Negligencia gubernamental tambien es violencia contra la mujer

Según datos proporcionados por el Observatorio Feminista Contra la Violencia a las Mujeres indican que de enero a la fecha han ocurrido 162 muertes violentas de mujeres en el estado; Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Ocozocoautla y Suchiate siguen siendo los municipios en donde los feminicidios son más recurrentes; sin embargo, los últimos dos no fueron incluidos en la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]D[/dropcap]e acuerdo con lo establecido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) es un mecanismo de protección de los derechos humanos de las mujeres que consiste en un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida.
Sin embargo, desde que la declaratoria se emitió en Chiapas en noviembre de 2016, activistas señalaron que el mecanismo era insuficiente e individualista, incluso se han percatado que lejos de que las cifras de feminicidios hayan disminuido a raíz de su aplicación, éstas han ido al alza.
Según datos proporcionados por el Observatorio Feminista contra la Violencia a las Mujeres, de enero a agosto de 2017 han ocurrido 162 muertes violentas de mujeres en el estado; los municipios de Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Ocozocoautla y Suchiate siguen siendo los más recurrentes, sin embargo, los dos últimos no están incluidos en la AVG pese a que, desde 2016, las cifras indicaban que eran de los más vulnerables.
Para Martha Figueroa Mier, directora del Colectivo Mujeres de San Cristóbal de Las Casas (Colem), la violencia está ligada al cuerpo de la mujer como posesión o como objeto y señaló que uno de los obstáculos para vencer la violencia feminicida en el estado es el machismo, principal motivo por el que estas agresiones son excusadas.

No hay justicia para las víctimas

La activista dio a conocer que de 2012 a 2017 se han presentado más de 500 muertes violentas y que durante el mismo periodo se emitieron 30 sentencias condenatorias; no obstante, todas han sido mínimas, es decir, de 25 años y no de 60 como deberían por el alto grado de violencia con la que las mujeres son asesinadas.
«Vemos que los casos más violentos están clasificados como homicidio y en el peor de los casas, como accidentes; pese a la declaratoria no vemos acciones congruentes por parte de las autoridades, las víctimas son revictimizadas, no hay sentencias justas ni mucho castigo para los culpables».
El Observatorio Feminista contra la Violencia a las Mujeres señala que más del 95 por ciento de los casos en el estado no son resueltos y a nueve meses de haberse emitido la AVG, las activistas aseguran que los resultados han sido casi ineficientes y el único avance que pueden reconocer es la difusión que se le ha dado a la violencia contra la mujer.
Mientras que los recursos y los mecanismos para frenar la violencia en contra de la mujer no llegan, el lenguaje y el nombre que se le ha dado al odio extremo contra el cuerpo feminizado –feminicidio– ya forma parte del discurso de las autoridades y los medios masivos de comunicación, destacaron las integrantes de este colectivo.

La ineficacia de la Sedem

Aunque la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres (Sedem) señala que durante los primeros seis meses de haberse declarado la AVG, los casos disminuyeron 25 por ciento, los datos del Observatorio Feminista indican lo contrario.
Mientras que la Sedem sostenía que hasta el mes de mayo de 2017 habían ocurrido 12 feminicidios, la base de datos del Observatorio marcaba que eran 55 muertes violentas las que hubo en ese periodo de tiempo.
En 2016, el mayor número de feminicidos ocurrió en la capital del estado, en Tapachula, en Ocozocoautla y en Suchiate con 10, ocho y seis feminicidos consumados respectivamente.
Para este año, en Tuxtla Gutiérrez se han presentado cinco; en Tapachula, ocho; en Ocozocoautla, dos; y en Suchiate, cuatro. Además, se ha detectado que la mayor parte de las víctimas son menores de edad.
«Existen dos corredores importantes; del Soconusco hacia arriba tienen qué ver con la migración; y de Comitán hacia arriba, con el crimen organizado», especificó Martha Figueroa.
Las víctimas que han sido localizadas en el corredor de Comitán han sido en su mayoría, decapitadas; mientras que aquellas que son asesinadas en la Costa y Centro, son agredidas con arma blanca (cuchillo o machete).

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