En la Mira / Hector Estrada

Alianzas de la CNTE, claves para derrocar a la reforma educativa

Tras la aprobación y promulgación de la Ley General de Educación a principios del año 2013, ni el mismo Enrique Peña Nieto imaginó a ciencia cierta en lo que la denominada reforma educativa terminaría convirtiéndose; como uno de los peores errores políticos de su administración que hoy apunta a consumarse como «el tiro de gracia» para su fallido gobierno.
Y es que la lucha contra la reforma educativa en diferentes puntos del país ha dejado de ser un asunto exclusivamente magisterial. De la misma manera en que ha desatado pasiones en contra o a favor entre la ciudadanía, ha consumado alianzas amenazantes que hasta hace algunos meses podrían parecer inimaginables para los principales detractores de la CNTE.
En Chiapas las protestas y manifestaciones han sumado ese tipo de alianzas que están obligando a replantear estrategias gubernamentales. Aquí amplios sectores como las sociedades de padres de familia, la iglesia católica, la población LGBTI, artistas y hasta representantes de los pueblos mágicos, han decidido respaldar al que hoy es sin duda es el grupo organizado más poderoso de la disidencia social contra el Gobierno de la República.
Sin embargo, la alianza más temida para quienes han querido imponer por la fuerza una reforma laboral que nada tiene que ver con la calidad educativa, se hizo presente de las montañas y selva de Chiapas. Desde ahí el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha mostrado una empatía poco antes vista en favor de otro movimiento social, desde su surgimiento en el año de 1994.
Fuera de las formas con las que nos habían acostumbrado a observar al EZLN tras los acuerdos de San Andrés, en el caso de la lucha de las y los maestros contra la «reforma educativa», los zapatistas no sólo han expresado su apoyo, sino también lo han materializado mediante el envío masivo de una ayuda alimentaria que muy pocos habrían previsto.
Fueron un total de 10 toneladas de víveres las que los integrantes del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, de los caracoles de Morelia y Oventic, entregaron a los docentes instalados en plantón permanente en el centro de la capital chiapaneca. En una muestra de empatía social poco antes apreciada dentro del movimiento zapatista y que seguramente mantiene prendidas las alertas dentro de «Los Pinos».
Son este tipo de alianzas las que han hecho al actual movimiento magisterial distinto al de años anteriores. El escenario, especialmente en Chiapas y Oaxaca, es un tema de excepción que no puede tomarse a la ligera y debe ser motivo suficiente para sentarse negociar las exigencias que surten de combustible a las protestas vigentes.
Por eso cada vez quedan menos dudas que la modificación a la reforma educativa de Peña Nieto es un pendiente con el tiempo contado. En un asunto inminente que la actual administración federal deberá abordar para (al menos) conseguir un poco de paz a la de por si caótica situación social que enfrenta México, o de plano heredar al siguiente sexenio como uno de los primeros errores a remendar dentro de la agenda del nuevo gobierno.

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