La Ocosingo-Palenque, no gracias

Ejidatarios de Bachajón dieron un ultimátum al gobierno de Chiapas para que en un término no mayor de 10 días negocie o desaloje a los adherentes de La otra campaña zapatista en poder de la caseta de cobro de las Cascadas de Agua Azul

Fredy López Arévalo

Dos vehículos de turistas fueron los asaltados ayer en el tramo hacia adentro de la carretera que conduce a la cascada de Misolhá, no solo uno, según reportó Patricio Murphy, guía independiente que transita con frecuencia por esa zona rumbo a Palenque o hacia el interior de la selva Lacandona.
El guía sospecha que los asaltantes muy probablemente son policías de Seguridad Pública que se encapuchan para responsabilizar de sus desmanes a los militantes de los adherentes a La Otra campaña Zapatista, que mantiene un retén en el acceso principal del acceso a las cascadas de Agua Azul, donde también se han reportado asaltos a viajeros.
«¿Qué casualidad que donde más presencia de la policía hay es donde más asaltan», dijo.
Patricio Murphy aseguró que a uno de los turistas rusos asaltados en Misolhá le rompieron la nariz de un cachazo, mientras que el otro transporte con turistas asaltado era guiado por Gabriela Gudiño, quien al percatarse del asalto a los rusos apagó la luz del vehículo en que viajaban, sin lograr disuadir a los asaltantes.
«El chofer de Gaby apagó las luces y trato de echarse de reversa para escapar del área, pero los asaltantes le rompieron el parabrisas y despojaron a los turistas de sus pertenencias», reportó a la prensa en San Cristóbal de Las Casas.
El guía turístico señaló que el tramo de mayores asaltos a turistas es en el tramo carretero que va de Xanil a Salto del Tigre, en la ruta de Agua Azul a Palenque, y en el kilómetro 83 de la carretera a Frontera Corozal.
Según el comandante de la PFP, Óscar Javier Cruz Hernández, confirmó el asalto al primer vehículo con turistas rusos, aunque omitió dar detalles debido a que, dijo, se trata de un tramo estatal.
El subsecretario de Gobierno en la región Norte-Selva, Óscar Sánchez Alpuche, refirió que el gobierno del estado está negociando con los tres grupos de ejidatarios de Bachajón y los adherentes a La otra campaña zapatista, para hallar una solución negociada al acceso de Agua Azul, donde estos dos grupos se disputan el control por los ingresos que genera el acceso de turistas a las cascadas.
«Los integrantes de ambos grupos son de las mismas comunidades de Alan Zacum, Centro Chich y San Sebastián Bachajóm; y se conocen entre ellos, pero están confrontados», agregó.
Según comentó el conflicto por la caseta de cobro de peaje en Agua Azul volvió a estallar el pasado 21 de diciembre de 2014, cuando el grupo de los adherentes a La Otra campaña zapatista se apoderaron de la caseta de cobro donde cada visitante debe pagar 39 pesos por el acceso.
Una suma que en temporada alta, por ejemplo en verano, llega a multiplicarse hasta por cinco mil personas al día, lo que representa una cuantiosa cantidad que genera rencillas entre los ejidatarios del ejido Bachajón, municipio de Chilón, que es a donde pertenecen unos y otros.
Esto, aun y cuando las cascadas pertenecen al municipio de Tumbalá, aunque tres de los cuatro kilómetros de la carretera que conduce a las cascadas pertenecen al ejido Bachajón, que es uno de los ejidos más grandes del país, habitado por al menos 7 mil indígenas tzeltales, unos por ciento de los cuales, a lo mucho, son adherentes a La Otra campaña zapatista.
Antes del 21 de diciembre de 2014, los grupos en pugna habían aceptado que fuera la CONAM la encargada de administrar los ingresos por peaje, entregando a cada grupo el 25 por ciento del total, en tanto que el 50 por ciento restante quedaba en manos de la institución encargada de cuidar y proteger la zona natural protegida de Agua Azul.
Pero el 21 de diciembre los adherentes a La Otra rompieron el pacto y se apoderaron de nuevo de la caseta y el cobro de peaje, al parecer, para con el dinero obtenido comprar armas de fuego.
Desde entonces a la fecha, dijo Sánchez Alpuche, la Subsecretaria de Gobierno en esa región ha establecido diversas mesas de dialogo con ambos grupos para evitar una confrontación mayor, que podría incluso generar derramamiento de sangre.
En representación de los adherentes de la Otra campaña zapatista ha establecido contacto con el abogado Ricardo Lagunes Gasca, quien antes trabajaba en el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, quien sin embargo no ha asistido a las convocatorias de dialogo para destrabar pacíficamente la disputa.
Según Sánchez Alpuche los adherentes a La Otra se muestran renuentes, aun cuando la Policía Sectorial los desalojó el pasado 9 de enero de 2015, sin que se registraran actos de violencia, aunque pocos días después el 11 de enero, un grupo de mujeres y niños de los adherentes de La Otra campaña zapatista volvieron apoderarse de la misma.
«La policía se retiró del lugar para evitar cualquier provocación que generará violencia», dijo.
Ahora el problema se complicó, porque los adherentes de La Otra compraron un terreno de 20 por 20 metros en el acceso principal de Agua Azul donde establecieron un retén para cobran el ingreso a las cascadas.
Ante este nuevo escenario, la CONAM abandonó la caseta de cobro oficial, para evitar el cobro de doble peaje, solo que al salir la CONMA los habitantes del balneario de Agua Azul al ver que la caseta estaba abandonada comenzaron ellos a cobrar y a repartirse entre ellos las jugosas ganancias.
El subsecretario de Gobierno en la región de Palenque y Yajalón aseguro que el lunes, martes y miércoles de esta semana sostuvo sendas reuniones con ejidatarios de Alam Zacum, Centro Chich y San Sebastían Bachajón para tratar de calmar los ánimos, porque en asambleas masivas los ejidatarios tomaron un acuerdo único: dar un ultimátum al gobierno de Chiapas para que en un término no mayor de 10 días negocie o desaloje a los adherentes de La Otra campaña zapatista en poder de la caseta de cobro de las Cascadas de Agua Azul. «Sino vamos a entrar nosotros», según el acuerdo único al que llegaron los ejidatarios de Alan Zacum, Centro Chich y San Sebastían Bachajón.
«Eso es lo que estamos intentando evitar; porque si los ejidatarios asumen la solución por su cuenta y entran para recuperar la caseta podría generarse confrontación y violencia», sostuvo Óscar Sánchez Alpuche.

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