A Mi Manera / Rodrigo Yescas Núñez

FOTO: MIGUEL ANGEL CARMONA/FOTOVER.

Fuera fuero, fuera

Hay que ser claros y prontos; lo que tiene jodido a México es la impunidad. Presidentes, gobernadores, alcaldes y legisladores, cuyas funciones laborales son auspiciadas por nuestras contribuciones fiscales, fruto del trabajo y actividades cotidianas de cada uno, hacen y deshacen a su antojo, con transparencia nula y sin rendir cuentas a nadie. En este país nadie paga por lo que hace y a cambio estos «servidores» gestan frente a nuestras narices suntuosas y multimillonarias fortunas de la noche a la mañana que harían palidecer al más innovador entrepreneur.
¿Conoce usted a alguno de estos? Estoy seguro que a más de uno.
Partiendo de esa premisa, considero que discutir sobre si el fuero que protege a estas personas debe continuar existiendo o no, resulta de más, redundante; lo que alguna vez nació para no afectar, en teoría, la gobernabilidad de México, hoy está obsoleto.
De acuerdo al 111 Constitucional, el fuero fue creado para que legisladores y funcionarios pudieran expresar sus opiniones libremente sin temor que se les acusara por la oposición de algún delito, todo con la idea de desestabilizar. Por ello que el fuero no distingue entre faltas de índole laboral o privada; lo mismo protege a quien goza de él de un caso de desvío de recursos que de matar a alguien. Sí, en pleno siglo 21.
¿Y quienes gozan de este privilegio? El presidente, los diputados y senadores, los ministros de la Suprema Corte de Justicia, Magistrados de la Sala Superior Tribunal Electoral, consejeros de la judicatura federal, Instituto Electoral y del presidente, así como el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, el fiscal y procurador de la república.
Como ejemplo está el caso del hoy ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte. Acusado, entre muchas, muchísimas cosas, de desvío de recursos por más de 600 millones de pesos a través de licitaciones con empresas fantasma, creadas por amigos y familiares de él. La semana pasada, en una nota más amarillista que alentadora, leí en la prensa nacional que pedía licencia del cargo de gobernador para enfrentar esas acusaciones, pues «Veracruz se merece un mandatario de tiempo completo» (sic) y él perdía mucho enfrentando el bonche de demandas en su contra. No señor, ese estado, y todos requieren gobernadores y funcionarios que no sean la bola de bandidos que son y que se aprovechen del puesto y (sí, adivinaron) del fuero para cometer sus fechorías, así sean de medio tiempo. ¿Por qué digo que de nada sirve la licencia de Duarte? Pues porque para ser procesado primero habría de desaforarlo, y eso, estimados lectores, no es «enchílenme esta». O como dice mi abuela, «se curó en salud».
Y es que para quitarle el fuero a un funcionario o legislador, se necesita una declaratoria de procedencia emitida por la Cámara de Diputados. El grave problema ahí es que ningún partido tiende a abandonar a los suyos, sobre todo si tiene la mayoría de curules, pues hacerlo es aceptar que son mismas (consulte las opiniones sobre el gobernador de su preferencia) y eso es muy peligroso en vísperas de un proceso electoral en el horizonte. Impensable.
En resumidas cuentas, hoy en día el fuero es la herramienta preferida de cualquier funcionario corrupto; pues la inmunidad que brinda es ideal para fomentar la concentración de capital y de poder, y al mismo tiempo, impulsa y protege la impunidad. Esa mentada impunidad con la que inicié estos renglones.
Corruptos hay en todos lados, la pregunta es, ¿cuántos cometerían actos de esta índole de tener la certeza que habrían de pagar por ellos?
Por eso aplaudo este tipo de propuestas. Es hora de adaptarse a los nuevos tiempos y echarle cerrojo a leyes obsoletas que dificultan, en lugar de encausar, el desarrollo de México. ¿Qué si es una medida populista? Eso es lo de menos. Necesitamos más iniciativas como esta, vengan del partido que vengan, pues el lujo de mantener privilegios a costa del esfuerzo del pueblo no puede darse en esto que conocemos como democracia. ¡Vaya, hasta Obama es populista! Nos vemos…

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