En la Mira / Hector Estrada

Foto: La Jornada

El negocio migratorio y la nueva cloaca abierta

La añeja corrupción dentro los organismos migratorios de México, que durante años ha diversificado sus métodos de extorsión y negocios ilícitos en torno a este fenómeno demográfico, hoy se proyecta también como el principal responsable del drástico incremento de migrantes africanos, asiáticos y cubanos en la frontera entre Chiapas y Guatemala, como nunca antes se había registrado en esta región continental.
Y es que, recientemente el propio Instituto Nacional de Migración (INM) terminó reconociendo los señalamientos que desde hace un par de años acusaban la existencia de una red de funcionarios federales que habían hecho de la expedición de «Pases de Salida» un negociazo millonario dentro de las estaciones migratorias de Chiapas.
Para que usted comprenda mejor el tema, resulta que los «Pases de Salida» son documentos oficiales que tras diversas consideraciones permiten a los migrantes ilegales no ser deportados de manera inmediata, otorgándoles un plazo especial de alrededor de 20 días para desplazarse legalmente por México y abandonarlo.
El Pase de Salida es un documento gratuito que requiere de diversos trámites oficiales para ser otorgado; sin embargo el asunto se ha vuelto prácticamente un menester netamente comercial. Los turnos para ser atendido a las afueras de estaciones migratorias como la «Siglo XXI» se venden hasta en 150 pesos, y los pases de salida alcanzan costos de entre 100 y 500 dólares.
No es fortuita la constante conglomeración de extranjeros en los accesos de los centros migratorios chiapanecos. Se trata de un promedio de 200 migrantes (la mayoría africanos, asiáticos y cubanos) quienes diariamente se amontonan a las afueras de las estaciones para tratar de conseguir uno de los -ahora tan demandados- permisos oficiales para transitar por México y llegar sin problema alguno a los Estados Unidos.
Aunque durante los últimos años el INM trató a toda costa de guardar silencio y negar la existencia de dicha red de corrupción en torno a este nuevo negocio migratorio, las pruebas latentes no le dejaron de otra que admitir semejante situación. La presencia creciente de migrantes ilegales con nacionalidades poco vistas anteriormente en esta zona del país fue evidencia suficiente para destapar la cloaca.
No quedó de otra que reconocer el vergonzoso asunto e iniciar las investigaciones. Así los afirmó el delegado regional del INM, José de Jesús Alegría Orantes, quien este martes hizo público el inicio de las indagaciones formales para detener a lo que él denominó como «una red de ex funcionarios federales que comercializaban documentos apócrifos (pases de salida) a extranjeros que buscaban llegar a EUA».
Admitió que la dichosa red dedicada a la comercialización de documentos oficiales «apócrifos» iba más allá de las estaciones migratorias, desarrollando una especie de asesoría previa para ingresar y realizar la tramitación irregular. Situación que rápidamente de popularizó entre los migrantes de aquellos países, elevando su afluencia hasta Chiapas, donde la corrupción parece facilitar su tránsito hacia el norte.
Es así como esta nueva cloaca abierta por un negocio que evidentemente se salió de control se coloca hoy en la agenda pública sólo uno de los tantos ejemplos de las redes de corrupción que durante años han sido señaladas por mexicanos y migrantes para quienes, en la mayoría de los casos, su condiciones de vulnerabilidad los obliga a ser víctimas permanentes de la corrupción e impunidad casi institucionalizada.

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