En la Mira / Hector Estrada

SEDEM, antítesis de la dignificación femenina en Chiapas

A sólo unos días de conmemorarse el «Día Internacional de la Mujer», en Chiapas resulta inevitable hablar del abandono y la falta de políticas públicas reales en la materia, donde dependencias clave como la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres (SEDEM) se han convertido en organismos antagónicos, inoperantes y secuestrados por intereses familiares que han hecho de las chiapanecas simples bastiones electorales.
El desempeño de las hermanas De León Villard (Sasil e Itzel) al frente de la SEDEM ha sido más que cuestionable. Desde el arribo de Sasil de León dicha dependencia se ha transformado en un medio para la captación de recursos federales destinados a programas de equidad de género que, engañosamente, han sido utilizados en la aplicación de programas asistencialistas, con evidentes fines electorales.
El programa «Bienestar, de corazón a corazón», es el mayor ejemplo de lo que la SEDEM ha hecho con los recursos públicos que deberían destinarse al verdadero desarrollo y empoderamiento de las mujeres en Chiapas. Se han convertido en una jugosa bolsa para movilizar mujeres y rellenar eventos gubernamentales o condicionar votos a favor del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Se trata de un programa asistencialista al que se le destina anualmente un presupuesto aproximado de 200 millones de pesos, transformados en «apoyos» económicos (de 500 pesos) o despensas para manipular, condicionar o abusar de alrededor de 40 mil madres solteras de escasos recursos, empadronadas bajo una clara estructura electorera, usual de las viejas prácticas partidistas.
De manera indiscriminada, la SEDEM, bajo el liderazgo operativo de Sasil de León Villard, se ha encargado de reclutar a líderes de sector en diversas colonias, barrios y ejidos de Chiapas para formar grupos de mujeres (madres solteras o no) a quienes se empadrona con copia de credencial de elector y demás datos confidencias para su fácil ubicación. La única condición para seguir recibiendo el «apoyo gubernamental» es acudir a los eventos que se les diga y garantizar votos durante los comicios.
Para la Secretaría para el «Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres», como dependencia ejecutora de las políticas públicas de género, las mujeres en Chiapas son hoy por hoy simples votos a disposición o bloques de relleno para eventos gubernamentales. Se ha convertido en un organismo estatal dispuesto a negociar con la dignidad y la necesidad del sector social que, se supondría, debería defender e impulsar su desarrollo integral.
La SEDEM es actualmente, sin duda, la antítesis más vergonzosa e indignante de la dignificación femenina. Porque no sólo lucra con las mujeres, sino también opone abiertamente al reconocimiento de sus derechos y la procuración de la justicia para ese sector. Ha obstaculizado deliberadamente la activación de mecanismos tan importantes como la «Alerta de Género» a fin evitar cualquier daño a la imagen de su amigo gobernador. Finalmente, los feminicidios poco le han importado.
Como resultado de sus caprichos y influyentísimo en el gabinete estatal, las hermanas De León Villard han buscado apoderarse de presupuestos que antes correspondían a otras dependencias; Ha intentado apropiarse de programas y proyectos estatales para engordar sus mismos bolsillos y los recursos disponibles para una dependencia inoperante que pide a gritos un inmediato cambio de rumbo y directriz.
Sasil de León, quien desde la diputación federal opera a la SEDEM, mediante su hermana Itzel, se sustenta actualmente como la principal enemiga del propio desarrollo y empoderamiento de las mujeres en Chiapas. Su cercana amistad con Manuel Velasco y Leticia Coello le han permitido consumar múltiples abusos e irregularidades dentro de una dependencia, convertida hoy en un «feudo familiar» que tanto daño le ha hecho a la lucha por la equidad de género en la entidad.

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