Los limites del populismo / Jose Antonio Molina Farro

«Los años enseñan muchas cosas que los días nunca sabrán». Ralph Waldo Emerson

«El populismo que niega realidades está mostrando sus limitaciones…En una democracia la realidad y la transparencia son necesarias…Estamos viendo en estos momentos que la pandemia no puede ser combatida con mentiras y desinformación ni con odio y disturbios». Una democracia necesita verdad y transparencia.» Lo dijo Ángela Merkel el miércoles pasado ante el Parlamento Europeo. También expresó que «Los participantes han acordado que la rápida conclusión de un acuerdo sobre un ambicioso plan de recuperación europea es la primera prioridad de la UE para las próximas semanas». El plan de recuperación es de 750 mil millones de euros para salir de la profunda recesión en 2020, causada por la pandemia.
Inicié con esta cita por contener, a mi juicio, verdades difícilmente rebatibles en el ámbito de cualquier populismo de izquierda o de derecha, así como por considerar que la UE, pese a grandes desacuerdos en muchos temas, privilegian lo que los une, por encima de las diferencias, y son hoy un ejemplo de coordinación y cooperación para superar la terrible crisis económica derivada de la pandemia, que hoy acecha a la gran mayoría de países en el mundo. Aunque ya escribí sobre reflexiones de algunos pensadores prestigiosos sobre el populismo, siempre hay algo que agregar, cuando no se advierten signos de rectificación en las políticas de desarrollo económico y social. En su versión más general, el populismo externaliza al enemigo, real o espectral, y su aniquilación restablecerá el equilibrio y la justicia. Por definición contiene una forma elemental de mistificación ideológica, particulariza al enemigo, quien está detrás de todas las amenazas al pueblo. Su característica es negar la complejidad de la realidad y reducirla a una lucha sin matices en contra de ese enemigo. El pueblo como agente legitimador por excelencia. En lo personal confío, no obstante ello, en que la dramática circunstancia nacional de crisis sanitaria y económica, obligue a dar un giro al clima de linchamiento mutuo entre actores políticos y económicos relevantes de la vida nacional. No hay esfuerzo menor, todos debemos de contribuir al gran desafío del presente. La iniciativa debe de provenir del presidente, como el principal responsable de la concordia nacional; El hombre es un ser semiótico, capaz de crear espacios sociales con la palabra, y en democracia la palabra presidencial es la parte más sensible, pues tiene un valor simbólico y real, suma o resta, activa o desactiva. De ahí la importancia de convocar al mayor número de organizaciones gremiales, empresarios, sindicatos obreros y patronales, organizaciones campesinas, cámaras industriales y de comercio, académicos, investigadores, etc. y restañar heridas con gobernadores del norte del país. Dice Joseph Stiglitz, el influyente Premio Nobel de Economía, que ningún país puede crecer en la austeridad. Agrega, «El verdadero debate hoy día gira en torno a encontrar el balance correcto entre el mercado y el gobierno. Ambos son necesarios. Cada uno puede complementar al otro. El balance será diferente dependiendo de la época y el lugar». Y sí, de ahí el modelo de economía mixta que México adoptó durante décadas. Los mercados sin trabas no sólo no alcanzan la justicia social, sino que, en muchos casos, ni siquiera producen resultados eficientes. Además, el capitalismo y su modelo, la economía de mercado, son demasiado inestables como para sobrevivir sin una fuerte regulación pública. Hoy, en nuestro país, la intervención del Estado en la economía es más necesaria que nunca, para activar los resortes de la inversión pública y privada nacional y extranjera, mitigar el impacto de la crisis y sentar las bases del crecimiento en el menor tiempo posible. Reasignar prioridades y reconsiderar algunos megaproyectos de dudosa rentabilidad económica y social, incrementar el coeficiente de inversión, invertir más recursos en Innovación, Ciencia y Tecnología y empezar ya, a diseñar estrategias financieras y de organización y capacitación, para participar en la cuarta revolución industrial, resumida en la industria 4.0, la digitalización, la robotización, la inteligencia artificial y el internet de las cosas. Que lo urgente no se coma a lo importante. Las crisis son también oportunidades de reencuentro y cerrar heridas por viejos agravios. Tiempos de altura de miras, de liderazgos imaginativos y de dimensión humanística. Tiempos a la altura de la responsabilidad histórica.

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