Rosy Urbina, aspirante representar a los habitantes del Distrito XII en el Congreso Federal, promete ser la voz de los necesitados, aquellos que suelen ser ignorados en las altas esferas del poder legislativo
Aquínoticias Staff
En su incansable búsqueda por representar a los habitantes del Distrito XII en el Congreso Federal, Rosy Urbina se enfrenta a una doble batalla: contra el olvido y contra la resignación. Con la determinación de quien ha sido testigo de las dificultades y aún mantiene la esperanza, Urbina promete ser la voz de los necesitados, aquellos que suelen ser ignorados en las altas esferas del poder legislativo.
En una jornada reciente, Urbina recorrió las calles del fraccionamiento Bonanza, donde encontró en las miradas de las mujeres compañeras de camino un destello de esperanza, un indicio de que el cambio es posible. Bajo el sofocante calor de 37 o 38 grados que azota a Tapachula, Urbina intensifica su campaña, escribiendo con cada paso su propio relato político.
Hoy, durante su recorrido casa por casa, calle por calle, Urbina manifestó su compromiso de trabajar incansablemente por el desarrollo del campo, el sector pesquero y por dar voz a las mujeres que todavía sufren discriminación y violencia. Su visión también incluye convertir la frontera sur en un corredor industrial y turístico, impulsando así el progreso de la región.
La campaña de Urbina se teje entre la crudeza y la belleza, narrando las vidas de aquellos que, a pesar de las adversidades, mantienen viva la esperanza de un cambio. Escuchando atentamente cada palabra, cada suspiro de sus futuros electores, Urbina recoge los ecos de las voces que claman por ser escuchadas, por ser rescatadas del olvido.
En su compromiso con el cambio, Urbina hizo un llamado a votar «6de6» para los diferentes cargos en disputa, desde legisladores locales y federales hasta la gubernatura y la presidencia de México, respaldando a candidatos como Eduardo Ramírez Aguilar y Claudia Sheinbaum.
La candidatura de Rosy Urbina representa la esperanza para aquellos que anhelan un futuro mejor en la frontera sur, donde la lucha contra el olvido y la resignación se encuentra en el centro de su agenda política.
