asunto conmemorativo o protocolario, fue más que eso, se desarrolló como una movilización nacional de protesta, denuncia y hartazgo social contra un sistema gubernamental podrido desde las entrañas, opuesto a la ciudadanía y ya inaguantable para un nutrido sector de la población.
En la Ciudad de México fueron miles los que salieron a abarrotar importantes puntos de la capital, como el Ángel de la Independencia y el Zócalo, para exigir la renuncia del presidente de la república. Fueron -por mucho- movilizaciones históricas que seguramente en otras naciones hubiesen sido noticias de ocho columnas o motivo de reconsideraciones presidenciales.
En países donde la oposición política es verdadera y los medios de cobertura nacional son más que simples «boletineros», manifestaciones como las de este domingo y otras tantas más muestras de hartazgo social hubieran sido causa de renuncias o destituciones de presidentes y primeros ministros. Pero en México eso no sucede, porque aquí eso de «país democrático» es sólo una simulación añeja.
Y es que, la indignación social que hoy tiene empapado a México de combustible puro no se funda en un asunto menor. El gobierno de Enrique Peña Nieto, junto a sus alfiles (caciquiles en varios estados del país como Chiapas), es ya calificado por organismos de prestigio comprobado como la peor administración federal de los últimos 30 años en México.
Recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) dio a conocer que México ha presentado el peor desempeño económico de las últimas tres décadas. Ha colapsado en rubros importantes como el combate a la corrupción y la pobreza, siendo superado incluso por países como Bolivia y Ecuador.
Según el Cepal, actualmente la pobreza extrema ya afecta al 39.4 por ciento de la población nacional, teniendo un incremento alarmante en el rubro de indigencia donde ya se contabiliza al 12 por ciento de los mexicanos. Además de presentar el salario más bajo del continente, de acuerdo a sus niveles de inflación.
Los datos ofrecidos por la dependencia de análisis más importante de Latinoamérica, son claros, muestran la vulnerabilidad en la que se encuentra el 90 por ciento del país, donde los pobres se han hecho más pobres y la riqueza se ha concentrado en menos personas.
Además de lo anterior, de acuerdo a la última encuesta de Grupo Reforma, aplicada a mil 200 adultos en todo el país del 7 al 10 de abril, la aprobación del Presidente cayó 9 puntos porcentuales en el último cuatrimestre, consiguiendo apenas el 30 por ciento.
Este nivel representa un mínimo histórico, no sólo en lo que va de su gestión, sino en comparación con los tres mandatarios que le anteceden. De igual forma, sus tasas de desaprobación son las más altas registradas en la serie, que inició desde 1995.
Ni siquiera Ernesto Zedillo, con el levantamiento armado del EZLN y la peor crisis económica de los últimos 30 años, obtuvo calificaciones tan bajas. Incluso hay expertos que se atreven a poner los niveles de desaprobación alcanzados por Peña Nieto por encima de los de Salinas de Gortari. Al mexiquense actualmente sólo lo aprueban tres de cada 10 mexicanos.
Y lo mismo sucede hoy en entidades como Chiapas donde la situación no es muy distinta. En lo «virreinatos peñistas» la impunidad solapada desde el centro del país se ha vuelto insoportable, con los distintos sectores en protesta permanente y una población hastiada de tanta arbitrariedad gubernamental dispuesta a lo que sea para mantenerse en el poder… Así las cosas.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *