Otro modo de ser / Sandra de los Santos

El manejo de la información sobre feminicidios y suicidios en los medios de comunicación

UNO

El feminicidio de Ingrid Escamilla expuso a nivel nacional una práctica cotidiana: la filtración de parte de las autoridades de imágenes o declaraciones de las víctimas; la publicación de este contenido en algunos medios de comunicación; pero también el consumo de la audiencia, quien morbosamente busca las  notas relacionadas con estos hechos. Es una cadena, en donde varios actores, tienen un grado de responsabilidad.

A nivel local, en Chiapas, los casos de violencia contra las mujeres y suicidios de jóvenes también han revelado que para los medios estos temas siguen siendo cobertura de nota roja como si se tratara de un homicidio más. No se le da un tratamiento desde los derechos humanos en el caso de la violencia en contra de  las mujeres; o de salud pública en suicidios.

Los medios de comunicación permiten a la sociedad manejar información común, formarse juicios a partir de ella y actuar con base a esas reflexiones, de ahí la importancia de la labor periodística. Los medios pueden cambiar imaginarios sociales, ejercer presión a los poderes de gobierno. El manejo de la información de parte de las y los periodistas ayuda o afecta a la visibilización de cualquier tema.

El consumo mediático se ve influenciado por diferentes aspectos. Uno de ellos es el discurso que el medio quiere ofrecer. En cada texto periodístico está la mirada del autor o autora. Las personas que hacen los medios de comunicación no vienen de otro país o de otro planeta, crecieron en esta misma sociedad y continúan anteponiendo sus prejuicios en la construcción de su discurso periodístico, es decir, para ellos no hay de malo en exponer las imágenes de una mujer golpeada o degollada porque en su cotidianidad el asunto no tiene importancia. No hay nada qué cuestionar.

Para muchos medios sigue siendo más importante el número de visitas, tiraje o rating que el tratamiento ético de la noticia. Por ello hay que exigir como audiencia que los medios de comunicación tengan códigos de ética, que su personal sea capacitado en el tema de respeto a los derechos humanos. Hay que romper por un algún lado el círculo vicioso.

Rizard Kapucinsky decía que para ser periodista hay que ser buenas personas. Las buenas personas no son capaces de exponer a las víctimas, de revictimizarlas, jamás se verá la morbosidad de un tipo de audiencia como un asunto interés público. Sabrá encontrar la diferencia.

Hay prácticas que algunos periodistas realizan en automático sin siquiera cuestionarse si el manejo de esa información puede estar violentando el derecho a la intimidad, a la protección de datos personales, la dignidad de las personas. Por ejemplo: dar detalles de una muerte violenta de una mujer, exponer las fotografías de niños y niñas, su dirección, los datos personales de la víctima. Esto es lo que hicieron medios como El Universal, La Prensa y ¡Pásala! En el caso del feminicidio de Ingrid Escamilla. Otros medios y periodistas en Chiapas han publicado sin problema imágenes de jóvenes que se han suicidado y revelado su identidad, domicilio, y detalles del hecho. Nada de eso tiene interés periodístico.

El oficio de periodista nos exige el cuestionamiento constante de la información que manejamos. Estar alerta en que no estemos poniendo en riesgo la integridad de una persona con el manejo de la información.

Podríamos solo responsabilizar a la falta de sensibilidad y/o sentido común de la prensa para manejar esta información; pero también habría qué cuestionarnos qué estamos haciendo como audiencia. ¿Qué consumimos? ¿Qué compartimos? ¿Qué queremos de los medios? ¿Estamos siendo corresponsables de su contenido? ¿Cómo les estamos exigiendo?

Los medios de nota roja son los más consultados, las noticias relacionadas con violencia son las más leídas y vistas. Nos espantamos de los contenidos mediáticos, pero qué estamos haciendo para cambiarlos. He visto cómo activistas por los derechos humanos o funcionarios públicos  llegan a compartir una nota sin siquiera abrirla o analizar que está siendo violatoria a los derechos de la víctima. Pero, además, esos medios reciben recursos públicos para sostenerse por medio de publicidad. Es decir, con fondos públicos se están financiando esa clase de contenido.

Me da gusto que este tema se haya puesto en la mesa, que ahora también se le esté exigiendo a los medios; pero es necesario que también se castigue a las y los funcionarios públicos que no cuidan los datos personales de las víctimas o de las personas que denuncian. Las filtraciones que hacen no son inocentes. Ponen en riesgo a las personas y complica el acceso a la justicia. Además de que están cometiendo un delito.

En México en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia hay una enunciación de la violencia que se ejerce contra las mujeres en los medios, en el programa para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en el artículo 38 apartado VIII  dice:

El Programa contendrá las acciones con perspectiva de género para: Vigilar que los medios de comunicación no fomenten la violencia contra las mujeres y que favorezcan la erradicación de todos los tipos de violencia, para fortalecer el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las mujeres.

¿Qué está haciendo el Estado para hacer cumplir esta disposición?

En la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer realizada en 1994 conocida como Belém do Pará se aborda la problemática, se señala en el inciso G del artículo 8, la necesidad de «alentar a los medios de comunicación a elaborar directrices adecuadas de difusión que contribuyan a erradicar la violencia contra la Mujer en todas las formas y a realzar el respeto a la dignidad de la mujer».

En este tema todos y todas nos toca algo por hacer. Hagamos lo que nos toca y exijamos también a los diferentes poderes y niveles de gobierno que hagan lo que les corresponde.

DOS

Jacobo Alejandro Curi Alvarez fue nombrado, durante el gobierno de Manuel Velasco Coello, como magistrado de la sala Regional del Tribunal Superior de Justicia del Estado; pero su nombramiento fue revocado de una vez que entró el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas. Pero, él se quedó cobrando en la nómina del Poder Judicial del Estado y es ahora secretario proyectista.

Hace unos días fue denunciado por violencia física y verbal en contra de una mujer. La policía municipal intervino, pero fue liberado. No se debe de pagar con recursos públicos a un sujeto que es capaz de violentar a una mujer. Ya sé…la lista es larga, por este al menos se debería de iniciar. El buen juez por su casa empieza.

TRES

El presidente municipal de Tapachula, Oscar Gurria aún no ha respondido por el caso de los periodistas agredidos por policías municipales. Seguimos pendientes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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