Las resistencias a aceptar la nueva forma de gobernar / Sandra de los Santos

La sobrerepresentación de un género en un espacio de poder jamás les había hecho ruido a los hombres cuando no existía la obligatoriedad de la paridad de género y ellos, sin ruborizarse, ocupaban todos los cargos públicos. Aún en algunas fotografías queda ilustrado como en algunos espacios de toma de decisiones no hay mujeres.

Jamás una mujer interpuso un recurso legal ante los tribunales debido a que la mayoría de quienes estaban, por ejemplo, en el Poder Legislativo eran hombres. ¿Adivinen quiénes si lo hicieron cuando se sintieron desplazados de la toma de decisiones?

Ruperto Hernández Pereyra, representante del Partido Acción Nacional (PAN)  ante el Consejo General del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) en el 2021 interpuso una queja ante la Sala Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación porque quería ocupar la única diputación local que había ganado su partido. Su argumento era que había una soprerepresentación de mujeres y que el espacio de su partido debía de ser ocupado por un hombre y no por una mujer, quien era la que encabezaba la lista.

En la sesión extraordinaria de este 01 de junio del Consejo General del IEPC, el propio Hernández Pereyra sacó de nuevo el tema (no supera que los tribunales le hayan dicho que no). Dijo que hay que revisar la sobrerepresentación de género y retomó el caso de la conformación de esta legislatura que está conformada por 25 mujeres y 15 hombres. Es obvio que sigue sin aceptar que no ocupa una curul en el Congreso del Estado.

No fue casualidad que el representante del PAN haya sacado en esta sesión el caso puesto que este miércoles tomaron protesta como consejeras electorales: Teresa de Jesús Alfonso Medina, Helena Margarita Jiménez Martínez y Gloria Esther Méndoza Ledesma. Con su incorporación habrá cinco consejeras y dos consejeros.

En la medida que las mujeres ganan espacios en la toma decisiones los hombres (no todos, pero sí los suficientes como para hacer una generalización) ponen resistencia.

En México las mujeres lograron el reconocimiento al derecho al voto en 1953, pero esto no significó que ellas lograran puestos de decisión de manera proporcional a los hombres. El número de mujeres que pudieron acceder a un espacio en alguno de los diferentes niveles de gobierno fueron contadas.

En el 2007 se amplió la cuota de género de 30 a 40 por ciento, sin embargo el número de mujeres que llegaban a puestos de decisión seguía siendo limitado y es que los partidos políticos implementaron acciones para evitar cumplir con las cuotas de género.

Los partidos políticos argumentaban que debido a que tenían «procedimiento democráticos de elección», es decir que sus candidatos eran elegidos por la militancia o ciudadanía,  no se podía cumplir la cuota de género. Aseguraban que respetar la regla de mayoría democrática estaba por encima de la medida afirmativa. La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tuvo que emitir sentencias para que los partidos respetarán la cuota de género.

Las cuotas de género son una medida afirmativa para reducir la brecha de desigualdad en la participación política de las mujeres, pero como se vio no fue suficiente para lograr el incremento de manera significativa de la representación de ellas en los poderes de gobierno sobre todo porque los partidos políticos encontraron formas de evadir la Ley. Aún con eso, esta medida fue la antesala de la reforma que se dio en el 2014 y se implementó en el proceso electoral del 2015: la paridad de género.

Mientras la cuota de género es una medida afirmativa y por lo tanto es temporal. La paridad de género es una forma de gobernar y está planteada de manera definitiva.

Las personas que no quieran ver a mujeres en la toma de decisiones va siendo hora que se jubilen porque será la nueva forma de gobernar.

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