La visita de AMLO a Chiapas / Raúl Rios Trujillo

¿Cuál es la diferencia entre las promesas de campaña de cualquier candidato conocido antes de la era Andrés Manuel López Obrador y las promesas planteadas por el tabasqueño? Parece irreal pero al parecer todo lo prometido en campaña se está tomando al pie de la letra y no es para menos porque lo que espera México del presidente electo es que cumpla y no le perdonará que su gobierno sea igual a los de siempre.
Tal vez es muy prematuro calificar cuando todavía no se ha sentado en la silla presidencial, el activismo de AMLO y su personalidad ya está dando mucho de qué hablar sobre todo en los temas de ejemplo, el lunes cuando se plantó frente a una masa de maestros que históricamente han sido contestatarios a cualquier poder tuvo los arrestos para sentenciar y llamar a la corresponsabilidad, nunca más se tolerarán semanas laborales de tres días, les dijo, «yo les cumplo si ustedes le cumplen a los niños de México, no vamos a tolerar vicios del pasado».
En otras circunstancias lo que hubiera provocado una rechifla de reprobación entre los maestros presentes levantó un murmullo de azoro, algunos gritaron, otros silbaron pero no lo hicieron para reprobar la sentencia, más bien para celebrarla y es que si algo tiene el presidente electo es la calidad moral para emitir este tipo de comentarios, alguien que ha recorrido el país en más de una ocasión, alguien que conoce por experiencia el verdadero dolor de México merece el beneficio de la duda.
Tal vez este espacio es corto para narrar lo que ocurrió el lunes en la tarde al inicio de los Foros de Discusión participativa que arrancaron en la Universidad Autónoma de Chiapas y que se extenderán durante las próximas semanas por todo México, lo que sí es oportuno apuntar es que lo que se vio fue más un evento cercano a lo popular que a lo estrictamente oficial.
Los que de una u otra forma estamos acostumbrados a ser testigos de los ritos del poder sabemos que el evento del lunes fue uno distinto a lo que el oficialismo presidencial está acostumbrado a organizar, sí hubo control y se revisaron a los invitados, sí existió una vigilancia y seguridad férrea, sí estaban todos incluso los amigos incómodos, en esa sala estaban sentados por un lado los maestros del SNTE y por otro los de la CNTE, enemigos históricos, no obstante imperó la armonía.
Sencillamente el auditorio Manuel Velasco Suárez de la máxima casa de estudios de los chiapanecos se abarrotó de una multitud de personas que movidos por la convocatoria del próximo secretario de educación federal Esteban Moctezuma Barragán se acercaron a intentar saludar a AMLO y participar en el evento.
A unas horas de ponerse en marcha el sistema de registro electrónico que recogiera las miles de propuestas, los servidores del ANUIES se colapsaron ante la insistente participación de los ciudadanos que registraron sus ponencias desde estados lejanos de la república, sorpresivamente México respondía al cable enviado por AMLO, el tema educativo le importa a muchos, no únicamente a los sindicatos, no únicamente a los maestros, en el evento pudo verse además a padres de familia, a niños, a docentes de educación especial y a académicos.
Esta inusual actividad entorno a un tema fundamental para el futuro de México además nos trae la lectura de que el triunfo de AMLO está despertando una aletargada sociedad acostumbrada a dejar a los políticos las decisiones trascendentales para la vida pública, en un momento histórico en el que las generaciones de jóvenes inmersos en la tecnología no han mostrado muchas ganas de participar en ciudadanía se han dado destellos interesantes.
Es cierto, el evento del lunes dejó ver la fauna social de todos los sectores partidistas de México en una suerte de adoración, gente proveniente de élites políticas, aplaudidores, aduladores de oficio, busca huesos, todos estuvieron ahí como es lógico para un evento de esa naturaleza pero también estuvo gente común.
La multitud además de llenar el auditorio unachense también se arremolinó en los alrededores donde se dispusieron pantallas espejo que repitieran lo que acontecía adentro del recinto, se vio de todo, exabruptos, lecturas políticas, simbolismos de poder y mucha gente común queriendo tocar bajo la lluvia un pedacito de historia.
Yo me quedo con la imagen de las señoras amas de casa gritando a toda garganta vivas al presidente electo, sus rostros descompuestos por la alegría, yo me quedó con la reflexión acerca de lo que espera esa gente que constituye el verdadero espíritu de la nación de los próximos seis años, no cabe duda, el pueblo mexicano otra vez tendrá el gobierno que se merece, en este caso el pueblo merece que AMLO no les falle, ya veremos dijo un ciego.

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